“El año que viene estaremos aquí contando muertos”: los fondos para ayuda humanitaria mermaron peligrosamente debido a los recortes
IECAH y MSF alertan de que la falta de financiación, especialmente de Estados Unidos, ya está teniendo un efecto devastador en la lucha contra la desnutrición, la malaria y la tuberculosis y en la atención en salud sexual y reproductiva en el Sur Global


Las necesidades y los conflictos aumentan y los recursos disponibles para asistir a la población más vulnerable registraron en 2024 un retroceso récord del 10% con respecto al año anterior. En 2025, las cifras serán mucho peores y con ellas vendrá un aumento de la mortalidad que por ahora solo se vislumbra.
“Para los próximos meses esperamos desnutrición, crisis epidémicas, etc. Ya podemos espabilar colectivamente porque las crisis de salud se van a agudizar, habrá que reaccionar rápido y tenemos dudas sobre si el sistema podrá hacerlo. El año que viene, sin duda, estaremos contando muertos”, previó Raquel Ayora, directora general de Médicos Sin Fronteras (MSF) España, el miércoles en la presentación del informe La acción humanitaria en 2024-2025: un sistema en crisis, entre recortes, búsqueda de legitimidad y necesidad de reformas urgentes, realizado por MSF y el Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH).
En 2024, la reducción de fondos para la ayuda humanitaria llegó a 5.000 millones de dólares (4.284 millones de euros) y el volumen total fue de 46.100 millones (39.500 millones de euros), según datos de esta investigación. “Se ha producido el retroceso más grande en financiación humanitaria desde que existen estos informes y los datos que tenemos de 2025 son aún más descorazonadores, ya que hasta finales de septiembre, la disminución superaba ya el 30%”, dijo Francisco Rey, codirector del IECAH.
Los datos que tenemos de 2025 son aún más descorazonadores ya que hasta finales de septiembre, la disminución superaba ya el 30%Francisco Rey, codirector del IECAH
Esto se debe sobre todo a los recortes de Estados Unidos donde se ha desmantelado prácticamente la agencia de cooperación, la USAID, responsable hasta hace algunos meses del 43% de los fondos que los gobiernos del mundo dedican a ayuda al desarrollo, pero no solo. Del total de la ayuda humanitaria registrada en 2024, Estados Unidos, instituciones de la Unión Europea (UE), Alemania y Reino Unido aportaron el 65% de esa cantidad. De esos cuatro donantes, solo la UE mantendrá estables sus presupuestos humanitarios y de desarrollo hasta 2027.
“El causante tiene un nombre propio: Donald Trump, el perturbador en jefe, el antidemócrata en jefe. Nos encontramos ante un personaje iluminado y cualquier filtro, llámese ONU o derecho internacional humanitario, le molesta porque le quita margen de maniobra. Él quebranta ese orden internacional y nos lleva a la ley de la jungla”, opinó Jesús A. Núñez, codirector de IECAH.
Ya podemos espabilar colectivamente porque las crisis de salud se van a agudizar, habrá que reaccionar rápidoRaquel Ayora, directora general de MSF
Muertes por desnutrición o malaria
Según el informe, programas esenciales para la prevención y tratamiento de la malaria, el VIH, la tuberculosis o la desnutrición, y los servicios de salud sexual y reproductiva ya se están viendo gravemente afectados.
En Somalia, por ejemplo, la reducción de la financiación ha obligado al cierre de decenas de estructuras de salud y ya han comenzado a aumentar las muertes por desnutrición o por malaria, enfermedad que en 2023 causó cerca de 600.000 muertes en el mundo.
“En República Democrática del Congo, los recortes han desmantelado parte de la atención a las supervivientes de violencia sexual y, al mismo tiempo, ha habido un aumento crítico de violencia contra las mujeres debido a intensificación del conflicto. Ambas circunstancias confluyeron”, citó Ayora, de MSF España. Según la responsable, esta batalla “no es solo de prioridades financieras, sino también ideológica”, y tiene en el corazón los derechos reproductivos de las mujeres.
“El hecho de que seamos un objetivo de la Administración Trump muestra a qué punto es importante lo que hacemos y por eso se nos ha puesto en el punto de mira”, agregó Ayora.
Los autores del informe estiman que la reacción ante estos recortes ha sido el llamado “reseteo humanitario”, es decir, una mejor coordinación y diversificación de la financiación y búsqueda de recursos, y la “hiperpriorización” o decidir qué se hace o a quién se trata y a quién no.
A principios de octubre de 2025, solo se habían cubierto un 21,1% de los llamamientos humanitarios de la ONU, lo que equivale a 9.560 millones de dólares de los 45.340 millones requeridos, mientras los gastos mundiales militares registraron un aumento sin precedentes y se situaron a finales de 2024 en 2,72 billones de dólares. Además de una falta de recursos, el sistema humanitario sufre también una pérdida de eficacia y legitimidad y necesita reformas urgentes.
