Farmacias rurales

Hoy, 1 de marzo, entra en vigor una reducción del precio de los medicamentos. Esta reducción alcanza en algunos casos un 80% sobre su precio anterior. Soy propietario de una pequeña farmacia rural de la comunidad de Castilla-La Mancha y puedo asegurar que dicha norma merma gravemente nuestras condiciones de trabajo. La Administración con estas medidas desconoce totalmente cuál es la realidad de mi profesión en este país. Somos miles los farmacéuticos de zonas rurales, jóvenes y con un futuro aún por labrar. Cuando en la opinión pública se habla de temas de farmacia, todo el mundo piensa en esas farmacias de grandes ciudades en las que las ventas son grandes, pero les puedo asegurar, que estas medidas sólo contribuyen al empobrecimiento de las farmacias que atienden a poblaciones de unos cientos de habitantes y en donde la sanidad no es un tema en el que se pueda escatimar.

Ya he perdido la cuenta de las veces que en pos de reducir el gasto farmacéutico se han aplicado medidas parecidas a éstas en los últimos años. Me llama la atención que se da por hecho que de un año para otro, todo esté un poco más caro, y que los sueldos suban, por lo menos, el IPC cada año. En farmacia, entre rebajas, descuentos a la Administración, servicios que prestamos y que no cobramos (el servicio de guardias en zonas rurales no da ni para pagar la luz) es uno de los pocos sectores que cada vez ganamos menos. ¿Por qué siempre somos las farmacias las que sufrimos los recortes en Sanidad? ¿Por qué nunca miran a otros sectores para mantener el Sistema Sanitario de Salud? La farmacia rural da un buen servicio a la sociedad y medidas como éstas hacen que los que nos dedicamos a esta profesión estemos cada vez menos motivados y nos sea más difícil realizar nuestra labor de servicio a la población.