Menéndez en su laberinto

El director general de la Agencia Tributaria (AEAT), Santiago Menéndez, ha dicho en la comisión de Hacienda del Congreso: "Es la Fiscal General del Estado quien decide en cada momento a dónde tiene que ir una denuncia presentada ante la Fiscalía". Bien. Todo parece muy claro. Pero a continuación, dijo: "Efectivamente, nosotros hemos presentado una denuncia ante la Fiscalía de Madrid, y también ha hablado de alguna denuncia presentada en la Fiscalía de Valladolid".

La versión de Santiago Menéndez es confusa. Si le tomamos la palabra parecería que la Agencia Tributaria envía la denuncia de la Organización Nacional de Investigación del Fraude, (ONIF), a la Fiscalía General del Estado y esta decide tramitarla a través de la Fiscalía Provincial de Madrid.

Pero, como hemos visto, dice que se ha presentado la denuncia ante la Fiscalía de Madrid. En el caso que nos ocupa, la Fiscalía General del Estado ha sido convidada de piedra en la fase inicial; en la puesta de escena del espectáculo Rodrigo Rato solo ha actuado con posterioridad. Ha sido cuando el pasado lunes decidió otorgar la instrucción del caso Rato a la Fiscalía Anticorrupción.

Si tanta importancia tiene en la descripción de Menéndez la Fiscalía General del Estado, ¿Por qué no se envió el material allí para que ésta decidiera cuál era el mejor curso de acción? Está claro que ese curso, según la Fiscalía General del Estado, exigía pasar por la Fiscalía Anticorrupción, y no por la de Madrid.

¿Cómo lo sabemos?

Porque la Fiscal General ha decidido después del show de Madrid, que la Fiscalía Anticorrupción sea la que investigue el asunto. ¿Por qué el lunes 20 tiene que ser la Fiscalía Anticorrupción y no el jueves 16?

La Fiscalía General del Estado, consultada este martes, sobre las afirmaciones de Ménendez, aclaró a este periódico la Agencia Tributaria / ONIF no pasó por la FGE, sino que ha presentado directamente la denuncia en la Fiscalía Provincial de Madrid.

¿Por qué nos coloca Menéndez una versión confusa, mezclando la Fiscalía General del Estado con la Fiscalía de Madrid?

¿No es más cierto, diría un fiscal independiente que ha observado las conductas del jueves y viernes pasados, que la ONIF/Agencia Tributaria eligió por razones inconfesables a la Fiscalía de Madrid?

Razones inconfesables son, por ejemplo, el deseo de no correr el riesgo de que la Fiscalía Anticorrupción, antes de acceder a las medidas cautelares solicitadas, examinara con sus propios equipos el contenido de las acusaciones, habida cuenta de que la ONIF ya había acudido a ella, sin éxito.

O que simplemente "los denunciantes", concepto utilizado por Menéndez, suponían, lo que es mucho suponer, que la Fiscalía Anticorrupción pediría al juez Fernando Andreu investigar el caso Rato en una pieza separada del caso Bankia.

Y como se quería un hecho singular, un espectáculo centrado en la persona, lo mejor era un caso nuevo. La Fiscalía de Madrid actuó, por tanto, de comadrona.

Las explicaciones de Menéndez lejos de aclarar los hechos del jueves y viernes (no se ha enterado de las filtraciones) hacen arraigar la impresión de que, más allá del recorrido que pueda tener la investigación, la bomba Rato le explotó en las manos a Montoro/Clouseau.