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Día Mundial de la Salud
Tribuna
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La crisis climática es también una crisis de salud

El bienestar de las personas depende de que vivamos en un planeta sano, las condiciones y estilos de vida sean saludables y tengamos acceso a unos servicios sanitarios de calidad

Unos icebergs flotan durante la salida del sol cerca de Kulusuk, Groenlandia, el 16 de agosto de 2019.
Unos icebergs flotan durante la salida del sol cerca de Kulusuk, Groenlandia, el 16 de agosto de 2019.Felipe Dana (AP)

El lema elegido este año 2022 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para celebrar el Día Mundial de la Salud es: Nuestro planeta, nuestra salud, centrado en el vínculo entre el estado de la Tierra y el de los seres humanos, los animales, las plantas y todos los seres vivos. La OMS promueve y lanza este día, el 7 de abril, una campaña en la que insta a los gobiernos y a la ciudadanía de los distintos países a explicar las medidas de protección que están adoptando y para impulsar las sociedades del bienestar. De igual modo, propone algunas acciones recomendadas para los diversos actores implicados: gobiernos, alcaldes, empresas, establecimientos, trabajadores y particulares.

La pandemia de covid-19 ha mostrado la enorme capacidad preventiva y curativa de la ciencia, aunque también ha puesto de manifiesto las desigualdades de nuestro mundo. La pandemia ha evidenciado deficiencias en muchos ámbitos de la sociedad y ha hecho patente la necesidad urgente de forjar sociedades del bienestar sostenibles y comprometidas con la consecución de una salud equitativa, tanto ahora como para las generaciones futuras, sin sobrepasar los límites ecológicos.

La OMS calcula que, cada año, se producen más de 13 millones de defunciones debidas a causas ambientales evitables, sin ir más lejos, al calentamiento global, que es la mayor amenaza a la que se enfrenta la humanidad. La crisis climática es también una crisis de la salud, y ambas están indisolublemente unidas, por lo que la necesidad de promover la creación de sociedades sanas en un mundo saludable es cada vez más evidente.

Como dice la doctora María Neyra, directora de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, “la mitigación del cambio climático facilitaría la mitigación de muchas fuentes de transmisión de virus. Luchar contra las causas del calentamiento global puede tener enormes beneficios para la salud”. Es necesario realizar una inversión a nivel global y en cada uno de los países “pensando en la ciencia y en la prevención”, y una de las principales inversiones tiene que ser protegiendo la “cobertura sanitaria universal” aún no accesible en muchos países.

Es buen momento para recordar que somos seres sociales por naturaleza. Nuestra vida discurre en un contexto social donde nos relacionamos con otros seres humanos, y con el conjunto de la naturaleza y entorno físico que nos rodea, donde estamos obligados a interactuar. El contexto en el que nos educamos, vivimos y relacionamos juega un papel importante en nuestro estado individual. Nuestra conciencia social depende de la realidad en la que nos movemos y por la que va discurriendo nuestra vida, diferente en las distintas sociedades de este planeta.

Por otra parte, es también el momento de hacer hincapié en nuestra faceta humana individual, ya que como individuos que somos, dependemos en gran medida de nosotros mismos, de nuestras propias funciones fisiológicas interrelacionadas entre sí y de nuestra propia genética, que no podemos modificar; y al mismo tiempo, de nuestros estilos de vida que podemos intentar que sean más saludables.

La OMS hace un llamamiento a todos a reimaginar un mundo donde el aire, el agua y los alimentos limpios estén disponibles para todos

La enfermedad ha sido nuestra compañera de viaje desde el inicio de la evolución humana, y seguirá siendo compañera inexorable de la humanidad. Los microorganismos y las enfermedades infecciosas han sido, y siguen siendo, una de las principales causas de muerte, junto con otras enfermedades no transmisibles, como las enfermedades oncológicas, cardiovasculares, y traumatismos, que han adquirido en los últimos años una especial relevancia.

En la medida que van mejorando las condiciones de vida gracias al desarrollo de las sociedades, y el avance del conocimiento científico y tecnológico aplicado y llevado a la práctica a través de los servicios sanitarios que lo ponen al servicio de las personas, aumenta de manera significativa la esperanza de vida.

La OMS hace un llamamiento a todos a reimaginar un mundo donde el aire, el agua y los alimentos limpios estén disponibles para todos, donde las economías se centren en la salud y el bienestar humano y donde las ciudades y los pueblos se responsabilicen de crear condiciones para que las personas lleven una vida mejor. Para ello deberemos colaborar activamente todos y cada uno de nosotros.

Pero esto, aun siendo imprescindible para nuestra salud, no será suficiente. Las innumerables enfermedades que nos acechan, y que al menos en nuestro tiempo no podremos prevenir al completo, aparecerán tarde o temprano en el transcurso de nuestras vidas. Entonces, los servicios sanitarios de cada uno de los países deberán dar una respuesta adecuada, equitativa y a tiempo.

El objetivo prioritario deberá seguir siendo alcanzar la cobertura sanitaria universal y garantizar que los respectivos sistemas de salud sean capaces de responder a las necesidades de todas las personas.

En definitiva, el bienestar de las personas depende de que vivamos en un planeta sano, las condiciones y estilos de vida sean saludables, y tengamos acceso a unos servicios médicos de calidad.

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