El abogado belga de Puigdemont dice que no acudirá a la Audiencia mañana

El abogado de Carles Puigdemont en Bélgica afirma que su cliente no acudirá a la Audiencia Nacional, donde está citado a declarar el jueves y el viernes a las nueve de la mañana junto al resto de miembros del Govern acusado de rebelión, sedición y malversación. Como alternativa, el letrado propone que sea interrogado en Bélgica. "Le he sugerido que le hagan las preguntas aquí en Bélgica. Es posible legalmente", ha declarado Paul Bekaert a Associated Press. El asesor legal de Puigdemont aseguró anoche en una entrevista a la televisión holandesa que el expresidente no va a presentarse ante la justicia española y prefiere por ahora "esperar y ver", dado que tal como señaló en su última comparecencia, no cree que existan garantías para recibir un juicio justo en España.

"¿Va a presentarse su cliente el jueves ante la justicia española?", le interrogó el presentador de la cadena NOS. "Por lo que me ha dicho hasta ahora, no. Está esperando a ver cuál es la reacción del Estado español y cómo se desarrollan los acontecimientos. Así que, de momento, por así decirlo, el gato sigue en el árbol", respondió Bekaert. El abogado teme que la policía actúe contra Puigdemont con celeridad: "Tiene grandes posibilidades de ser detenido si regresa".

Mientras el expresidente guarda silencio sobre si acudirá o no a declarar a la Audiencia Nacional, Bekaert, un experto en materia de extradición y antiguo defensor de presos etarras en Bélgica, ha asumido una suerte de portavocía legal, y ha sido el único en dar pistas sobre su estrategia frente a la acción de la justicia española. Incluso se ha permitido dar pinceladas sobre el estado anímico de Puigdemont: "Está bien y confiado". Este martes dijo a la cadena flamenca VRT, que plantarán batalla ante una eventual petición de los tribunales de extraditarlo a España: "Impugnaremos cualquier intento de extradición", aseguró. Además aclaró que ello no implica que Puigdemont vaya a solicitar asilo en Bélgica, algo que por ahora no contemplan.

El abogado insiste en que no es necesario estar en España para declarar ante la Justicia. "He llevado muchos casos de españoles de origen vasco, y en algunos se presta declaración ante la policía local aquí mismo [por Bélgica]. No hay una ley que diga que alguien puede ser privado de su libertad si no acude a una citación judicial".

En caso de que no se presenten el jueves en el tribunal, la Fiscalía podría pedir a la juez que lleva el caso, Carmen Lamela, que tramite una orden europea de detención y entrega, que de ser aprobada por la magistrada conllevaría una solicitud a las autoridades belgas para el arresto de Puigdemont y los exconsejeros presentes en Bélgica.

Si el expresidente decidiera prolongar su estancia en Bélgica tendrá difícil granjearse simpatías políticas a su desafío a la justicia más allá del expresado por la ultraderechista Vlaams Belang, una formación marginal cuyo cóctel ideológico tiene como ingredientes la independencia de Flandes, euroescepticismo y una xenofobia sin tapujos.

Las puertas de las instituciones comunitarias ya le estaban completamente cerradas en su etapa de president, por lo que es impensable cualquier respaldo por ese flanco. Tampoco en un ámbito más local. El Gobierno belga se ha desvinculado de toda relación con su aterrizaje en Bruselas. Su primer ministro, Charles Michel, dejó claro que se le tratará como a un ciudadano más. Y sus tradicionales aliados flamencos de la nacionalista N-VA han salido rápidamente a negar cualquier implicación con el viaje ante el temor de que un apoyo demasiado efusivo a Puigdemont pueda provocar nuevos roces con los liberales francófonos con los que comparten Gobierno de coalición al frente del país. Solo el presidente del partido, el alcalde de Amberes, Bart de Wever, ha roto ese invisible cordón sanitario que parece rodear la visita del expresidente. "Carles Puigdemont es un amigo y será siempre bienvenido", afirmó este martes.

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