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El PP insiste en el diálogo pero no ofrece alternativas al pulso soberanista

Génova ve “imposible” el plan de Mas y rechaza la propuesta federal del PSOE

Francesco Manetto
Esteban González Pons y Miguel Arias Cañete, rodeados de representantes de NN GG.
Esteban González Pons y Miguel Arias Cañete, rodeados de representantes de NN GG. Claudio Alvarez

El pulso soberanista y el debate sobre la salida política a la hoja de ruta del presidente de la Generalitat, Artur Mas, se definieron ayer como uno de los ejes de la campaña europea. El PP y el PSOE ya no se limitan a cruzarse mensajes al respecto. Tras la tardía designación de la candidatura de los populares, los dos principales partidos se miden ahora poniendo caras a sus argumentos. Ayer lo hicieron los números dosdel cartel electoral, el popular Esteban González Pons y el socialista Ramón Jáuregui, aunque ambos no se movieron, en lo fundamental, de sus respectivas premisas.

El razonamiento del PP incide en negar una hipótesis que, en realidad, la gran mayoría del Parlamento ya rechaza y considera irrealizable: la independencia de Cataluña. En eso insistió el vicesecretario de Estudios y Programas de los populares. Su partido, dijo Pons, “ni se plantea la posibilidad de que Cataluña quede fuera de la UE”. “Para el PP es completamente imposible, de corazón y de cabeza”, afirmó. Y agregó, en declaraciones a los medios desde la sede nacional de la formación: “España sin Cataluña no tendría nombre, porque ya no sería España, sino el trozo que queda después de haber separado la parte de lo que hoy llamamos Cataluña”. A partir de ahí, Pons señaló que cualquier comunidad española independiente sería inviable para la Unión Europea.

¿Existe una solución política para el futuro encaje de Cataluña en España? El Gobierno ha invitado ya a Mas a que plantee, si quiere, una reforma de la Constitución. El PSOE también insiste en la necesidad de “renovar el pacto territorial” y afrontar un debate sobre “la articulación del modelo autonómico”. Lo recordó ayer Ramón Jáuregui. Pero cada vez que algún miembro del Ejecutivo o de la dirección de los populares se pronuncia sobre esta cuestión, lo hace para enfriar, al menos públicamente, la hipótesis de una modificación del texto constitucional. Pons empleó la metáfora de los plomos de un sistema eléctrico. Para tocarlos sin correr el riesgo de cortar la electricidad, dijo, hay que saber qué manipular y cómo. “El tiempo del diálogo es siempre”, matizó el dirigente popular, pero “el tiempo de reformar la Constitución es solo cuando hay consenso suficiente, cuando se sabe para qué y cómo”. Esta circunstancia refleja una contradicción que se mantendrá al menos hasta los comicios europeos. Esto es, todos los actores aseguran que el diálogo es fundamental para solucionar la crisis soberanista. Pero nadie ha logrado, de momento, convertir las respectivas declaraciones de intenciones en una alternativa que genere el suficiente apoyo.

El PSOE insiste en que el camino que deben emprender los principales partidos es el de la reforma federal. Jáuregui enfatizó ayer que, ante “el proceso independentista del Gobierno catalán y el simple ‘no’ del Gobierno español”, no cabe otra solución que esta propuesta, que el secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene previsto volver a plantear formalmente después de las elecciones del 25 de mayo. “Primero negociar, después pactar y luego decidir: éste es el proceso”, destacó el número dos de la candidatura socialista: “Crear un marco de debate y no un frontón entre las declaraciones extremas de unos y otros”.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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