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La herida valenciana de 1.000 millones al año

La Comunidad Valenciana deja de recibir cada año del Estado fondos que equivalen al 1% de su PIB

Ignacio Zafra
El Palau de la Generalitat valenciana, este jueves.
El Palau de la Generalitat valenciana, este jueves.Mònica Torres

La nave de la Generalitat valenciana tiene una vía de agua por la que pierde cada año 1.000 millones de euros. Es la cantidad adicional que, según los expertos, debería recibir para situarse en la media de financiación de las 15 autonomías de régimen común, esto es, sin contar al País Vasco y Navarra. Una falta de financiación por parte del Estado que hace difícil ofrecer servicios públicos de la misma calidad que el resto de España, afirman los dos últimos consejeros de Hacienda de la Generalitat. Y alimenta el imparable crecimiento de la deuda valenciana, que galopa ya por los 47.084 millones de euros, la más alta del país. El fin del ciclo electoral en España, este domingo, abre la posibilidad de corregir un sistema que caducó hace cinco años y medio.

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"La valenciana es la peor financiada desde hace tiempo y hay que arreglarlo. Con datos de 2016 harían falta 1.000 millones para subir a la Comunidad Valenciana a la media en términos de financiación por habitante ajustado, una fórmula que incluye los principales factores, como la estructura demográfica de cada comunidad, que afectan al coste", afirma Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), elegido por el exministro del PP Cristóbal Montoro para estudiar la reforma del sistema de financiación. "Por otra parte, esa financiación es dinero, pero no es dramática. No es para coger el fusil y echarse al monte", añade.

"La cantidad", señala Francisco Pérez, director del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), "es más de lo que cuestan cada año las cinco universidades públicas valencianas". Y su ausencia obliga a la Generalitat a concentrar los fondos en las partidas esenciales, para no quedarse muy atrás en sanidad y educación. "La consecuencia es que no queda dinero para casi nada más. Los recursos públicos destinados a I+D, innovación, infraestructuras o vivienda están a una distancia espectacular de la media, no hablemos de las comunidades con más recursos".

Una idea que cala

Mil millones de euros equivalen al 1% del PIB de la Comunidad Valenciana. Si los hubiera recibido, la Generalitat habría cumplido en 2018 con el límite de déficit fijado por el Gobierno, recordó este jueves Ximo Puig, en vez de triplicarlo. El asunto se ha convertido en una de las principales demandas de las organizaciones sindicales y de empresarios, ha unido a todos los cinco partidos con representación en el Parlamento valenciano y ha llegado a ser una cuestión de la que la gente habla. La idea de que la valenciana es la única comunidad con menos PIB per cápita —11 puntos— que la media y a pesar de ello aporta al sistema más de lo que recibe, ha calado en una parte de la sociedad.

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El Síndic de Comptes —equivalente al presidente del Tribunal de Cuentas valenciano—, Vicent Cucarella, calcula que la infrafinanciación y los intereses que esta ha generado desde 2002 al impulsar el endeudamiento de la Generalitat, son responsables de una deuda que roza los 20.000 millones de euros. "Esa parte, que no es imputable a la mala gestión o a haber gastado por encima de las posibilidades de la comunidad autónoma sino a estar financiados por debajo de la media estatal, no deberían asumirla los valencianos, sino por el conjunto del Estado", mantiene Cucarella, al ser "producto de una deficiencia del sistema". "Si no se soluciona, aunque el actual sistema de financiación se reformara mañana, los valencianos partiríamos con una mochila que hipoteca el futuro".

Áreas sensibles

Ocupe quien ocupe el despacho de consejero de Hacienda tras las elecciones autonómicas del domingo se encontrará, de entrada, con un margen estrecho, coinciden su actual inquilino, el socialista Vicent Soler, y su antecesor, Juan Carlos Moragues, del PP. "A partir de 2012, nosotros empezamos a quitar todo el gasto superfluo. Ahorramos en todo lo que pudimos, pero llegó un momento en que tocamos hueso. Como los ingresos no aumentaban, para seguir teníamos que afectar a los servicios públicos básicos. Áreas sensibles como sanidad, educación y políticas sociales, y dijimos que no podíamos seguir más", recuerda Moragues.

El exdirigente popular afirma que, de haberse mantenido el rumbo, el aumento de ingresos fiscales que ha acompañado a la recuperación económica habría llevado a la Generalitat al equilibrio presupuestario. Pero que en esta legislatura el Gobierno de izquierdas ha aumentado el gasto público, "como también ha advertido la Airef (Autoridad Fiscal)".

266 euros menos por habitante

"Lo que ha hecho este Gobierno ha sido fijar prioridades", replica Soler: "Estábamos al 60% del gasto per cápita medio en España en dependencia y ahora estamos por encima del 80%. Ni siquiera llegamos todavía a la media. O estábamos al 82% del gasto per cápita en educación y ahora estamos llegando al 100%. Y aún así, hemos reducido a la mitad el déficit que nos dejó Moragues, que era del 2,6%, y seguimos gastando 266 euros menos por habitante que la media de comunidades de régimen común", replica Soler.

De la Fuente espera que el sistema de financiación se cambie tras las elecciones generales del domingo, "suponiendo que se pueda formar Gobierno con una mayoría razonable". Aunque está seguro de que el acuerdo entre partidos y entre comunidades será difícil. "Al menos ahora todo el mundo se ha enterado de la situación de la Comunidad Valenciana, incluso salió aunque fuera un momento en el segundo debate", afirma Pérez. "Antes, cuando hablabas de esto en el Banco de España te decían: 'No es posible, pero si tú vienes del Levante feliz".

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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