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El Gobierno asume el golpe andaluz y seguirá adelante con los recortes

Superadas las urnas, ahora solo preocupan otros jueces: Bruselas y los mercados

Confianza fue la palabra clave de la campaña de Mariano Rajoy. Y esa es la que más preocupa ahora al Gobierno. Las elecciones andaluzas, con una pérdida inesperada del voto que tuvo el PP en las generales hace solo cuatro meses, han supuesto un golpe anímico importante para el partido y el presidente del Gobierno. Nadie niega en privado que ha sido un toque de atención importante.

Sin embargo, superado este trago, al que Rajoy supeditó buena parte de su estrategia —sobre todo el retraso de los Presupuestos, tan criticado por Bruselas—, no hay elecciones a la vista al menos en un año. Con este resultado, el adelanto de las gallegas parece muy improbable. Así que el Gobierno se concentrará ahora, explican fuentes del Ejecutivo, en el otro juicio, más complicado aún que el de los ciudadanos: el de Bruselas y los mercados.

Rajoy no solo va a seguir adelante con las reformas y los recortes. Incluso aumentará su profundidad, señalan en el Ejecutivo. No solo porque ahora ya no tiene el freno de tener que presentarse a unas elecciones clave. Además, porque necesita recuperar esa confianza de Bruselas y de los mercados que parece estar perdiendo. España es cada vez más fuentes de noticias preocupantes en medios internacionales y de declaraciones críticas de dirigentes europeos.

Con el fracaso en las andaluzas —no ha logrado la mayoría absoluta que esperaba— y el mal resultado asturiano, Rajoy muestra una mayor debilidad frente a sus socios europeos. El principal temor de Bruselas consiste en que Rajoy no consiga imponer los recortes a las comunidades. Con un Gobierno PSOE-IU en Andalucía y tal vez otro en Asturias, esa idea se refuerza. A ello se añaden los problemas en Cataluña. CDC ha optado por defender la independencia y este lunes Alicia Sánchez-Camacho dijo que si esa es la línea del Ejecutivo de CiU no podrán contar más con su apoyo.

En este panorama de incendios constantes, y con una huelga general el jueves, Rajoy está en Seúl pero ya prepara su intento por recuperar esa credibilidad frente a los mercados. Será el viernes, cuando presente los Presupuestos, que aún siguen en plena negociación entre los ministerios. Lejos de suavizarlos, serán aún más duros, según diversas fuentes del Ejecutivo. Además, abrirán la puerta a más recortes en las autonomías. Rajoy, señalan en el Ejecutivo, quiere lanzar un mensaje muy claro a Europa y a los mercados de que está dispuesto a tomar medidas muy duras. Necesita que le crean cuando asegura que en 2013 bajará el déficit al 3%, lo que supone un descomunal recorte de casi 60.000 millones de euros en dos años.

Estas cuestiones son las que realmente ocupan a Rajoy, mientras el resto del partido se recupera del golpe que ha supuesto el fracaso en Andalucía. Varios dirigentes señalan que vieron al presidente muy decepcionado en la noche electoral en la calle Génova. No solo por el problema político que supone, también por Javier Arenas, su gran aliado interno, su consejero más fiel.

Aún así, Rajoy trató este lunes de ofrecer su cara más optimista nada más llegar a Seúl, tras 14 horas de vuelo con escala en Riga (Letonia). Dijo que “en absoluto” se puede hablar de fracaso. “Hemos tenido el mejor resultado en la historia de nuestro partido en unas elecciones andaluzas, hemos ganado las elecciones que nunca habíamos ganado”, alegó. Tuvo que reconocer, no obstante, que le “hubiera gustado, como es natural, gobernar, pero en política no siempre consigue uno el 100% de los objetivos que se propone”, apostilló.

Rajoy aprovechó su primera valoración pública de los resultados electorales del domingo para dar un espaldarazo a los populares andaluces, de los que dijo sentirse “muy orgulloso”, y a su líder, Arenas, que por cuarta vez ha fracasado en su empeño de conquistar la Junta de Andalucía. “Mis compañeros en Andalucía lo han hecho muy bien; especialmente Javier Arenas, que ha trabajado mucho”, subrayó.

Eludió, sin embargo, cualquier responsabilidad en el revés electoral al rechazar que las urnas le hayan pasado factura por las medidas de ajuste que está adoptando. “No”, contestó tajante a los periodistas. En cualquier caso, el Gobierno seguirá en la misma línea, porque está haciendo “lo que tiene que hacer” ante la gravedad de la situación económica. Anunció que el Consejo de Ministros aprobará el viernes unos Presupuestos “muy austeros” y en abril y mayo dará luz verde a nuevas reformas. “Esperamos contar con la comprensión de la gente, yo intentaré explicar todo lo que se hace, pero España no se puede quedar anclada 30 años atrás”, sentenció.

No hay cambio de estrategia pero es precisamente en esa parte de las “explicaciones” de las que hablaba Rajoy donde hay más debate interno. Como siempre que hay problemas en política, se culpa a la comunicación. El PP y el Gobierno están preocupados porque temen que no se haya hecho la suficiente pedagogía con las subidas de impuestos o la reforma laboral. Rajoy, que insiste en que él intentará “explicar” lo que hace, aún no ha comparecido para explicar ninguna medida impopular, y ha dejado que lo hagan los ministros.

Rajoy tiene previsto entrevistarse hoy con el secretario general de la ONU, con el presidente del Consejo Europeo y los mandatarios de Canadá, Chile, Turquía, Sudáfrica y Kazajstán. Además, se encontrará con el presidente de EE UU, Barack Obama, y con el primer ministro italiano, Mario Monti, quien dijo que España estaba dando “motivos de gran preocupación a toda Europa”. Este lunes no quiso contestarle, pero le censuró veladamente al asegurar que él nunca hará “declaraciones de ese tipo”.

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