_
_
_
_

La OCU critica la mala atención de las farmacias

Un trabajo en 100 boticas muestra que no se pide la receta estipulada al pedir un medicamento de uso frecuente

Un farmacéutico busca un medicamento indicado en una receta en Barcelona.
Un farmacéutico busca un medicamento indicado en una receta en Barcelona.albert garcia
Más información
La farmacia no es solo tienda
El 5% de las farmacias recibe estímulos del Estado para que no cierren
Economía estudia liberalizar las farmacias y darles apertura libre

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicó ayer un estudio tras el que acusa a las farmacias de mala praxis y de dar una atención deficiente. El trabajo se ha realizado visitando 100 oficinas de 10 ciudades y planteando en todos los casos una misma cuestión: que les vendieran ibuprofeno.

El resultado fue que en el 70% de las farmacias les ofrecieron la presentación de 600 miligramos, que es la de más cantidad en el mercado; en el otro 30% preguntaron qué dosis se quería, menos una farmacia que ofreció directamente la de 400 miligramos, pero, después de insistir, también facilitaron el de 600 miligramos. Solo cuatro pidieron la receta.

El producto utilizado en esta prueba, un antiinflamatorio de uso muy frecuente, tiene una característica especial: se puede vender sin receta cuando se van a tomar hasta 1.200 miligramos al día, pero la Agencia Española del Medicamento establece que debe haber una prescripción del facultativo para cantidades superiores. Como la pauta más frecuente es que se consuma una cápsula cada ocho horas, con las de 600 miligramos se llega a 1.800. Por eso la OCU interpreta que hay una falta de control de las farmacias.

Además de este detalle, los supuestos pacientes de la organización de consumidores apreciaron otras anomalías. Por ejemplo, el ibuprofeno tiene, incluso a las dosis recomendadas (un máximo de 1.200 miligramos al día en general, tres cápsulas de 400) efectos adversos e interacciones (aumenta algo el riesgo de infarto tomado en dosis altas, no se recomienda su uso por embarazadas, interacciona con otros medicamentos frecuentes como anticoagulantes, diuréticos, antihipertensivos). Pero en solo 2 de las 100 farmacias preguntaron quién lo iba a consumir y para qué.

La OCU afirma que ha enviado este resultado al Consejo General de Colegios de Farmacia, y les pide que se establezcan protocolos en la atención a los usuarios para que pregunten quién va a tomar la medicación que venden y sus circunstancias.

El estudio es un toque de atención más sobre los problemas de la implantación de la denominada atención farmacéutica. Esta busca que las boticas no solo vendan productos, sino que sean el primer contacto de los habitantes con el sistema sanitario. El Consejo de Farmacéuticos siempre aduce que, con 22.000 oficinas, el farmacéutico es en muchos pueblos pequeños el profesional sanitario más cercano, y que en esos sitios el consejo del farmacéutico es habitual y clave.

El estudio de la OCU se ha hecho en 10 ciudades, donde los farmacéuticos tienen más difícil conocer a sus clientes porque hay mucha mayor oferta, y eso puede redundar en una atención menos personalizada.

Además, los farmacéuticos llevan años pidiendo acceso a las historias clínicas de los titulares de recetas, para poder hacer un seguimiento y control efectivo de la medicación que toman y sus posibles interacciones o contraindicaciones.

"La práctica llevada a cabo no debería haberse realizado, puesto que efectivamente la dosis de 600 mg de ibuprofeno, en cualquier forma farmacéutica, requiere prescripción médica.  Sin embargo, hay que tener en cuenta que los farmacéuticos reciben la presión de los ciudadanos para la dispensación, puesto que las presentaciones de 600 miligramos están financiadas, frente a presentaciones de 400 miligramos que no lo están. Los farmacéuticos se ven sometidos además a la presión asistencial de pacientes que consideran que la prescripción inicial justifica el uso continuado del tratamiento, o afirmando que el médico les indica que mantengan el tratamiento", indica Raquel Martínez, secretaria general del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos.

"En ningún caso se trata de un interés económico, ya que el ibuprofeno de 600 miligramos, por ejemplo de 20 comprimidos, tiene un precio de 0,98 euros. Lo fácil para el farmacéutico sería dispensar uno de 400 miligramos de un precio cuatro veces mayor. En muchos casos esta diferencia económica lleva también a la presión del ciudadano. Además el farmacéutico tiene la tendencia de beneficiar al paciente económicamente, dándole el medicamento más barato", añade Martínez.

También indica que el Consejo ha realizado iniciativas respecto a los medicamentos de prescripción, y que, en concreto, en el caso del ibuprofeno "se ha observado durante la campaña de concienciación una disminución de la utilización de ibuprofeno 600 miligramos a favor del ibuprofeno 400 miligramos". "Es por tanto muy importante y necesario impulsar una mayor conciencia entre la población sobre el uso responsable de los medicamentos", afirma.   

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_