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Tormenta en el PSOE gallego: Ferraz tramita la expulsión de cuatro concejales de Santiago

La rebelión de la mayoría del grupo municipal socialista en la capital de Galicia golpea al partido en una comunidad donde no levanta cabeza

José Ramón Gómez Besteiro PSdeG
El líder del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, en 2023 durante la convención de los socialistas gallegos en Santiago.ÓSCAR CORRAL
Sonia Vizoso

La paz se empeña en esquivar al socialismo gallego. Así lleva 15 años, desde que el PP comandado por Alberto Núñez Feijóo le arrebató la Xunta a la formación con Emilio Pérez Touriño a los mandos. Desde entonces, han sido cuatro los secretarios generales del PSdeG-PSOE que han intentado sin éxito evitar los choques internos y recuperar brío electoral. El actual, José Ramón Gómez Besteiro, afronta ahora una tormenta en Santiago, que además de la capital de Galicia fue hasta no hace tanto un feudo socialista. Ferraz tramita la expulsión del partido de cuatro de sus seis concejales en esta ciudad, hoy en manos del BNG tras las elecciones de 2023 pero que fue gobernada por un alcalde del puño y la rosa durante 31 de los más de 45 años de democracia.

La expulsión, que aún no es firme, afecta a Mercedes Rosón, una veterana edil que fue número dos del histórico alcalde socialista Xosé Sánchez Bugallo. Además de a Rosón, la dirección federal socialista pretende castigar por indisciplina al portavoz del grupo municipal, Gonzalo Muíños, y a las concejalas Mila Castro y Marta Álvarez. Ferraz actúa contra los cuatro por no acatar el nombramiento de un nuevo portavoz municipal por parte de la dirección local del partido, que tomó las riendas de la agrupación tras la dimisión de Bugallo por la debacle electoral de 2023. Las faltas que se les imputan son “obstruir la labor y decisiones de los órganos del partido”, actuar “en contra de acuerdos adoptados” por la dirección, y, en el caso de Muíños, “desempeñar cargos públicos sin la autorización expresa de los órganos competentes”.

Los afectados, sin embargo, aseguran que no han incumplido ninguna norma y denuncian que son víctimas de una represalia. Sostienen que el aparato del partido actúa contra ellos por no aceptar las presiones para forzar dimisiones en el grupo municipal para permitir que corra la lista electoral y que pueda acceder a un escaño el actual líder de la agrupación local, Aitor Bouza, estrecho colaborador del secretario general provincial, Bernardo Fernández. Son víctimas de “las miserias de la política”, proclaman. Fuentes de la dirección provincial niegan ese interés por que Bouza entre en la corporación compostelana aduciendo que en las elecciones de 2023 fue en el número 11 de la candidatura. Ferraz, mientras, guarda silencio alegando que no puede informar sobre el expediente sancionador “por protección de datos” y que la Comisión de Ética y Garantías que lo lleva es “independiente”.

A los cuatro concejales de Santiago se les ha expedientado por el mismo procedimiento exprés que al exministro de Fomento José Luis Ábalos, acusado de corrupción. Han tenido solo tres días para presentar alegaciones a su expulsión provisional, dictada por la dirección federal del PSOE la pasada semana, un plazo demasiado corto para recabar pruebas de su inocencia, critican ellos, lo que supone “una indefensión total”. El partido está empleando “una vía expeditiva disciplinaria contemplada para casos extraordinarios de extrema gravedad: presunta corrupción, agresión o flagrante delito que pudiera suponer un abuso de la normativa y un fraude conceptual para alcanzar una expulsión que ya se buscó forzar por otros medios”, denuncian. Fuentes de la dirección provincial justifican que se haya optado por el trámite rápido porque el conflicto le impide al partido nombrar al portavoz del grupo municipal.

Los expedientados por Ferraz han anunciado que la próxima semana presentarán un recurso a la Comisión Federal de Ética y Garantías, lo que les dará otro plazo de diez días, esgrimen, por lo que no debería haber resolución firme hasta al menos el 7 de febrero. Si se dictara antes, sería “incomprensible”, ha advertido Rosón, que se estrenó como concejala hace más de 20 años y que en 2017 le disputó sin éxito el liderazgo al anterior presidente provincial del partido, Valentín González Formoso, estrecho colaborador de Besteiro.

Todo empezó con un expediente disciplinario al portavoz municipal, Muíños, que provocó una rebelión a la que se unieron sus tres compañeras. Fue suspendido de militancia durante un periodo de 18 meses por “indisciplina reiterada”, con una decena de incumplimientos de la normativa del partido que suponen infracciones graves o muy graves, asegura Ferraz. La ejecutiva local, con Bouza a la cabeza, eligió para sustituirlo en la portavocía a un edil afín, Gumersindo Guinarte, pero, como los concejales críticos son mayoría, el grupo municipal ignoró la designación de la dirección y aprobó un acuerdo que confirma a Muíños en el puesto.

Es precisamente esa rebelión contra el cese de Muíños y el nombramiento de Guinarte la que ha desatado el expediente de expulsión que tramita Ferraz. Ellos sostienen que no incumplieron la normativa y esgrimen un informe técnico-jurídico del secretario general del Pleno del Ayuntamiento que establece que el portavoz municipal sigue siendo Muíños porque una sanción provisional de un partido no puede cambiar la “organización” de un Ayuntamiento. Para retirarle el cargo, ese castigo, concluye el dictamen, tiene que ser firme. Fuentes de la dirección provincial del PSdeG en A Coruña mantienen que se actúa contra ellos no por vulnerar la normativa del Ayuntamiento de Santiago sino la de su partido.

“Es leninista y no socialista otorgar el poder al aparato”

La tensión había estallado ya a mediados del año pasado. En el pleno que el Ayuntamiento celebró el pasado 24 de junio, los cuatro ediles ahora expulsados provisionalmente no acataron la orden de Bouza de votar en contra de una ordenanza de regulación de viviendas turísticas impulsada por el gobierno de BNG y Compostela Aberta. Ese mismo día, la dirección local que él encabeza aprobó el cese de dos asesores del grupo municipal, pero no se ha aplicado porque los concejales firmaron un escrito confirmando a estos trabajadores en su puesto.

El PSOE perdió el gobierno de Santiago en 2023. Pasó de ser primera fuerza en 2019 a tercera, con menos sufragios que el BNG aunque empatado a concejales. La candidata de Ana Pontón, Goretti Sanmartín, la más votada de la izquierda, fue investida alcaldesa con los apoyos de los socialistas y de Compostela Aberta y esta última candidatura formó con los nacionalistas un gobierno de coalición. El candidato a la reelección por el PSdeG, Xosé Sánchez Bugallo, que ya había sido regidor de la capital gallega entre 1998 y 2011, dimitió tras aquel fracaso y desencadenó una restructuración del PSOE compostelano que acabó con la elección de Bouza como líder local. Bugallo, que además es presidente de la agrupación provincial que ha actuado contra los concejales rebeldes, se ha manifestado estos días sobre el conflicto con un guiño a los expedientados por Ferraz. “Siempre he creído, y sigo creyendo, que es leninista y no socialista otorgar el poder al aparato partidista por encima de la representación elegida por los ciudadanos”, escribió en su perfil de X.

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Sobre la firma

Sonia Vizoso
Redactora de EL PAÍS en Galicia. Es licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago. Lleva 25 años ejerciendo el oficio en la prensa escrita y ha formado parte de las redacciones de los periódicos Faro de Vigo, La Voz de Galicia y La Opinión de A Coruña, entre otros. En 2006 se incorporó a El País Galicia.
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