El PP cambia de discurso y descarta adelantar el fondo de competitividad

Tres días le han bastado al Partido Popular (PP) desde las elecciones para cambiar su discurso respecto a la gestión del fondo de competitividad. El pasado mes de abril, Mariano Rajoy visitó el Parlamento catalán e instó al ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero que abonara a Cataluña los 1.450 millones por ese concepto que reclamaba con insistencia el presidente Artur Mas con el apoyo, entre otros partidos, del propio PP. Rajoy basó su postura en que los Gobiernos debían cumplir la ley. Sin embargo, Jorge Fernández Díaz, diputado popular por Barcelona, ha anunciado que el futuro presidente Rajoy no anticipará dicho pago.

"Rajoy respetará todos los compromisos que marca la ley pero anticipar su pago ni de broma porque en el actual contexto de crisis no se puede pedir lo que no se puede dar. Anticipar no es cumplir", ha alegado el también exvicepresidente del Congreso y estrecho colaborador de Rajoy en una entrevista a Catalunya Radio. En abril, el PP también votó en el Senado una moción, defendida por la presidenta popular en Cataluña y también senadora, Alicia Sánchez-Camacho,  que pedía al Gobierno el pago del fondo. El PSOE se quedó solo entonces defendiendo la tesis de que la ley explica de forma clara que el fondo no debe liquidarse hasta el año 2013.

El fondo de competitividad, que entonces reclamaron con vehemencia comunidades autónomas gobernadas por el PP, es una herramienta creada dentro del último sistema de financiación autonómica. Su objetivo es compensar a las comunidades más dinámicas cuya financiación per cápita queda por debajo de la media tras el reparto que se realiza desde el Gobierno central. La ley establece el límite legal de 2013 para que el Gobierno abone a Cataluña los 1.450 millones de euros correspondientes a la liquidación de 2011. Artur Mas, presidente de la Generalitat, sostiene que de adelantarse el dinero, Cataluña cumpliría con el objetivo de déficit.

Cuando Rajoy visitó el Parlament, aseguró que, aunque una ley "no guste", hay que cumplirla, porque "un país sin reglas de juego tiene problemas evidentes". La presidenta del PP catalán fue más allá: "Que se deje de excusas, de engañar y que cumpla la ley", remachó.