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Mover la basura para ocultar su origen

Anonymous y la patronal denunciaron a la planta que ardió en Chiloeches por camuflar los residuos peligrosos para llevarlos hasta vertederos de demolición

Manuel Planelles
Trabajos de extinción del incendio en la planta de Chiloeches.
Trabajos de extinción del incendio en la planta de Chiloeches. Pepe Zamora (EFE)

Varios "no puede ser verdad" resonaron el viernes en los despachos de algunas Administraciones, el Seprona de la Guardia Civil y la patronal de residuos peligrosos, Asegre. En todas estas instituciones ya se le seguía la pista al complejo de Chiloeches (Guadalajara) que trata residuos industriales. Se estaba en plena investigación sobre supuestas malas prácticas en la gestión cuando, en la madrugada del viernes, la planta ardió. El incendio —que este lunes estaba controlado— aún no se ha dado por extinguido, al tratarse de productos muy inflamables. Asegre y el grupo Anonymous habían denunciado la gestión que realizaba la empresa KUK Medio Ambiente SL en estas instalaciones.

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Según la información que la Junta de Castilla-La Mancha ha trasladado a EL PAÍS, dentro de la planta había unas 20.000 toneladas de residuos peligrosos. La Consejería de Medio Ambiente le había suspendido la autorización ambiental para operar en octubre de 2015. A pesar de ello, la planta no dejó de trabajar hasta junio de este año, cuando fue clausurada por el Ayuntamiento por incumplir la normativa municipal de seguridad ambiental y no tener licencia. El abogado de KUK ha sostenido este lunes que la Junta de Castilla-La Mancha no le comunicó la suspensión de la autorización hasta junio de este año.

Investigación del Seprona

Para entonces, la Guardia Civil ya tenía abierta una investigación; y la Junta, que había inspeccionado las instalaciones, había interpuesto una denuncia en el juzgado de guardia en la que advertía del riesgo de incendio y del peligro de que la empresa se descapitalizara para no hacer frente a los 1,2 millones de euros que costaría dar una correcta salida a esa ingente cantidad de residuos. La denuncia se presentó el 4 de agosto. Tres semanas después se declaró el incendio.

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Pero sobre KUK ya pesaba la sospecha antes del fuego, cuyas causas se investigan ahora también. El Seprona cree que en las instalaciones se estaban "gestionando residuos peligrosos" de forma irregular, al hacerlos pasar como inertes (sin riesgo) para así poderlos depositar en vertederos de demolición.

Eso mismo denunciaba el escrito que remitió a finales del pasado año el grupo Anonymous a la Guardia Civil. Y a esa misma conclusión llegó Asegre, que también denunció el caso ante el Seprona a mediados de 2016.

Detectives privados

Asegre, al considerar que se estaba produciendo un caso de competencia desleal, contrató a la Agencia de Detectives Monopol, que realizó un trabajo de campo sustentando la investigación con material gráfico. Esta agencia, según la documentación a la que ha tenido acceso EL PAÍS, señalaba que los residuos peligrosos —principalmente líquidos con disolventes procedentes de una industria química— eran "mezclados en la parte trasera de las instalaciones". Al parecer, se mezclaban con lodos de celulosa. Luego, según las diversas investigaciones abiertas, esos desechos se cargaban camuflados con residuos de construcción en camiones. "Estos camiones bañera cargados tendrían varios destinos en vertederos de Guadalajara y Madrid; algunos de ellos, de residuos de construcción y demolición", apunta la investigación de la agencia.

El letrado de KUK no niega estas prácticas. Eso sí, culpa de ellas a una tercera empresa que, según su versión, tenía arrendadas las instalaciones.

El viaje entre comunidades de los residuos no es casual. Según fuentes del sector, es una de las claves del descontrol en la gestión de los residuos en España. Al pasar de un gestor a otro en diferentes autonomías se logra ocultar el origen de los desechos, que pueden ir a parar, como parece que ha ocurrido en el caso de Chiloeches, a vertederos no acondicionados. El gestor se ahorra así mucho dinero, al no dar un correcto tratamiento a los residuos que recibe.

Asegre presentó en junio dos escritos ante la Comunidad de Madrid y la Junta de Castilla-La Mancha en los que alertaba de las prácticas de KUK. Apuntaba al "depósito de esta mezcla de residuos peligrosos y no peligrosos en vertederos de residuos de construcción y demolición". E informaba de que, "para poder realizar estos depósitos y burlar los controles durante el transporte y en la instalación de destino, la empresa camufla la mezcla en los remolques cubriéndola con residuos de construcción".

Un “mercado negro” en el sector

Luis Palomino, secretario general de Asegre, denuncia el "mercado negro" en el tratamiento de residuos que hay en España. Esta asociación ha presentado en los últimos cuatro años una veintena de denuncias contra instalaciones que incumplen la legislación de tratamiento de residuos peligrosos.

En su opinión, si no se solucionan estos problemas seguirán existiendo "destinos piratas que compiten de forma desleal con los gestores rigurosos". Palomino pide cambios legales para que productores y gestores compartan la responsabilidad sobre los residuos peligrosos que se generan.

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Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

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