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El Gobierno intenta sin éxito renegociar con el PP la renovación del poder judicial

El Ejecutivo mantiene que solo cumple con su obligación porque el proceso está "abierto, avanzado e inconcluso"

Anabel Díez
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en Barcelona este lunes.
La ministra de Justicia, Dolores Delgado, en Barcelona este lunes.Alejandro García (EFE)

El Gobierno acaba de intentar, de manera muy discreta, reanudar la negociación con el PP para tratar de reavivar el acuerdo entre los populares y el Ejecutivo socialista que condujera a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Pero ha fracasado. Los interlocutores han sido la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y el último ministro de esa cartera con el PP, Rafael Catalá. El presidente popular, Pablo Casado, no quiere reactivar ese frustrado acuerdo. Ni ese ni ninguno. La cercanía de las elecciones de mayo se lo desaconseja.

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Si el mensaje del portavoz en el Senado del PP, Ignacio Cosidó, enviado a los parlamentarios de su grupo no hubiera trascendido, hoy ya estaría renovado el Consejo General de Poder Judicial y lo presidiría el magistrado Manuel Marchena. Entre agosto y noviembre pasados la ministra de Justicia, Dolores Delgado y el ex titular de esa cartera con el gobierno del Mariano Rajoy hasta el mes de junio, Rafael Catalá, trenzaron un acuerdo asumible para ambos partidos. Ahora, una de las partes, el Gobierno, lo ha intentado de nuevo, según ha sabido EL PAÍS de fuentes de la negociación. Los interlocutores han sido los mismos y la reunión de produjo hace exactamente dos semanas. La propuesta del Gobierno de volver a la senda de la negociación ha sido rechazada por el presidente del PP, Pablo Casado.

El Ejecutivo mantiene que con su propuesta de intentar recuperar bases de la negociación solo cumple con su obligación. “Para el gobierno el proceso sigue abierto, avanzado e inconcluso; nuestro deber es cumplir con las instituciones y hay una, como es el Consejo General del Poder Judicial, que tiene pendiente su renovación”, señalan en el Ejecutivo. Con esta respuesta de fuentes gubernamentales se indica que, lejos de arrepentirse por haber vuelto a plantear el diálogo con el PP, lo consideran una obligación y en absoluto lo toman como algo inapropiado. A pesar de lo cerrado que llegó a estar el acuerdo, los populares dieron un giro a su posición y pasaron de aceptar el reparto y elección de jueces y juristas, de muy buena reputación en términos generales, a negarse a continuar y poner el broche al pacto. El salto siguiente fue hacer borrón y cuenta nueva para proponer la elección a cargo de los jueces y no de los grupos parlamentarios.

Los reproches no han parado desde entonces. Para el PP “la culpa” es del Gobierno porque desde sus filas salió el nombre de Marchena, para que ocupara la presidencia sin que aún se hubieran elegido a los miembros del CGPJ. Esa culpabilidad no la acepta el gobierno que responsabiliza de la ruptura del acuerdo al whatsapp de Cosidó en el que explicaba a todos los senadores del grupo popular lo ventajoso para ellos del acuerdo. Con el consejo pactado, y con Marchena al frente, el PP iba a ejercer el control “desde detrás” sobre el Tribunal Supremo, a través del Consejo General del Poder Judicial y, también, de la Sala Penal que juzgará a los políticos independentistas catalanes. Marchena en carta pública renunció a que su nombre fuera propuesto, después de hacer una declaración de principios sobre su independencia y su apego exclusivo a la ley y al Derecho.

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La tormenta interna en el PP fue de gran calado, pero el partido se juramentó para obviar el mensaje de Cosido y dar por roto el acuerdo para pedir el cambio de modelo de elección.Aun así, el Gobierno se resiste a dar por muerta la negociación y albergaba la esperanza de que quisiera reconsiderar su posición y volver a la mesa de negociación, como la ministra Delgado propuso al ex ministro Catalá. En el terreno práctico, el PP salía muy bien parado en su representación en el CGPJ, tal como quedó en el acuerdo, en tanto que tras las próximas elecciones no hay garantías de que tenga esa misma capacidad de propuesta si su representación disminuye.

Aún así el PP no quiere dar su brazo a torcer ya que no está interesado en negociar con el Gobierno. La cercanía de las elecciones locales y autonómicas del próximo mes de mayo es una buena razón para no hacerse fotos juntos. Pero la situación podría ser otra, aunque no hay seguridad, si Pedro Sánchez llamara a Casado y le propusiera abordar este y otros temas “de Estado”, Cataluña, entre ellos, según fuentes parlamentarias populares.

Esta sugerencia oficiosa la conoce el Gobierno. Sin embargo, no parece que Sánchez sea proclive a esa reunión tal como se desarrolla la política de oposición del PP ya sea sobre Cataluña o Venezuela. Los populares obvian los insultos del régimen venezolano a Sánchez y afirma que apoya la “tiranía comunista”. Sánchez se reunió el 2 de agosto con Casado, tras ser elegido presidente del PP, pero nunca más le ha vuelto a llamar ni a convocar.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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