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Rajoy ataca la herencia del PSOE para defender la gestión de su primer año

El presidente admite el “dolor” que causan sus medidas pero pide “esperanza” Presume de que conserva la mayoría social que le llevó a La Moncloa

Hace un año, cuando pronunció su discurso de investidura, Mariano Rajoy aseguró que no utilizaría la “herencia recibida” como argumento político, porque los ciudadanos le habían votado para gobernar sobre esa realidad. Sin embargo, en estos 12 meses esa “herencia recibida” ha sido una especie de comodín al que el Gobierno se aferra cada vez que se ve apurado o apretado por la oposición socialista.

El presidente, en un trabajado discurso ante su partido, que lanzó en tono mitinero y a la ofensiva, en un acto pensado como balance de su primer año, tiró de ese comodín con especial virulencia, tanto que llegó a decir que “el PSOE carga con una culpa histórica” por su gestión y no puede dar lecciones de nada.

Tras un año en La Moncloa y después de haber puesto en marcha la agenda de recortes más duros de la democracia, Rajoy se revolvió contra los socialistas, que le acusan de desmantelar el Estado de bienestar. “Nosotros, los problemas los eliminamos y no los escondemos. Vamos a ir con la verdad por delante, como siempre hemos hecho. Pero no vamos a cargar con las culpas de nadie, ni vamos a pagar los platos rotos de otros. No vamos a consentir que quien socavó nuestro Estado de bienestar nos pretenda dar lecciones de política social o proclamarse su defensor. El PSOE congeló las pensiones, no nosotros. Nos dejó un déficit de bancarrota porque gastó lo que no había y aquí está el origen de buena parte de nuestros males. El PSOE carga con una culpa histórica y hay que decirlo alto y claro. Nosotros estamos intentando enderezar la situación”.

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Rajoy es consciente de que el balance de su primer año, en términos económicos, es desastroso. Todos los parámetros clave —paro, caída del PIB, inflación, deuda, prima de riesgo— están peor que hace un año. Y no se ha tocado fondo. El Gobierno cree que el arranque de 2013 será durísimo, aunque confía en que la situación mejore en verano. Tal vez por eso, consciente de que no podrá vender datos positivos en muchos meses, Rajoy se pone la venda antes de la herida, carga contra los socialistas y admite que millones de españoles han vivido 12 meses de “dolor y sufrimiento”, un escenario radicalmente distinto al que prometió antes de llegar al poder.

Rajoy sabe ya, a estas alturas del año, que no solo la recuperación no está cerca, sino que ni siquiera va a cumplir su gran objetivo, el que teóricamente justificaba todos los recortes: el 6,3% de déficit en 2012. Se superará, aunque aún no se sabe cuánto.

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Rajoy se pone la venda, pero además, consciente de que no habrá resultados pronto, pide a los españoles que tengan “esperanza”. “2012 ha sido un año difícil, de esfuerzos y de grandes sacrificios sin frutos palpables para el ciudadano de a pie. Pero hemos puesto los cimientos de nuestra recuperación”, aseguró.

Esa “esperanza” solo contempla la creación de empleo para 2014: “2013 terminara mejor que como va a empezar. Será un año en el que tendremos fundadas razones para la esperanza de trabajar con un horizonte de crecimiento y de creación de empleo para 2014”.

Rajoy acaba el año con una cierta tranquilidad. Ha logrado resistir y no pedir el rescate, lo que más le preocupaba, y cree que el resultado de la última cumbre le dará algo de aire con la prima de riesgo. El Gobierno insiste en que no lo pide porque nadie le garantiza que la prima de riesgo bajaría a 200 puntos, como quiere Rajoy, y porque no está claro que todos los socios lo apoyarían. Fuentes del Ejecutivo insisten en que Alemania no lo ve con buenos ojos, aunque Angela Merkel, en un encuentro con corresponsales extranjeros, aseguró ayer que ella no le ha recomendado a Rajoy que no pida el rescate, que esa decisión le corresponde solo a él.

El presidente, que lanzó enormes elogios a su secretaria general, Dolores de Cospedal —el acto era en Toledo—, presumió de que conserva la mayoría social que le llevó a La Moncloa:

“Hace poco más de un año, los españoles nos otorgaron su confianza. Pese a todas las dificultades, esa confianza sigue vigente. En los últimos meses hemos cosechado en Galicia, en Cataluña y en el País Vasco unos grandes resultados. Eso es el reconocimiento de los ciudadanos a un partido que allá donde gobierna está haciendo lo que hay que hacer”.

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