Orden de busca y captura contra el mercader de armas que desafía a la justicia española
La Audiencia Provincial pide la detención de un hispano-libanés vinculado a la 'jet set'
La paciencia también se le acabó a la sección 14 de la Audiencia Provincial de Madrid. El tribunal ha dictado este miércoles una orden de busca y captura contra Abdul Rahman El Assir, un influyente comerciante de armas hispano-libanés vinculado a las clases altas españolas. Los magistrados aceptan así la petición de la Fiscalía, que este martes pidió que se adoptase esa medida después de que el mercader no se presentase al juicio en el que se le acusa de defraudar 14,7 millones de euros a Hacienda. Era la quinta fecha que se fijaba para celebrar la vista oral.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, la Audiencia Provincial ha dictado también el ingreso en prisión de El Assir para que quede a disposición de los jueces. "La Fiscalía solicita una pena de ocho años de prisión y el pago de una multa de 73.923.014,9 euros. Además, de que indemnice a la Hacienda Pública con 14.784.602,98 euros", ha recordado también este miércoles el tribunal.
El Assir lleva dando largas al ministerio público y a la sección 15 desde el pasado octubre. Desde que se fijase por primera vez la fecha para la vista oral. Tras abrir la puerta entonces a negociar un acuerdo con la Fiscalía, la defensa del acusado anunció este martes que no podía acudir ahora al juicio porque se encontraba enfermo en Suiza, donde reside desde que se esfumara de Madrid tras comenzar a tener problemas con Hacienda.
Vinculado a la jet set española y europea, este hispano-libanés se ha relacionado desde hace década con importantes empresarios y políticos. Emergió en Madrid en la década de los ochenta, cuando se convirtió en otro influyente hombre de negocios de la capital desde la base de operaciones que montó en el Paseo de la Castellana, donde fijo una empresa denominada Exel. Casado con María Fernández-Longoria, hija del embajador en El Cairo (Egipto), se convirtió entonces en un habitual de la exclusiva urbanización de Sotogrande (Cádiz). También se movía en los círculos socialistas —entonces en el Gobierno— y conocía a Felipe González y al rey Juan Carlos I, del que guardaba con especial cariño una foto saludándolo.
En ese momento, su nombre ya jugaba un papel relevante en el comercio de armas español. De hecho, a El Assir se le atribuye la intermediación en operaciones internacionales, como la exportación de material militar a Marruecos por un importe cercano a los 40.000 millones de pesetas —más de 240 millones de euros— y la venta de 200 camiones a Somalia. Y también se le empieza a vincular con el tráfico de armas, como señaló el diario estadounidense The Washington Post.
En 1999, ya fijó finalmente en España su residencia habitual, según Hacienda, que le cerca por ocultar su fortuna en 2002 y 2003. Según la Fiscalía, "omitió conscientemente" sus ganancias —más de 31 millones de euros, según la Agencia Tributaria— y no hizo la declaración del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Eso le permitió defraudar 12,03 millones 2002 y 2,7 millones en 2003.
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