Dos formas de gestionar los desequilibrios
Cospedal ha primado los intereses del PP sobre las necesidades de Castilla-La Mancha. Bauzá ha impuesto la discreción sobre el déficit en beneficio de Baleares
En apenas dos meses de reinado autonómico, el Partido Popular ha exhibido dos modelos diferentes de ejercer la cohabitación con el Gobierno del PSOE. Los presidentes de Castilla-La Mancha y Baleares encarnan dos formas opuestas de gestionar la herencia de sus antecesores socialistas. En el primer caso, los intereses del partido han primado sobre las necesidades regionales. En el segundo, la discreción sobre el déficit se ha impuesto en beneficio de la comunidad.
Nada más llegar al poder, la nueva dirigente castellanomanchega y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, alertó, sin cifras por delante, del estado ruinoso de las cuentas, que en 2010 alcanzaron un desequilibrio del 6,47% del PIB. Coincidiendo con el vapuleo de España en los mercados, la prensa extranjera se hizo eco de declaraciones explosivas como que Castilla-La Mancha es “la Grecia de España”.
Para cargar las tintas, Cospedal hizo pública su petición de una entrevista con la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, para reconducir la situación. Salgado exigió previamente datos solventes de 2011 y Cospedal reaccionó presentando unos números claramente hinchados.
Mientras, el presidente balear, José Ramón Bauzá, afrontaba de forma silenciosa una situación similar: un déficit excesivo (4,16%) que Economía exige reducir. Sin aspavientos ni declaraciones subidas de tono, el resultado es que Bauzá se reunirá el martes por la tarde con Salgado para dar salida a su plan de reequilibrio, mientras el de Castilla-La Mancha quedará pendiente al menos hasta octubre.
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