La España danesa
Las negociaciones reales para formar Gobierno tras estos comicios no comenzarán hasta el 27 de mayo
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Se interrogaba Luis Garicano, candidato de Ciudadanos al Parlamento Europeo, si España quería ser Dinamarca o Venezuela. Y los electores españoles ya han respondido. Fragmentación parlamentaria, bloques ideológicos (rojo y azul) heterogéneos internamente, socialdemócratas como primer partido y la extrema derecha con representación parlamentaria. Sí, los españoles han arrojado una política más parecida a Dinamarca, aunque con el añadido de la importante variable de los partidos nacionalistas vascos y catalanes.
Esta es la nueva normalidad de nuestro sistema político en la que el 28-A ha sido un hito. Es verdad que era esperable un incremento en la participación respecto a 2016. Al fin y al cabo, aquella fue una repetición (y la ciudadanía tiende a agotarse) y la polarización de esta campaña necesariamente iba a elevarla; la subida nos ha devuelto a valores más normales para nuestra historia política. Que muchos ciudadanos (se estima que casi dos millones y medio) hayan dejado su decisión del voto para el mismo día de la elección no la ha deprimido ni mucho menos.
En términos de ordinalidad, no ha habido ninguna sorpresa respecto a los sondeos. Quizá la sorpresa ha sido la magnitud de las posiciones relativas; el importantísimo desplome de los conservadores y que el PSOE haya tomado algo más de oxígeno a última hora. El empate técnico entre Unidas Podemos, Ciudadanos y Vox aseguraba que cualquiera de ellos podía terminar con la medalla de bronce. Sus posiciones relativas han sido más o menos las esperadas y se confirma que no hay más voto oculto que el declarado.
El tamizado del sistema ha sido clave y la división en el bloque de la derecha les ha hecho mucho menos eficientes para conseguir diputados. La ausencia de un punto focal en un partido (como ocurría en la izquierda) ha terminado haciendo que la dispersión del voto entre PP, Ciudadanos y Vox les haya penalizado. Es más, tener tres ofertas electorales ni siquiera les ha acercado a repetir los diputados que en 2016 sumaban Mariano Rajoy y Albert Rivera.
Con todo, hemos terminado de votar y ya estamos rumbo a las elecciones del 26 de mayo, que combinan europeas, locales y la mayoría de las autonomías. Las Cortes Generales hacen su sesión constitutiva en plena campaña electoral, el día 21. Natural, por lo tanto, que vayamos a tener ahí una primera prueba del tipo de alianzas que se están prefigurando, aunque nadie debería llevarse a engaño: la negociación real no comenzará hasta el día 27 de mayo. Es entonces, cuando tengamos todas nuestras instituciones abiertas en canal, cuando se verá si, además de política, también tenemos políticos de aires daneses.
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