El PSOE busca apoyo contra Mato y Montoro para el estado de la nación

El debate sobre los casos de corrupción en el Congreso es, por el momento, la discusión entre el PP que se agarra al ejemplo de Mario Rajoy para exigir a Alfredo Pérez Rubalcaba que haga públicas sus declaraciones de IRPF y el PSOE que mantiene la presión contra los dos ministros que considera más salpicados por los escándalos: Cristóbal Montoro y Ana Mato.

El debate sobre las medidas concretas llegará la próxima semana en el debate sobre el estado de la nación en el que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene previsto presentar una batería de propuestas que incluyen el endurecimiento de penas en el Código Penal.

“¿Qué tiene que temer? Cuando uno exige transparencia debe contestar con transparencia y no con excusas”, aseguró ayer el portavoz parlamentario del PP, Alfonso Alonso, en referencia a la resistencia del líder socialista a hacer públicos sus ingresos como hizo Rajoy el sábado.

A los populares les sirve el gesto de transparencia del presidente para sacar pecho e intentar mantener la iniciativa ante las dudas que ha sembrado entre los dirigentes del PSOE.

Los socialistas aseguran que antes de hacerlo buscarán un modelo común y unificado para que lo hagan todos los parlamentarios y, para eso, presentarán una propuesta de resolución para que se vote al término del debate sobre el estado de la nación de la próxima semana. Además, el Grupo Socialista mantiene la presión para pedir la dimisión de los ministros de Sanidad y de Hacienda, por las relaciones de su exmarido con la trama Gürtel y por la amnistía fiscal a la que se acogió Luis Bárcenas, respectivamente. Los socialistas quieren negociar con todos los grupos, salvo el PP obviamente, una propuesta de resolución para ese debate en la que se pida la reprobación de Mato y de Montoro. Para ayer el BNG presentó una enmienda pidiendo la destitución de la ministra de sanidad, pero, finalmente, la retiró tras hablar con el PSOE la posibilidad de llevarlo al estado de la nación.

Este miércoles seguirá presión del PSOE en la sesión de control y, por ejemplo, el número dos del Grupo Socialista, Eduardo Madina, preguntará a Mato e incluirá en su intervención la petición de dimisión. Rajoy y el resto del Gobierno mantienen su apoyo a Mato y la ministra se niega a dimitir, por entender que no es responsable de pagos de la trama a su exmarido que ella dice desconocer.

Además, una semana antes, la ordenación del primer debate sobre el estado de la nación de Rajoy provocó ayer polémica.Que el presidente del Gobierno ha usado la mayoría absoluta del PP para limitar al mínimo que exige la ley sus comparecencias es sabido hace meses, lo que es nuevo es que, además, alguno de esos debates regulados quieran eliminarse. En concreto, el secretario de Estado de relaciones con las Cortes, Luis Ayllón, comunicó ayer a los portavoces su intención de unir la comparecencia del presidente sobre la última cumbre europea con el debate sobre el estado de la nación de los días 20 y 21 de febrero.

Los grupos de la oposición expresaron su protesta y el presidente de la Cámara, Jesús Posada, decidió pedir un informe a los servicios jurídicos de la Cámara que será examinado hoy en una Junta de Portavoces extraordinaria.

Reglamentariamente, el presidente del Gobierno debe comparecer en el Pleno para dar cuenta de cada cumbre europea. La semana pasada se celebró una especialmente trascendente en la que se aprobó el presupuesto que determina la situación económica de España durante años. El Gobierno asegura que como ya está convocado el debate del estado de la nación esa comparecencia no puede celebrarse de manera separada y han de unirse ambas. Según el PP, ese debate sería redundante con el del estado de la nación en el que la política europea y económica será un punto fundamental.

Para la oposición, eso sería en la práctica eliminar una comparecencia prevista en el Reglamento del Congreso, más allá de las obligadas en la sesión de control con un tiempo muy estricto de dos minutos por pregunta.