Los lazos amarillos desatan una guerra entre el PP y Ciudadanos
El partido de Albert Rivera acusa a los populares de "asumir el discurso separatista" mientras estos les reprochan que buscan la confrontación
Los lazos amarillos han abierto una guerra entre el PP y Ciudadanos inédita en su posición sobre Cataluña. El partido de Albert Rivera acusó este viernes a los populares de “asumir el discurso separatista” por los reproches a su formación en su decisión de retirar estos símbolos en Cataluña, como hicieron Albert Rivera e Inés Arrimadas en una localidad de Barcelona. En cambio, el PP critica a Ciudadanos por alimentar la confrontación y se desmarca de esta práctica.
En la batalla entre el PP y Ciudadanos por el lado derecho del electorado, el combate firme al independentismo catalán es una de las banderas por la que compiten ambos partidos. Hasta ahora, sus posicionamientos políticos habían sido similares, basados en la mano dura contra los separatistas y las críticas al Gobierno socialista por una política de apaciguamiento con la Generalitat que, en su opinión, es fallida. Pablo Casado y Albert Rivera, líderes de ambas formaciones, han pedido al Ejecutivo que estudie activar el artículo 155 en Cataluña, y a Pedro Sánchez que actúe para evitar la presencia de lazos amarillos (con los que se protesta por el encarcelamiento de los líderes independentistas) en las calles de Cataluña, unos símbolos que consideran “antidemocráticos”, en palabras del líder del PP.
Pero la retirada de lazos amarillos en primera persona por Rivera y Arrimadas, que alientan además a los catalanes a proceder así con todos los emblemas en el espacio público, ha abierto una brecha entre el PP y Ciudadanos. Y los ha enfrentado entre sí, dejando al partido de Rivera en una posición más dura que la de Casado. Los populares rechazan esa práctica de los dirigentes de Ciudadanos porque creen —y en eso coindiden con la izquierda— que tensiona más la convivencia.
“El PP ha optado por una política de responsabilidad, de no llevar a la calle la confrontación”, dijo Casado este jueves, y a partir de ese desmarque el resto de dirigentes del PP han cargado contra esa decisión del partido de Rivera. “La foto [de retirar lazos amarillos] está muy bien, pero si el mensaje es 'hagan todos como yo', se puede buscar la confrontación”, reflexionó este viernes el vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, en una entrevista en la Cadena SER, en la que pidió a los dirigentes de Ciudadanos que encaucen la protesta institucionalmente. "El político lo que tiene que hacer es arbitrar las leyes en el Parlamento y conseguir que las leyes sean eficaces para evitar, primero, que se pongan esos lazos si es que están alterando la convivencia, y para proteger a quienes quitan esos lazos", abundó Maroto. La crítica del PP llega después de que algunos de sus dirigentes también se mostraran dispuestos a retirar los lazos. “Si alguien quiere sacar lazos amarillos que cuente conmigo”, dijo el número dos, Teodoro García, en la SER, hace unos días.
En el PP creen que Rivera “se ha equivocado”, trasladan fuentes de este partido, porque no puede pedir a los ciudadanos que hagan lo mismo que él cuando no están en la misma situación. Rivera, recuerdan, arrancó los lazos rodeado de cámaras y protegido por sus escoltas y los Mossos, una protección que no tiene el resto de catalanes.
Rivera se reafirma
Ciudadanos ha respondido contundente contra el PP. El secretario general, José Manuel Villegas, lamentó hoy que “los líderes del PP asuman el discurso separatista” por los reproches a su partido —que Ciudadanos ha recibido de las formaciones independentistas, pero también de la izquierda— con su decisión de dedicarse a retirar los símbolos. “Es lo que les está llevando a desaparecer y no ser un referente en Cataluña”, abundó Villegas.
El partido se reafirma además en esta estrategia a pesar de las críticas. No hay frenazo previsto a pesar también de que en la concentración que convocaron el miércoles en Barcelona se produjera una agresión a un cámara de Telemadrid, indican en la dirección. “Ya que se cierra a cal y canto el Parlamento catalán, nosotros vamos a seguir dando voz a aquellas personas que están siendo criminalizadas y no vamos a comprar el marco mental de los separatistas”, insistió Inés Arrimadas en una entrevista en Onda Cero. La formación defiende que fue una buena idea la buscada foto de Rivera y Arrimadas retirando los lazos porque “sirve para que millones de personas en desacuerdo con la ocupación del espacio público se vean reconfortadas”, explica un dirigente, y porque lo contrario es “aceptar el totalitarismo”. Los reproches del PP sorprenden en el partido, donde los enmarcan en el intento de los populares de recuperar su relevancia perdida en Cataluña.
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