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SANDRA KALNIETE | Vicepresidenta del Grupo Popular Europeo

“España debe tomarse muy en serio la amenaza rusa”

La Vicepresidenta del Grupo Popular Europeo afirma que cualquier comparación entre Cataluña y las repúblicas bálticas es una ofensa a la memoria de las víctimas del comunismo

Sandra Kalniete,  Vicepresidenta del Grupo Popular Europeo.
Sandra Kalniete, Vicepresidenta del Grupo Popular Europeo.Konrad Adenauer Stiftung
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“Spain needs to take the Russian threat very seriously”

Si hay alguien que sabe de independentismo y de injerencia rusa en el Parlamento Europeo es Sandra Kalniete, vicepresidenta del Grupo Popular desde 2014. Nació en un gulag de Siberia en 1952, al que sus padres fueron trasladados como esclavos. No vio su país, Letonia, hasta que tenía siete años. Su vida adulta bajo el terror soviético la convirtió en activista del movimiento soberanista letón, que consiguió la libertad para su país en 1991. Hoy tiene dos mensajes muy claros para España: la amenaza rusa es real y hay que tomarla en serio, y cualquier comparación entre Cataluña y las repúblicas bálticas es una ficción y una ofensa a la memoria de las víctimas del comunismo.

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Pregunta. ¿Qué interés puede tener Rusia en la crisis en Cataluña?

Respuesta. España es uno de los países miembros más importantes de la UE, que ya está sufriendo la crisis del Brexit, por lo que es muy positivo para Rusia que haya otra crisis que avance en la regionalización de Europa. Hay problemas de nacionalismo en Bélgica y en otros países como Italia. Esto haría que la UE se sumiera en sus problemas y que su seguridad y política exterior perdieran fuerza a escala mundial.

P. ¿Qué pueden hacer los políticos en España para contener esta amenaza?

R. En primer lugar, no tienen que perder el tiempo debatiendo, porque nos enfrentamos a un mundo completamente nuevo, digital, que requiere nuevos instrumentos internacionales para enfrentarse a él. Esta amenaza debe tomarse muy en serio. Por el momento, estamos indefensos frente a estas nuevas tecnologías. Se suponía que ayudarían a la humanidad, pero si están en manos de fuerzas negativas, pueden hacer daño.

P. En teoría, la tecnología no es mala, lo que es malo es cómo se usa.

R. Como he dicho, esa es la razón por la que tiene que haber normas internacionales acordadas, acuerdos internacionales y tratados, porque este ámbito es extremadamente importante.

P. Rusia no es que se esconda en estas campañas. ¿Por qué interfiere de forma tan abierta?

R. Estoy convencida de que Rusia lo hace a propósito para mostrar que es muy fuerte y puede interferir en los asuntos internos de todos los países, que puede conseguir sus objetivos y que no podemos hacer nada para impedírselo. Para Rusia, lo importante no es ser la mejor desde un punto de vista económico o social. Para Rusia, lo que es importante es que los demás países le tengan miedo. Eso aparece desde hace siglos en la percepción política rusa de la grandeza de su país.

P. ¿A Rusia le interesa debilitar la democracia en Occidente?

R. Sin duda, porque si las democracias están unidas, pueden hacer frente común de cara a los intentos de penetración y de debilitamiento. Desde el punto de vista económico, la UE es poderosa, seguimos siendo uno de los actores económicos más importantes a escala mundial. Y Rusia es débil porque su economía se basa en una estructura tercermundista, en las materias primas, y no en la alta tecnología. Le interesa sacar provecho de esa debilidad.

P. Entonces es una estrategia muy detallada, con unos objetivos muy claros.

R. Claro que se trata de una estrategia muy elaborada para debilitar la unidad europea, porque es mucho más fácil enfrentarse a una UE fragmentada, que por ahora ya está dividida en temas básicos y fundamentales. Hay un peligro de lavado de cerebro de las mentes europeas al decir que nuestros valores, en realidad, no son valores, que la mayoría de los europeos son hipócritas, que los políticos europeos tienen una doble moral. Se hacen paralelismos entre Crimea y Kosovo, se los relaciona con Cataluña... Son muy habilidosos en este tipo de tergiversaciones.

P. Son muchos los que creen que esta amenaza rusa es pura ciencia ficción, exageraciones alarmistas.

R. La gente debe darse cuenta del cambio extremo que vivimos. Si analizamos retrospectivamente la historia, la magnitud de ese cambio es como la de la revolución industrial. Estamos viviendo una revolución digital. Imágenes hasta ahora fantásticas se están convirtiendo en realidad: el mundo virtual, las conexiones instantáneas, la economía digital. Las amenazas directas que reciben, por ejemplo, los Estados bálticos por ser vecinos de Rusia ya no son más reales que, por ejemplo, las que recibe España, que está detrás de sus montañas. En el mundo digital las montañas ya no desempeñan un papel defensivo.

P. A menudo los independentistas han descrito la situación en Cataluña como la de las repúblicas bálticas antes del desmoronamiento de la URSS. ¿Tiene algo que decir?

R. Tengo una respuesta muy sencilla. Los Estados bálticos habían sido ocupados por un régimen totalitario y sanguinario. España es un país democrático con una Constitución y Cataluña tiene su propio autogobierno. En un país democrático, cualquier problema puede resolverse mediante el diálogo y las negociaciones dentro del marco de la ley. La ley se puede cambiar mediante negociaciones, porque en las sociedades democráticas hay normas para hacerlo. En los Estados bálticos, bajo el régimen totalitario, no había opciones políticas. Tenías que luchar por tu libertad.

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