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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

“Estamos muy lejos de garantizar vivienda digna para todos”

Robert Lewis-Lettington, jefe de ONU Hábitat, subraya que el de las casas no es un mercado que encuentre un equilibrio natural por sí mismo: “Hay demasiadas distorsiones”

Vivienda Indonesia
Chozas en la orilla del río Ciliwung, en Yakarta (Indonesia). Faisal Ramadhan (SOPA Images)

Más de 7.500 profesionales de 120 países se reunieron en el Foro de Activación de Vivienda Asequible el pasado mayo y pidieron acciones concretas para asumir la responsabilidad compartida de mejorar el derecho efectivo de acceso a una vivienda digna, adecuada y asequible en todo el mundo para 2050.

“La vivienda adecuada es un derecho humano y eso significa que existe un deber público claro de proteger a quienes enfrentan dichos desafíos”, comentaba Robert Lewis-Lettington desde Madrid. Él, que ha trabajado durante más de dos décadas en procesos multilaterales y en la prestación de asistencia técnica en la formulación de políticas y procesos legislativos, es el Jefe de la unidad de Legislación Urbana de ONU-Hábitat. A raíz de su participación en la conferencia, afirmó que la vivienda no es un mercado que encuentre un equilibrio natural por sí mismo: “Hay demasiadas distorsiones que afectan. Entre ellas, un enfoque impulsado por la inversión y la especulación que ha sido apoyado por la disponibilidad creciente de fondos de inversión para la vivienda, aumentando los precios sin un aumento directo de la demanda, ingresos disponibles o cualquier tipo de escasez de oferta concreta”.

En el contexto del foro, se puso en evidencia que este aspecto es un reto particular importante para aquellos sin acceso a financiamiento flexible, en particular los jóvenes, los pobres y las comunidades más vulnerables. “Curiosamente, en contra de lo esperado, muchos países han vivido un retroceso en la provisión pública de vivienda e incluso de los enfoques regulatorios basados en la protección”, comentó Lewis-Lettington. “En general, existe la percepción de que la vivienda está fuera del alcance de muchos, y las comunidades de bajos ingresos y los jóvenes tienen mayor desprotección ante esta necesidad básica”.

Curiosamente, en contra de lo esperado, muchos países han vivido un retroceso en la provisión pública de vivienda e incluso de los enfoques regulatorios basados en la protección
Lewis-Lettington, jefe de la unidad de Legislación Urbana de ONU-Hábitat

Los participantes en el foro señalaron la necesidad de establecer un plan de acción común, construir alianzas y apoyar a los gobiernos en sus acciones para hacer realidad el derecho a la vivienda de manera inclusiva, sostenible y resiliente. Además, se propuso organizar reuniones globales y regionales, movilizar apoyo técnico y financiero y explorar nuevas formas de gobernanza con el fin de lograr una producción de vivienda más inclusiva. Para ello, se presentó un Marco de Activación basado en los principios y pilares de las agendas de desarrollo sostenible y derecho a la vivienda, en especial la Agenda 2030 y la Nueva Agenda Urbana.

Pero Lewis-Lettington mostró cierto escepticismo sobre el progreso logrado: “A pesar del énfasis en la nueva agenda urbana, todavía no tenemos buenos datos sobre la situación de la vivienda que proporcione el nivel de desglose social y geográfico necesario para una adeucada elaboración de políticas públicas”. En su planteamiento a través de ONU Hábitat, subraya la necesidad de saber más sobre quién necesita qué y dónde, pues todavía hay demasiadas carencias de información que limitan las políticas de actuación donde más se precisan.

Hablar de vivienda es hablar de dignidad de las personas”.
Marta Vall-Llosera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España

Uno de los principales problemas que se reflejó en el foro es que la vivienda es un problema global que ha puesto en evidencia la pandemia, y que hay que solucionar con el resto de profesionales para poder gestionarla de forma holística. “Es una problemática que trasciende la regulación de vivienda”, recordó Marta Vall-Llosera, presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), “ya que no solo todas las personas tenemos derecho a un espacio que sea un hogar seguro, que proporcione dignidad, paz y una vida sana; sino que hablar de vivienda es hablar de dignidad de las personas”.

En este contexto, según Lewis-Lettington, es crucial pasar de hablar de una crisis de vivienda como novedad, a reconocer que la mayoría de los países tienen un problema estructural que les impide lograr una vivienda adecuada para todos.

Shipra Narag Suri, jefe de la subdivisión de Prácticas Urbanas de ONU Hábitat, abrió el foro recordando que nunca hemos estado en un momento en la historia en el que haya tanta presión por soluciones sostenibles y asequibles: “El derecho a una vivienda adecuada es una de las tres prioridades de ONU-Hábitat, junto con el cambio climático y la localización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.

Buscar soluciones pasará necesariamente por vehicular el enfoque de vivienda en el centro promovido por ONU-Hábitat, y asumir que resolver el problema global de la vivienda requiere la plena participación de todos los actores a nivel mundial, nacional, regional y urbano.

Pero esta implicación integral no será fácil. Lewis-Lettington afirmó que los inversionistas en vivienda y los residentes comunes se han vuelto cada vez menos responsables ante las otras partes y parecen tener menos percepción de su interdependencia. Asimismo, comentó que se necesita fortalecer la conciencia sobre la dignidad que proporciona una vivienda adecuada y la estabilidad y prosperidad que esta puede generar. “Pero para que este proceso acabe priorizando la vivienda para todos, se requiere un esfuerzo político mucho más determinado”, asegura.

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