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Casado y sus dos fijaciones: Sánchez y el nacionalismo

El programa del PP se presentará el lunes en Barcelona, Aznar arropará a los candidatos catalanes y se relega a Rajoy

Javier Casqueiro
El candidato del PP a presidente del Gobierno, Pablo Casado, posa en la playa de Las Canteras tras un acto en Las Palmas de Gran Canaria.
El candidato del PP a presidente del Gobierno, Pablo Casado, posa en la playa de Las Canteras tras un acto en Las Palmas de Gran Canaria.Elvira Urquijo A. (EFE)
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“Echar a Sánchez”. Así de clarito y conciso resumen en la cúpula del PP el objetivo, la estrategia y el diseño de su campaña electoral para el 28-A. El tono de los discursos y mensajes de Pablo Casado se han endurecido mucho en los últimos días porque el líder popular se reconoce “indignado” y con “estupor” ante el grado de alianzas y cesiones que achaca a Pedro Sánchez con los nacionalistas, tanto los separatistas catalanes como los vascos. En ese contexto se explica que el PP vaya a recurrir incluso ante el Tribunal Constitucional dos de los que llaman “decretazos abertzales” ratificados en el Congreso esta semana porque recibieron el apoyo, entre otros, de PNV, Bildu, ERC y PDeCAT.

Las dos obsesiones declaradas de Casado son en estos momentos Sánchez y el nacionalismo, especialmente el catalán, y ambas van en aumento. Tanto que este jueves se agarró a las metáforas del Titanic y su hundimiento, con motivo de la alusión de la ministra portavoz, Isabel Celaá, por el lema electoral, para advertir de tres inminentes icebergs catastróficos: los pactos rehenes con Bildu y Arnaldo Otegi, el separatismo en Cataluña y la recesión por una nueva crisis económica.

Casado avanzó así que el PP registrará dos recursos ante el Constitucional por los “decretos abertzales electoralistas” ratificados el miércoles en la Diputación Permanente “para intentar salvar los muebles del naufragio”. El Gobierno de Sánchez logró sacar seis de los llamados decretos sociales, con Podemos y partidos nacionalistas vascos y catalanes. El PP recurrirá el de igualdad, que amplía los permisos de paternidad, y el que da más ayudas para la vivienda y alquiler. El PP argumenta que ambos carecen del requisito de “extraordinaria y urgente necesidad”. Ya los llevaron en su momento a la Junta Electoral Central y no consiguieron nada.

Cara a cara

La caravana de la España vacía se pasa ahora a las capitales

J. C., Madrid

La caravana de Pablo Casado comenzó en julio pasado, cuando fue proclamado líder del PP. Desde entonces ha recorrido 120.000 kilómetros por toda España. En campaña hará otros 15.000 kilómetros y pasará por todas las autonomías y 21 provincias muy elegidas. En este caso habrá ya menos tractores, tomates y vacas de la olvidada España vacía y se volcará en las capitales y provincias donde se juegan de verdad más escaños en los restos de la ley D’Hont, como Madrid, Sevilla, Málaga, Alicante y Murcia.

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Pero el propósito es retar permanentemente a Pedro Sánchez, según admiten los asesores del líder popular. Que el aspirante socialista no pueda gobernar ni manejarse cómodamente. Retratarle atrapado con sus posibles socios “terroristas, separatistas, comunistas y de Podemos”, como recitó ayer Casado. Evitar que se esconda sin debates televisados, que le conceda un cara a cara para que se visualice que no hay más alternativa que Pablo Casado. La táctica sería, según confiesan en el entorno del presidente del PP, presentar a Sánchez como un riesgo, un peligro, y a Casado como “un valor seguro”.

Ese mérito de la seguridad de Casado les valdría en el PP también para contraponer al conflicto en Cataluña y la crisis territorial. Casado irá en campaña a Barcelona y presentará el lunes 8 su programa electoral allí junto con la candidata local, Cayetana Álvarez de Toledo. El expresidente José María Aznar volverá a mitinear en Barcelona para arropar a Álvarez de Toledo (12 de abril) y podría presentar un libro del candidato a la alcaldía catalana, Josep Bou, en Madrid.

Los estrategas catalanes del PP no han pedido la presencia del expresidente Mariano Rajoy (que por ahora solo tendrá algún acto en Galicia con Ana Pastor) pero sí de otras personalidades ligadas al constitucionalismo más acérrimo: Albert Boadella, Rosa Díez, Fernando Savater, José María Fidalgo y hasta Mario Vargas Llosa.

Álvarez de Toledo no rehúye en sus combates los ataques directos y “sin complejos” a Vox pero tampoco el enfrentamiento con Ciudadanos, y su aspirante allí, Inés Arrimadas. El PP llegó a sumar en las generales de 2011 en Cataluña 716.000 votos y se quedó en 185.000 en las autonómicas de 2017. Esa fuga se marchó al caladero de Cs y la abstención y ahí quieren volcarse ahora para quedarse al menos con los cinco diputados de 2015.

Las consignas sobre la amenaza que podría suponer la división del voto en el centro derecha junto con Ciudadanos y Vox, una de las claves en casi todos los actos y argumentarios, ahondan en lo mismo. “Cuanto más Vox, más Sánchez en La Moncloa”, enfatizan en la sede popular en Génova 13.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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