En España, la trayectoria es “positiva” y la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) neta se incrementó un 11% en 2024 respecto al año anterior y se situó en algo más de 4.000 millones de euros. Pese a este aumento, los fondos equivalen al 0,25% del PIB, muy lejano al compromiso del 0,7% que el Gobierno aspira a lograr en 2030. De ese total, se destinaron a la ayuda humanitaria 174 millones de euros, lo cual implica un retroceso. “Se debe en parte al fin del ‘efecto Ucrania’ que generó un aumento y se ha visto sustituido solo parcialmente por un ‘efecto Gaza”, dijeron los responsables.
Gaza, Ucrania y Sudán
Desde 2024, Palestina es el mayor receptor de fondos de ayuda humanitaria, con un total de 2.900 millones de dólares (un 51% más que en 2023). En el lado opuesto, Ucrania sufrió una caída de alrededor del 25% (de 3.700 a 2.800 millones de dólares), mientras que la financiación a Siria se redujo de 3.500 millones en 2023 a 1.700 en 2024.
Ucrania, Gaza y Sudán son, un año más, los escenarios más representativos de “violencia prolongada y desproporcionada”, subraya este informe. “No queda prácticamente ninguna línea roja que Israel no haya cruzado”, critican sus autores.
“Ucrania ha llegado al límite de sus capacidades, no tiene margen de maniobra para dar vuelta a la situación, mientras que Rusia, pese al fracaso de su estrategia militar, mantiene la voluntad y los medios para seguir adelante por tiempo indefinido”, resumió Núñez.
En Sudán, donde el conflicto entre el ejército gubernamental de Abdelfatah al Burhan (SAF) y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) lleva abierto desde abril de 2023, hay casi 12 millones de personas desplazadas y el país es escenario de la peor crisis humanitaria en décadas. “Y nadie tiene interés en pararla”, lamentó Ayora. “El nivel de violencia y la incapacidad para movilizar a la opinión pública y a los actores políticos frente a esta situación no tiene precedentes”, agregó.
Los autores del informe subrayaron que, según el Índice Global de Paz 2025 del Instituto para la Economía y la Paz, hay 59 conflictos violentos activos en diferentes partes del planeta en este momento, aunque el interés de las autoridades y de los medios muchas veces se concentra en unos pocos de ellos, lo que implica “una reducción del esfuerzo diplomático y presupuestario para atender al resto de crisis y conflictos”.
Para los hospitales de Gaza esto se traduce en decisiones imposibles, como por ejemplo a qué bebe le voy a poner un ventilador mecánico. Son decisiones que tomamos cada día. Eso no es gestión es supervivenciaRuth Conde, enfermera pediátrica de MSF
Bombardear un hospital
Los responsables de MSF creen necesario poner sobre la mesa los cada vez más frecuentes ataques contra las misiones médicas y humanitarias y destacar “el papel creciente de actores estatales como principales perpetradores y el alto precio que paga el personal local”.
“Hace años bombardear un hospital era una singularidad”, dijo Ayora, recordando que cuando Estados Unidos atacó el hospital de MSF en Kunduz (Afganistán) en el que murieron más de 40 personas, el entonces presidente Barack Obama se disculpó públicamente. “Pero luego llegaron Siria, Sudán del Sur, Sudán y Gaza. Gaza es realmente un punto de inflexión en la historia del humanitarismo. Ha supuesto la ruptura de todas las normas. Cuando no se bombardea no un hospital, sino 30, al final se termina asumiendo que es una forma aceptable de hacer la guerra”, agregó Ayora.
Cuando no se bombardea no un hospital, sino 30, al final se termina asumiendo que es una forma aceptable de hacer la guerraRaquel Ayora, directora general de MSF
Los responsables de MSF e IECAH consideraron además que en Gaza ahora “la guerra parece haber terminado y el conflicto continuará tal y como estaba hasta el 7 de octubre de 2023″, cuando el movimiento islamista palestino Hamás perpetró ataques en Israel en los que murieron unas 1.250 personas y comenzaron los bombardeos sobre Gaza, que se han extendido durante dos años y han dejado un saldo de al menos 70.000 víctimas mortales palestinas.
“Un alto el fuego no basta. La población tiene que tener acceso a vivienda, agua potable, medicinas y unas condiciones de vida dignas”, explicó Ruth Conde, enfermera pediátrica de MSF que acaba de volver de la Franja.
Esta sanitaria contó que hay equipos médicos esenciales retenidos por Israel a las puertas de Gaza durante meses, como “sillas de ruedas, muletas o generadores pequeños”, que Israel considera que pueden tener una utilización bélica.
“Y para los hospitales de Gaza esto se traduce en decisiones imposibles, como por ejemplo a qué bebe le voy a poner un ventilador mecánico. Son decisiones que tomamos cada día. Eso no es gestión es supervivencia”, concluyó.
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