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El presidente del Senado insta a dejar los agravios en el conflicto catalán para buscar consensos

Manuel Cruz defiende en un curso de verano que “nadie sobra” para la solución del problema

Miquel Alberola
Manuel Cruz, presidente del Senado, clausura un curso en la Universidad Rey Juan Carlos.
Manuel Cruz, presidente del Senado, clausura un curso en la Universidad Rey Juan Carlos.JULIÁN ROJAS (EL PAÍS)

El presidente del Senado, Manuel Cruz, ha instado este martes en Madrid a dejar los agravios en el conflicto catalán y a establecer consensos y forjar otros nuevos. En su discurso de clausura del curso de verano Cataluña, ¿Hay solución? de la Universidad Rey Juan Carlos, Cruz ha señalado que en la crisis catalana, que ha definido junto a la “huida hacia adelante del independentismo” como “la mayor impugnación de nuestra arquitectura institucional y política de los últimos treinta años”, “nadie debe esperar ganar por goleada”. Citando al exprimer ministro británico Winston Churchill, ha recordado que en los acuerdos todas las partes tienen que ceder y para empezar a afrontar el problema ha recomendado “no poner los agravios encima de la mesa”. “Hay que empezar aparcando los agravios. Probablemente nadie se ha librado de equivocarse”, ha afirmado.

En su intervención, se ha mostrado convencido de que la crisis catalana “no es una maldición eterna a la que estamos condenados cada cierto tiempo en España”. Ha calificado esta “reapertura de la histórica crisis catalana” como "una manifestación de dolencia y transformaciones más generales”. “De España pero también de Occidente y de las democracias liberales”, ha extendido. Se ha ofrecido como presidente del Senado a “contribuir a la solución (o a la evolución positiva) del asunto catalán abordándolo desde una perspectiva general que abarque las distintas facetas en las que se manifiesta la crisis de la época en la que estamos inmersos”.

Respecto a si, como enuncia el curso de verano dirigido por el expresidente del Senado Juan José Laborda, hay solución al problema catalán, el presidente de la Cámara alta ha prevenido de que “la palabra solución tiene una resonancia demasiado contundente y quizá se ajusta poco a lo que en la esfera pública debemos entender como tal”. Además, ha remarcado que “los problemas sociales y políticos no acaban, sino que mutan, evolucionan, y que el problema catalán no es distinto a otros en ese sentido". Para Cruz, más que a una solución, hay que aspirar a “una evolución positiva”. “No le pidamos a la política lo que no puede darnos, pero si hacer lo que esté en nuestra mano para que la crisis evolucione en la buena dirección”, ha exhortado.

En cualquier caso, ha defendido que en la resolución del conflicto “hay que partir del principio fundamental de que nadie sobra, ni el que nos cae peor”. Cruz ha recordado los acuerdos que España alcanzó en la Transición “en un contexto de extraordinaria complejidad” y ha esperanzado con el ejemplo de Nicolás Sartorius, entonces miembro del Partido Comunista de España, que “pudo entenderse con las personas que lo habían torturado”: "¿Por qué si en aquellos años se pudo, ahora no?”. El presidente del Senado ha animado a conocer mejor el país, “amarlo por lo que es y no por el molde en el que nos gustaría que encajara”, y se ha referido a la complejidad de España como “nuestra riqueza”. “Solo una vez lo hayamos asumido todos, podremos establecer lealtades omnicomprensivas", ha señalado en referencia al sociólogo Juan Linz.

Cruz ha defendido que la mejor manera de conseguir esa situación es “a través de un Estado federal”, pero como presidente del Senado se ha ofrecido a “luchar porque todos y cada uno de los proyectos que busquen soluciones encuentren su espacio en la Cámara alta: “Nadie sobra. Todos estamos convocados y nuestras voces son más necesarias que nunca”.

En el curso de verano han intervenido, entre otros, los periodistas Lluís Bassets, Victoria Prego y Valentí Puig, así como la catedrática de filosofía Amelia Valcárcel. En la intervención previa a Cruz, Valcárcel ha defendido la necesidad de dialogar en el conflicto catalán, “cambiar el idioma en el que se está hablando” y “acallar las voces más insulsas”. “Hablar siempre es mejor que callar”. En ese sentido, ha reclamado la mediación de “eufemios”, embajadores que “sepan decir las palabras hermosas” y cambien el lenguaje que se está empleando en ambas orillas del conflicto.

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Cruz, que ha asistido a todos los actos del curso ha sido presentado por el rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Ramos, quien se ha declarado “optimista patológico” y ha confiado en el que el conflicto catalán, a pesar de ser “un problema muy complejo”, “se puede resolver”. Ramos, que consiguió un complicado hito con un software para comunicar la Estación Espacial Internacional ISS, ha explicado que en ese logro aprendió que había que fijar el objetivo por escrito con el anclaje común, tener humildad, buscar la verdad entre todos, aceptar el fracaso y tener claro que no es un juego de suma cero en el que para que uno se beneficie otro tenga que perder.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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