Los barones del PP advierten a Rajoy de que han llegado al límite de los recortes
Los presidentes autonómicos plantean a Rajoy que acelere el tijeretazo, que asuma los costes y que empiece por las universidades
En público unos presidentes autonómicos son más crudos y otros disimulan más. Pero en privado el mensaje que les está llegando al presidente Mariano Rajoy y a Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda, es clarísimo: los barones están ahogados. No ven cómo van a poder recortar los miles de millones de euros que les tocan en 2012 porque la Unión Europea se muestra inflexible. Incluso aunque dé un poco de margen.
Los mensajes que le llegan en privado al presidente, según fuentes del Gobierno y de las autonomías, son especialmente dramáticos. La idea es muy clara: no se puede hacer lo que se pretende hacer sin afectar muy gravemente al gasto social e incendiar así la calle. En público los presidentes se cuidan algo más, aunque ayer el de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, que vive una situación especialmente angustiosa y no puede echarle la culpa a la herencia socialista —el PP gobierna allí desde 1995— se sinceró. ¿Se puede hacer el recorte sin tocar el gasto social?, le preguntaron. “Hombre, todo tiene un límite, y el 85% del Presupuesto de nuestra comunidad se va en gasto social”.
Después, por la tarde, José Antonio Monago, el presidente extremeño, que también fue recibido en La Moncloa por Rajoy, fue un poco menos dramático, pero dejo claro que su comunidad ha hecho unos recortes muy fuertes y, sobre esos, ahora tendrá que hacer unos mayores. “Menos ir en alpargatas, hemos hecho de todo, y aún así el déficit se ha quedado en el 4%. Si no, nos habríamos ido al 7%. Ahora, si este año hay que bajar al 1,3%, lo haremos, aunque duela”.
Rajoy sigue su ronda con los presidentes autónomicos, y de todos ellos, incluso de los que son de distintos partidos, está recibiendo el mismo mensaje: no es viable el recorte que está encima de la mesa, y más después de conocer que el déficit se irá al 8,5% en 2011, lo que amplía las dimensiones del tajo de 2012.
“Vamos desnudos. No hay un euro”
El presidente de Cantabria, Ignacio Diego, aseguró ayer que el Gobierno autónomo no tiene “un euro”, los problemas de liquidez van a continuar y la economía regional no soporta otro año más como 2011, en el que se gastaron 560 millones de euros más de los que se ingresaron. “Vamos desnudos. No hay un euro”, afirmó ante directores de colegios cántabros de enseñanza infantil y primaria que le preguntaron cuándo les van a pagar los atrasos.
El presidente cántabro reconoció que los colegios e institutos han tenido hasta ahora problemas de liquidez y, acto seguido, no dudó en admitir que esos problemas van a continuar, porque “no hay dinero”. De momento, ayer se ordenó el primer pago de cantidades atrasadas, si bien Diego no aclaró cuándo se abonará la mayor parte de lo adeudado. “Para mí es tremendamente desagradable gestionar esta miseria”, comentó el presidente de Cantabria ante los directores de centros educativos.
Diego defendió las medidas de ajuste y anunció que el Gobierno va a seguir “adelante, con manifestaciones o sin ellas”. Reconoció que se trata de medidas “ingratas”, pero alegó que el Gabinete no ha encontrado “otra fórmula” para mantener los servicios básicos sin que se produzca una merma de su calidad.
Rajoy, según las mismas fuentes, escucha esos problemas, les dice que está buscando esa flexibilidad con Bruselas —el Gobierno insiste en trasladar mensajes optimistas sobre este asunto, al menos en privado— y evita comprometerse a nada ni darles cifras de cuánto tendrán que recortar cada uno. Pero sí les deja claro que va a ser muy duro.
El pasado jueves, en Roma, el presidente ya dijo que todas las autonomías van a tener que revisar a la baja sus Presupuestos de este año, que ya eran muy restrictivos. Todos temen que el dinero que les da el Estado sufra un enorme bajón, por eso esperan ansiosos los Presupuestos, que llegarán cinco días después de las elecciones andaluzas.
El problema sigue siendo de credibilidad. Ayer mismo la agencia de calificación Standard & Poors rebajó la deuda de la Generalitat valenciana desde BBB- a BB, lo que equivale a “bono basura” debido a las “incertidumbres sobre el apoyo del Gobierno”, según un comunicado de la entidad. Esto quiere decir que esta comunidad prácticamente no puede buscar financiación externa y debe recurrir a las ayudas del Estado.
Las comunidades están viendo cómo sus ingresos siguen desplomándose por la crisis. Según explicó Fabra, la Comunidad Valenciana está en ingresos a niveles de 2004. Y sigue cayendo, porque España ya está prácticamente en recesión, que los recortes no harán sino profundizar. Los gastos sociales, los más importantes, son muy difíciles de bajar y más en plena crisis, cuando las necesidades de ayuda de la parte más desfavorecida de la población crecen. Y si la previsión de caída del PIB que haga el Gobierno es del -1,5% o más, la situación será aún peor porque eso implica más caída de los ingresos.
Por eso los presidentes, sobre todo los del PP, están trasladando a Rajoy una idea, según las mismas fuentes. Si hay que pasar a una fase más compleja de recortes, que implica tocar a fondo el gasto social —sanidad y educación— hay que hacerlo todos juntos, y con el Gobierno liderando esas medidas duras y asumiendo el coste político. Como se ha hecho en otros países, donde ha sido el Ejecutivo quien ha anunciado grandes recortes de gasto social.
En las comunidades ya se plantean muchas fórmulas. El gasto que muchos ven más factible de tocar es el de las universidades. Esperanza Aguirre ya propuso frente a Rajoy que a partir de cierta renta las comunidades dejaran de financiar los másteres. Otras autonomías plantean la posibilidad de cobrar por otros servicios para aumentar los ingresos. Pero para eso necesitan el visto bueno del Estado y quieren que todo se haga de manera conjunta, para repartir el coste político. Lo que ningún presidente autonómico parece dispuesto a hacer es plantear una medida de recorte social polémica en solitario.
El ambiente en cualquier caso es de máxima preocupación. Y los barones están hablando entre ellos y se están moviendo para intentar buscar alianzas. De momento el propio Fabra le arrancó ayer a Rajoy un compromiso que será relevante en este contexto de recortes generalizados: antes del verano se celebrará una conferencia de presidentes en Valencia.
Antes de eso habrá más reuniones —la semana que viene un Consejo de Política Fiscal y Financiera, aunque en principio pensado para hablar de ayudas a las comunidades, sin duda con los recortes sobrevolando el ambiente político— y sobre todo mucha negociación.
Pero antes de bajar a la arena española, donde la guerra será abierta, todos los barones confían en que Rajoy logre algo de margen de la Comisión Europea. “Bruselas aprieta pero no ahoga. Tienen que ver que a nadie le conviene un país con la calle incendiada”, resume un barón.
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