Detenidos por “organización criminal” 10 inmigrantes que saltaron la valla de Ceuta en julio
El presunto cabecilla, originario de Togo, se ha resistido a su arresto, producido en el centro de inmigrantes
Fue uno de los saltos a la valla de Ceuta “más violentos” que la Guardia Civil recuerda. 22 agentes y 132 inmigrantes resultaron heridos de diversa consideración en un asalto en el que algunos migrantes llegaron a lanzar cal viva y heces o a emplear aerosoles como lanzallamas caseros. Más de un mes después, la Guardia Civil ha detenido este martes a diez de las 602 personas que consiguieron entrar aquel día. Les acusan de atentado a agentes de la autoridad, pertenencia a organización criminal y daños "por organizar y dirigir la intrusión masiva y violenta" de aquel día, según detalla en una nota el Ministerio del Interior. Entre los detenidos, todos de origen subsahariano, se encuentra el supuesto "jefe del grupo que lideró la entrada", añade el comunicado.
Aunque las pesquisas tras lo ocurrido comenzaron justo después del salto, no ha sido hasta esta mañana cuando efectivos de Policía Judicial y de Información de la Guardia Civil han detenido a los supuestos responsables de las agresiones. Como ha adelantado El Faro de Ceuta, los agentes han accedido a las 8.15 al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), en el que se encontraban acogidos, entre otros, los 602 migrantes que accedieron a Ceuta el pasado 26 de julio. En el operativo, que ha contado con el apoyo del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS, los antidisturbios de la Guardia Civil), el presunto cabecilla ha agredido a uno de los agentes, que ha sido atendido por una brecha en la cabeza, según fuentes del Instituto armado.
La Guardia Civil cree que el salto estuvo organizado por este hombre originario de Togo y que desde entonces estaba en el CETI. Además, considera que fue él también el encargado de orquestar el ataque a los agentes que en el momento del asalto controlaban el perímetro fronterizo de Ceuta y suministrar a los migrantes el material con el que romper la valla e intentar amedrentar a los agentes. El resto de los detenidos proceden de República de Guinea (siete de ellos) y de Camerún (dos más), y también participaron en "la dirección logística y operativa" del salto a la Valla, según especifican el instituto armado.
El salto del pasado 26 de julio fue el de “la agresividad más grande hasta ahora”, según ha reconocido este martes un guardia civil de Ceuta. Los detenidos llegaron a lanzar cal viva y heces en recipientes de plástico. También utilizaron aerosoles como lanzallamas caseros, además de "piedras y palos", según destaca Interior. Para romper el vallado, los migrantes se valieron de sierras radiales, cizallas y mazos. En total, consiguieron entrar 602 migrantes y 150 fueron repelidos. Algunos fueron devueltos en caliente, como recogieron diversas grabaciones. Tras el asalto, perpetrado al alba de ese día, 22 agentes resultaron heridos, cinco de los cuales precisaron de atención hospitalaria. Entre los migrantes, fueron 132 los lesionados con diversos cortes. De ellos, 11 necesitaron asistencia en el hospital. En el cacheo de los migrantes, la Guardia Civil intervino cócteles molotov y bolsas con hachís.
Durante estas semanas, la Guardia Civil ha realizado una investigación pormenorizada de lo ocurrido. Para ello, se ha recurrido a visionar con detenimiento las imágenes grabadas aquel día por las cámaras de vigilancia que controlan el vallado y a cruzar los datos obtenidos de ellos con “diversas informaciones” para intentar identificar a los presuntos cabecillas de los hechos. “Fue un montón de gente y había que tener una base real. Hemos conseguido tener todos los detalles”, ha precisado un agente de Ceuta. De hecho, según fuentes de la investigación, han resultado ser claves las declaraciones de algunos de los inmigrantes que participaron en el asalto y que no han dudado en señalar a los supuestos responsables. La investigación ha sido dirigida por el titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Ceuta, que ha declarado el secreto de sumario.
Los detenidos se encuentran ya en dependencias del Instituto armado de Ceuta. Allí está previsto tomarles declaración a lo largo de este martes, para pasar a disposición judicial mañana, miércoles. La Guardia Civil ha precisado que la investigación sigue abierta, por lo que no se descarta que pueda haber nuevas detenciones. A los arrestados se les imputan cargos de pertenencia a organización criminal, atentado a agentes de la autoridad y daños. El Código Penal establece para estos delitos penas de entre los dos y cinco años de cárcel, aunque “habrá que esperar a la calificación judicial” para ver si se mantienen dichos cargos, según ha precisado un abogado de Ceuta consultado.
Desde el Instituto armado han descartado que esta detención tenga vinculación alguna con la devolución, el pasado 23 de agosto, de los 116 inmigrantes que accedieron a la ciudad autónoma en virtud de acuerdo entre España y Marruecos rescatado de 1992. “Siempre se abren investigaciones. En otro salto de marzo de 2017 también lo hicimos, aunque no hubo detenidos. En este caso sí ha habido suficientes elementos para poder presentarlo ante el juez, aunque no siempre hay un resultado positivo”, explica uno de los guardias civiles de Ceuta.
No es la primera vez que se producen detenciones de implicados en agresiones a los agentes tras un asalto al perímetro fronterizo. En septiembre de 2016 ya acabaron apresados tres subsaharianos que lanzaron piedras contra los guardias civiles que intentaban evitar la entrada de 150 personas. Sin embargo, este tipo de actuaciones no son muy habituales, ya que “no suelen ser personas conflictivas, aunque tengan algún enfrentamiento durante los saltos”, según matiza un abogado ceutí. Menos común aún es que se haya llegado a identificar al cabecilla de uno de estos asaltos. De hecho, desde la Dirección General de la Guardia Civil aclaran que es la primera operación de estas características que se realiza.
Un informe confidencial de la Guardia Civil, al que tuvo acceso EL PAÍS, detalla que los saltos a la frontera suelen estar organizados por mafias que cobran 200 dirhams marroquíes (algo más de 18 euros) a cada uno de los asaltantes. Estos grupos poseen normas internas y una marcada organización interna con una cúpula que establece el momento adecuado para intentar pasar y los medios de fuerza que emplearán.
Tras la detención producida esta mañana, los nervios en el CETI se han vuelto a hacer evidentes entre los internos que habitualmente esperan su traslado a la península. “Tienen nervios, miedo e incertidumbre. Piensan qué será de ellos”, reconoce Reduan Mohamed, activista de distintas ONG en Ceuta y que suele prestar ayuda a los internos en el centro. Mohamed pone en duda que se haya producido una agresión en los términos que ha denunciado la Guardia Civil: “Hay muchas dudas sobre la realidad de las acusaciones. No estoy en contra de las autoridades, pero hay muchas exageraciones para crear la confusión, miedo y odio”. El activista cree que tanto esta detención como la devolución de hace unos días responde a una causa superior “Quieren cerrar esta ruta cueste lo que cueste”.
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