Defensa descarta una reducción de los efectivos del Ejército en el País Vasco
Asegura que “se compensará” la desaparición de la brigada con sede en Vitoria
La reorganización del Ejército de Tierra “no supondrá, en ningún caso, reducción de efectivos en el País Vasco”. Así lo asegura, al menos, el Ministerio de Defensa, saliendo al paso de la inquietud que ha suscitado en medios militares la supresión de la Brigada de Infantería Ligera San Marcial, con base en Araca (Vitoria). La comunidad autónoma vasca es la única (a excepción de Canarias y algunas uniprovinciales) que tiene guarniciones en todas sus provincias. Y ello responde a razones políticas, más que operativas. El hecho de que una sustancial reducción de los efectivos militares en el País Vasco pudiera interpretarse como un triunfo de la histórica reivindicación abertzale (salida de las Fuerzas Armadas y de los Cuerpos de Seguridad del Estado de Euskadi) ha cargado políticamente un proyecto que responde a criterios puramente técnicos y cuyo objetivo es garantizar la operatividad del Ejército en un contexto de ajustes presupuestarios.
El plan del Estado Mayor del Ejército supone pasar de diez brigadas especializadas (mecanizada, o paracaidista o de alta montaña) a ocho Brigadas Orgánicas Polivalentes (BOP), dotadas de una amplia gama de capacidades para hacer frente a diferentes tipos de amenazas y caracterizadas por su “disponibilidad, flexibilidad, capacidad de proyección y de resolución”. Eso supone completar las actuales brigadas ligeras con medios blindados y a la inversa; aunque algunas serán preferentemente “de cadenas” y otras “de ruedas”.
Las dos brigadas que está previsto suprimir son la San Marcial (Vitoria) y la Castillejos (Zaragoza), pero la capital aragonesa albergaría el cuartel general de la nueva brigada Aragón, en la que se integrarán los batallones desplegados en las provincias de Huesca, Gerona y Barcelona, ahora dependientes de la Jefatura de Tropas de Montaña.
En cambio, los regimientos de Loiola (San Sebastián), Munguía (Vizcaya) y Aizoain (Navarra), sin moverse de sus actuales emplazamientos, pasarán a depender, respectivamente, de las brigadas Extremadura (Badajoz), Guzmán el Bueno (Córdoba) y Guadarrama (Madrid).
Las guarniciones vascas dependerán de las bases de Badajoz o Córdoba
Debido a su alto coste, y a los problemas de personal que conllevan, el Estado Mayor del Ejército ha limitado al máximo los traslados de unidades. Sin embargo, sí hay algunos previstos: el batallón Flandes —que hasta hace pocos años tenía carros de combate Leopard— cambiará Vitoria por Zaragoza. No hay fecha para este traslado, como tampoco para el de los tres grupos de Caballería que dejarán Valladolid para integrarse en las tres brigadas de la actual División Mecanizada o del que pasará de Valencia a Fuerteventura.
Las BOP son fruto de dos décadas de experiencia en los Balcanes o Afganistán. Para completar cada contingente, había que echar mano de diferentes unidades (Caballería, Infantería, etc.) y legionarios o paracaidistas debieron aprender sobre la marcha la conducción de blindados de los que carecían en sus unidades de origen. En adelante, todas las brigadas serán similares, lo que facilitará el relevo entre ellas.
Pero las implicaciones del despliegue geográfico del Ejército van más allá de lo operativo. Según Defensa, “hay varias alternativas en estudio” y, si se suprime la brigada de Vitoria, “se compensará con otras unidades”, que garantizarán el mismo nivel de efectivos en el País Vasco. Lo seguro es que no se perderá el nombre de San Marcial: se rebautizará así el actual cuartel general de las fuerzas ligeras, en Madrid.
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