Ellas son clientas más fieles, menos proclives al riesgo y con mejores tasas de pago
La industria ‘fintech’ todavía no está aprovechando la oportunidad de acelerar la inclusión financiera para las mujeres, que constituyen menos del 25% de sus clientes comerciales
La tecnología financiera (fintech) muchas veces ha sido catalogada como un potente facilitador de la inclusión financiera. Y, en los últimos años, ha permitido importantes avances en el acceso a los servicios financieros —entre ellos, ahorros, créditos, seguros, pagos y remesas digitales— para poblaciones menos atendidas hasta entonces. Pero cuando hablamos de la inclusión de las mujeres, todavía tenemos un largo camino por delante.
Para averiguar de qué manera las empresas de fintech están cumpliendo con la promesa de la inclusión financiera de las mujeres, y qué prácticas funcionan, consultamos a expertos de la industria. Los resultados de un estudio de la Corporación Financiera Internacional de marzo, basado en una encuesta a 114 empresas de fintech de 17 países, son reveladores. Si bien el 59% de las empresas incluidas en el estudio recopilan datos de clientes desagregados por sexo, solo el 32% utiliza esta información para confeccionar el diseño y suministro de servicios financieros para las mujeres. Por el contrario, las empresas tienden a adoptar una estrategia “neutral en género”, que no se ocupa directamente de cómo llegar a ellas en escala. En consecuencia, quizá no debería sorprendernos que, para una mayoría de los prestadores de fintech, las mujeres constituyan menos del 25% de sus clientes comerciales.
Paradójicamente, el informe también determinó que los ejecutivos en la mayoría de las empresas consideraban que las mujeres eran clientes valiosos: más fieles, menos proclives al riesgo y con mejores tasas de pago en comparación con los hombres. Los resultados del estudio reafirman esta aseveración: si bien solo un pequeño porcentaje de las empresas encuestadas confeccionan productos y servicios para las mujeres, la mayoría de las que sí lo hacen (63%) dijo que las clientes mujeres generan un mayor valor del tiempo de vida del cliente que los hombres.
Estas empresas pueden ofrecer modelos valiosos para otras. Consideremos el caso del prestador digital colombiano Juancho Te Presta: al reconocer que las mujeres tienen tasas de aprobación de préstamos más altas y tasas de morosidad más bajas, la compañía empezó a usar análisis de datos para confeccionar productos y condiciones crediticias destinados a satisfacer las necesidades y preferencias de las clientas. Por ejemplo, puso a prueba productos crediticios solo para mujeres con una reducción de los costos de financiación de alrededor del 15%.
De la misma manera, mfarmPay (una empresa de fintech que opera en Ghana y Kenia) percibió que las agricultoras muestran mejores patrones de pago de créditos, y que su actividad agrícola en el tiempo tiende a ser más consistente que la de los hombres, que son proclives a cambiar de actividad. En consecuencia, la empresa comenzó a considerar factores relacionados con el género junto con geodatos en la calificación de crédito, achichando así la brecha de préstamo entre las instituciones financieras y los pequeños agricultores. La fuerte presencia de mujeres en el equipo de gestión de mfarmPay ayuda a la empresa a identificar limitaciones relacionadas con el género y orienta en materia de diseño y características del producto.
Las mujeres conforman un segmento de mercado enorme, con un creciente poder económico y social
La empresa Indifi, con sede en la India, desarrolló pequeños préstamos de corto plazo para ayudar a empresas micro, pequeñas y medianas lideradas por mujeres a generar historiales crediticios. Una empresa de fintech egipcia ha desarrollado una solución de billetera móvil que permite el suministro seguro e instantáneo de transferencias sociales mensuales, ayudando así a las mujeres a ahorrar tiempo y costos de traslado, y evitar un posible acoso. También hay empresas que usan fuentes de datos alternativas para generar historiales crediticios para las clientas. Otras ofrecen capacitación en alfabetización y negocios digitales a mujeres en todos los servicios financieros, contratan grupos de agentes de género diverso y trabajan con las empresas de telecomunicaciones para ofrecer servicios financieros dirigidos a agricultoras mujeres. Y, aun así, en general, la industria fintech todavía no está aprovechando la oportunidad de acelerar la inclusión financiera para las mujeres.
El modelo de negocio para la acción es claro. Las mujeres conforman un segmento de mercado enorme, con un creciente poder económico y social. Asimismo, tienden a mostrar una mayor lealtad como clientes, una mayor disciplina financiera, un mejor desempeño crediticio y depósitos más duraderos. La inclusión financiera de las mujeres lleva a la creación de empleo, a una mayor productividad y a un crecimiento más acelerado del PIB. Existen inclusive vinculaciones entre la inclusión de las mujeres y las decisiones comerciales y de inversión conscientes del clima.
A la hora de entender, valorar e invertir en la inclusión de las mujeres, la industria fintech no se está moviendo lo suficientemente rápido. Y la velocidad es esencial: sin una aceleración drástica de la inclusión financiera de las mujeres, el sesgo de género puede quedar embebido en la industria de servicios financieros digitales.
La buena noticia es que, por ser una industria relativamente incipiente, la tecnología financiera todavía puede incorporar la inclusión de género en su diseño y prestación. Como demuestra nuestro estudio, una cantidad de empresas de fintech ya han descubierto el potencial del diseño inclusivo en materia de género. Esto debe convertirse en la regla, no en la excepción.
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