El Gobierno pide lealtad a la oposición con la crisis en Cataluña

Prácticamente desde la llegada a La Moncloa, el Gobierno ha tomado una decisión de fondo que explicó el presidente, Pedro Sánchez: no piensa contestar a los independentistas mientras pueda evitarlo. “Los tiempos en que el Gobierno agravaba los problemas con Cataluña acabaron”, señaló Sánchez poco después de formar su Gobierno. La Moncloa asegura que no lo hace para buscar los votos de los independentistas en el Congreso, como señala la oposición, sino porque cree que este es un problema político que requiere de estrategias políticas y una de ellas es no entrar a todos los trapos.

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Pero la oposición de PP y Ciudadanos, que ahora compiten en dureza en la crisis catalana, exige al Gobierno que conteste y le ha reprochado que no dijera nada ante la llamada de Quim Torra, president de la Generalitat, a “atacar al Estado español”. La polémica y la presión crecían, y la vicepresidenta, Carmen Calvo, persona clave en las negociaciones con la Generalitat —es la interlocura del vicepresidente, Pere Aragonés, y habla con casi todos— trató de frenar las críticas y calmar la posible inquietud que puede crecer en las propias filas socialistas, especialmente en Andalucía, donde se encontraba.

Calvo pidió a la oposición que sea leal en la crisis catalana como el PSOE lo fue con el Gobierno de Mariano Rajoy, y explicó por qué no han reaccionado a esa declaración de Torra frente a la cárcel de Lledoners, donde están los políticos presos. “Con una frase inaceptable [en la que se habla de atacar al Estado] no se ataca al Estado español”, sentenció Calvo en Jaén, donde visitó el Museo Íbero. “Con frases no se ataca el Estado”, insistió. “El Gobierno sabe en tiempo y en forma cuáles son sus obligaciones constitucionales. Y, dicho esto, a las derechas españolas, que están absolutamente en un discurso radical inentendible, les pediríamos que le hagan oposición al Gobierno, pero que no le hagan oposición a España y a los problemas que tiene España”, añadió Calvo, que como vicepresidenta asume buena parte del peso político del Gobierno.

Sánchez y su equipo están muy tranquilos con estas críticas de la oposición en el tema catalán. La dureza del presidente cuando era líder de la oposición y apoyó la aplicación del 155, algo que se criticó mucho sobre todo en la izquierda catalana, y el agradecimiento que el propio Rajoy hizo público a su lealtad —para contrastar con Albert Rivera— le dan unas espaldas muy anchas para aguantar cualquier crítica de Pablo Casado, señalan en el Gobierno.

La frase de Torra fue empleada el sábado por Ciudadanos y PP para pedir al presidente del Gobierno que exija responsabilidades al president. De hecho, el momento más tenso del homenaje de Cambrils a las víctimas del atentado del año pasado ocurrió minutos antes del inicio del memorial, cuando el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, llegó al paseo Marítimo y se acercó a Torra. Ambos hablaron brevemente, pero el president se alejó gesticulando. Albiol explicó después que reprochó a Torra sus palabras sobre el ataque al Estado. En una línea similar se expresó Ciudadanos. La diputada Lorena Roldán lamentó que “Torra no sea el presidente de todos los catalanes” y calificó de “demenciales” las declaraciones del president. “No se puede gobernar con aquellos que quieren liquidar España y que dicen abiertamente que hay que atacar al Estado”, dijo Roldán en referencia al Gobierno socialista, que cuenta solo con 84 diputados.

Calvo, que se declaró preocupada por la inactividad en el Parlament, se quejó de estas críticas de PP y Ciudadanos. “Esas actitudes son absolutamente inaceptables, el Gobierno sabe cuándo, cómo tiene que reaccionar. Se puede entender la radicalidad, lo que no se puede entender es la falta a veces de lealtad y altura de miras para hacer política con los problemas de nuestro país”, remató.

Preguntada por si el Gobierno se plantea aplicar el artículo 155, ha incidido en que cualquier medida constitucional requiere hechos jurídicos: “Cuando existan hechos jurídicos que se puedan atacar jurídicamente, con instrumentos normales o excepcionales, el Gobierno sabe en tiempo y en forma cuáles son sus obligaciones constitucionales”, ha reiterado.

El Ejecutivo está tratando de ayudar a todos los movimientos que hay en Cataluña, especialmente en la órbita de ERC y Oriol Junqueras, para lograr una cierta estabilidad política y evitar un nuevo choque frontal con el Estado. Por el contrario, más allá de la batalla dialéctica, hay mucho trabajo de fondo en todas direcciones para buscar espacios de entendimiento y visitas a Junqueras en la cárcel como la del lehendakari Íñigo Urkullu van en ese sentido de buscar soluciones, señalan en el Gobierno.