“Nada se puede sin nosotros”: el mensaje de los agricultores en la Precumbre de Sistemas Alimentarios
Mujeres, indígenas, jóvenes y pequeños productores exigen en Roma estar en el centro de las decisiones sobre alimentación que se adopten en la gran cumbre de la ONU prevista para septiembre
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“No habrá transformación sin nosotros”. Con esas palabras, Elizabeth Nsimadala, presidenta de la Organización Panafricana de Agricultores, cerró uno de los diálogos de la Precumbre de los Sistemas Alimentarios que se celebra desde el 26 al 28 de julio en Roma como encuentro preparatorio de la gran cita sobre este tema en Naciones Unidas en septiembre. “Debemos tener una voz fuerte y lo sabemos ahora que estamos gestionando y moderando nuestras propias sesiones. Nada puede pasar sin nosotros”, dijo la agricultora ugandesa.
Lo que aglutina en esta precumbre de tres días a agricultores, jóvenes, mujeres, indígenas, empresas y gobiernos es el fracaso de los sistemas alimentarios que, incluso, operan de espaldas a la crisis climática y no son efectivos para atender la necesidades de los habitantes del planeta en su conjunto. Un síntoma irrefutable de cómo han fallado es que en el mundo unos 811 millones de personas no saben si comerán hoy, según el último informe El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2021 (SOFI), elaborado por cinco agencias de la ONU. Y mientras el hambre aqueja a los más pobres, un 17% de los alimentos producidos se desperdicia a nivel global, de acuerdo con una medición del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Son 931 millones de toneladas de comida que acaban en el vertedero cada año.
A la hora de intentar corregir este desastre, la precumbre ha “incluido a todos”, aclaró Amina J. Mohammed, vicesecretaria general de la ONU, en una rueda de prensa. Aunque algunas ONG temían que el encuentro fuera “secuestrado” por las grandes corporaciones, Mohammed detalló que el comité consultivo, por ejemplo, ha sido inclusivo. De sus 29 miembros, un tercio son de la sociedad civil con representación de indígenas, agricultores, al igual que jóvenes. “No estoy diciendo que el sector privado no esté muy representado en las reuniones. Eso es bueno porque lo deseable es tener en la mesa a un sector privado con el que podamos determinar qué es lo que no harán en el futuro y cómo cambiarán sus modelos de negocio para que no se lucren a costa de la gente”, añadió.
Para hacer oír las voces del campo en esta cita en la ciudad italiana, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) organizó un espacio virtual con pequeños agricultores de Bután, Nigeria, Tanzania e Islas Salomón. Allí las mujeres remarcaron que la mayor barrera que aún afrontan es la tenencia de la tierra. “Son costumbres y tradiciones que impiden que tengamos acceso a la tierra”, dijo Ester Simon Bayda, agricultura tanzana que cultiva batata, girasol y maíz. “Como mujer, no puedo heredar el terreno de mis padres”, lamentó.
Debemos abandonar la agricultura industrial que ha ocasionado el hambre y la pobreza, y es dependiente de combustibles fósiles, fertilizantes y pesticidas que combaten la vida y envenenanMaria Berenice Sánchez
Precisamente, en la sesión dedicada a los pueblos indígenas, la lideresa Maria Berenice Sánchez coincidió en que la situación de vulnerabilidad en la que los han colocado solo se podrá corregir con el derecho al territorio. “Somos sujetos de derechos colectivos y no solo partes interesadas. Nuestra subsistencia está garantizada por nuestros propios sistemas alimentarios, que han sido marginados y combatidos históricamente por el sistema global de producción”, afirmó la representante de la Asamblea de Pueblos Indígenas por la Soberanía Alimentaria, quien aprovechó para proclamar su visión: “Debemos abandonar la agricultura industrial que ha ocasionado el hambre y la pobreza, y es dependiente de combustibles fósiles, fertilizantes y pesticidas que combaten la vida y envenenan el planeta. Necesitamos un sistema revolucionario que debe ser liderado por los conocimientos ancestrales de los pueblos indígenas del mundo”.
“No basta que los jóvenes hablemos”
Al igual que pueblos indígenas y pequeños productores, los jóvenes de distintos países exigieron estar en el centro de las decisiones de la próxima cumbre. Unicef y la OMS se sumaron a dicha petición, citando que la salud nutricional de jóvenes y niños ha sido la más afectada incluso antes de la pandemia de la covid-19. “En las últimas décadas, los cambios en nuestros sistemas alimentarios globales (…) han ocasionado que los alimentos más nutritivos y seguros sean demasiado costosos o inaccesibles para millones de familias”, se lee en la declaración conjunta.
Estamos preocupados porque las políticas que ustedes hoy están elaborando van a tener un impacto en los medios de vida de nuestras generacionesYugratna Srivastiava, activista
Además, pidieron a los gobiernos crear políticas de precios, incluidos subsidios, para reducir el costo de alimentos nutritivos como huevos, lácteos, frutas, verduras y cereales integrales, o impuestos a las alternativas no saludables. A la par, en la sesión liderada por jóvenes se presentó la campaña Act4Food, Act4Change, en la que más de 6.200 de ellos aportaron ideas y soluciones para transformar los sistemas alimentarios. “Hemos recopilado promesas y compromisos de jóvenes de unos 75 países, por lo cual no solamente se nos debe mencionar en discursos, sino que también deben apoyarnos”, dijo Sophie Healy-Thow, copresidenta del enlace juvenil de la cumbre.
La activista Yugratna Srivastiava sugirió, al respecto, que la inclusión de la juventud que se ha producido durante este evento sea un aprendizaje para otros procesos de la ONU. Y llamó a la acción: “Porque no basta que los jóvenes hablemos, estamos preocupados porque las políticas que ustedes hoy están elaborando van a tener un impacto en los medios de vida de nuestras generaciones”.
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