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Víctimas de ETA piden “verdad y justicia” para las del franquismo

La viuda de un edil del PP asesinado por la banda: “Merecen los mismos derechos”

Natalia Junquera
Concentración de víctimas del franquismo, que se han reunido con el relator de Naciones Unidas.
Concentración de víctimas del franquismo, que se han reunido con el relator de Naciones Unidas.Álvaro García

Las víctimas del franquismo suelen repetir que se sienten “víctimas de segunda” porque mientras las del terrorismo, explican, tienen acceso a la justicia, una dirección especial en Interior, una oficina para atenderlas, apoyo psicológico, homenajes y reconocimientos, ellas solo encuentran apoyo fuera de su país: en la juez argentina que ha abierto una causa contra los crímenes de la Guerra Civil y la dictadura, y en la ONU, que ha tirado de las orejas varias veces a España por no atender a sus demandas. El pasado domingo, el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón pidió a las víctimas de ETA que reconocieran y ayudaran a las del franquismo. La Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), la mayoritaria, consultada por este diario, no ha querido pronunciarse sobre el asunto. Pero otras víctimas de ETA sí quieren salir públicamente en apoyo de los familiares de los desaparecidos de la Guerra Civil y la dictadura.

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“Deberían tener los mismos derechos: verdad, justicia y reparación, igual que nosotros”, afirma Mari Carmen Hernández, viuda de Jesús María Pedrosa, concejal del PP en Durango (Vizcaya) asesinado por ETA en 2000. Para ella, tanto los fusilados por falangistas como los muertos por la banda terrorista “defendían las libertades, los mataron por sus ideas”. “El Gobierno debería comprometerse y no vulnerar los derechos de las víctimas del franquismo”.

Joaquín Vidal, presidente de la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo, también cree que “todas las víctimas, las de la violencia de género, las del franquismo, las del terrorismo, deben ser asistidas y protegidas por igual. El dolor es el mismo”.

Robert Manrique, superviviente de la mayor matanza de ETA, el atentado de Hipercor, que mató a 21 personas en 1987, considera que las víctimas del franquismo tienen un “sufrimiento añadido”: “Sufren el abandono y sufren porque no han podido enterrar a sus muertos”. Preguntado por qué cree que las víctimas del franquismo no tienen los mismos derechos, responde: “Las Administraciones han visto en las víctimas de ETA un filón de utilización partidista. Con las del franquismo, después de tantos años olvidadas, pensaron que nadie iba a pedir por ellas. No dan los réditos políticos que dan algunas víctimas del terrorismo”.

Manrique recuerda que durante mucho tiempo las víctimas de ETA sufrieron un abandono e incomprensión similar. “Hasta 1999 no hubo una ley de solidaridad con las víctimas del terrorismo. Las del franquismo llevan 70 años esperando y aún no tienen la legislación que se merecen”.

La ley de memoria histórica, aprobada en 2007, preveía subvenciones para costear las exhumaciones, pero el Gobierno de Rajoy ha eliminado esas partidas y cerrado también la oficina para las víctimas del franquismo.

Maite Pagazaurtundua, hermana deJoseba, exjefe de la Policía Municipal de Andoain (Gipuzkoa) asesinado por ETA en 2003, invita a las víctimas del franquismo a reunirse con ellas —es miembro del Colectivo de Víctimas del terrorismo en el País Vasco, Covite— y “compartir experiencias”. No obstante, cree que en algunos aspectos aquellas lo tienen mejor. “En una parte del País Vasco sigue sin verse a ETA como algo negativo, pero no hay ningún territorio de la geografía nacional en el que haya cientos de personas a las que le parece bien lo que hizo Franco”, afirma.

La madre de Irene Villa, María Jesús González, reveló que en una reunión en 2006 el entonces presidente Zapatero le dijo que era capaz de ponerse en su lugar porque habían matado a su abuelo en la Guerra Civil. La frase provocó polémica. “¿Cómo puede comparar? Nosotros no estamos en guerra”, contestó indignada.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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