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la crisis del coronavirus
Tribuna
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Volveremos a viajar

Así ha vivido la Organización Mundial del Turismo la mayor crisis de su historia por la pandemia y así lidera el camino hacia la recuperación de un sector que genera uno de cada 10 empleos del planeta

Una turista contempla una vista del centro de Dubai este febrero de 2021.
Una turista contempla una vista del centro de Dubai este febrero de 2021.GIUSEPPE CACACE (AFP)

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Resulta aburrido abundar en exceso en los efectos tan extraordinariamente perturbadores que ha tenido el coronavirus en el sector turístico. Pero, para contar bien una historia, siempre es útil tomar conciencia del impacto desde una perspectiva histórica. Ninguna de las anteriores crisis mundiales, al menos de los últimos 50 años, puede compararse a esta feroz pandemia. Sus consecuencias exceden lo imaginable y solo un liderazgo innovador y progresista puede trazar un camino que resucite al menos algo de confianza en el sector turístico.

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Me costaba creer que tendríamos que esperar como mínimo seis meses para volver a las carreteras y los aviones mientras la covid-19 causaba estragos, con una trayectoria que amenazaba no solo la vida de las personas, sino también su sustento económico. Si tenemos en cuenta que el turismo es responsable de uno de cada 10 puestos de trabajo en el mundo, es evidente la angustiosa situación que el sector atraviesa actualmente.

En semejante entorno, un elemento que se presenta necesario para garantizar a la gente su seguridad es el liderazgo. Tanto desde el punto de vista nacional, como organizacional o multilateral, fue el rasgo genuino requerido para navegar por una situación sin precedentes.

Después de que la epidemia fuera declarada pandemia, el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, y su equipo se sumaron al liderazgo de su organización hermana en las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Suiza, para buscar formas de mantener a salvo el sector y protegerlo.

Me costaba creer que tendríamos que esperar como mínimo seis meses para volver a las carreteras y los aviones mientras la covid-19 causaba estragos

Pololikashvili dijo: “El brote de covid-19 es ante todo un problema de salud pública. La OMT sigue el liderazgo de la OMS, con la que hemos disfrutado de una excelente relación de trabajo desde el primer día. En esta reunión se reafirmó la importancia de una cooperación sólida y de la solidaridad internacional, y celebro que el director general haya reconocido el papel que el turismo puede desempeñar tanto ahora como en el futuro”.

El resultado de aquella reunión fue la recomendación de la OMT a la comunidad turística de seguir el consejo de los gobiernos y quedarse en casa. La campaña #quédateencasa y #viajamañana espoleó el interés del sector turístico y vimos diversas innovaciones que permitieron surcar, sobre todo virtualmente, la precaria situación.

La OMT convocó entonces al Comité Mundial de Crisis para el Turismo con el objetivo de incorporar a otros socios internacionales, no solo para presionar a los gobiernos, sino también para que prestaran atención a los efectos del turismo en sus decisiones para salvar el sector. Este órgano logró avances importantes y Zurab Pololikashvili, como capitán del barco de la OMT, quiso ir más allá y convocar reuniones virtuales y presenciales con organizaciones de alto nivel, como la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, entre otros órganos internacionales, para garantizar que se tuviera en cuenta al turismo y que fuera incluido como una parte clave en los planes nacionales para la recuperación. La Comisión Europea asignó 50 millones de euros como presupuesto inicial para el sector.

Encuentros de alto nivel y visitas en persona

En medio de la pandemia, prácticamente la totalidad de los eventos mundiales se redujeron a encuentros online. La OMT no fue inmune a los efectos devastadores de la pandemia y, en una respuesta proactiva, adaptó y convocó cuatro de sus comisiones virtualmente, con el apoyo tácito de sus Estados miembros. Nunca se quedó la organización al margen de lo que había de ser la nueva normalidad, reuniendo a las personas para seguir trazando el mapa que habría de asegurar que el sector estuviera listo para reemprender la marcha.

Un gran hito es haber sido capaz de dar un paso al frente y tomar decisiones atrevidas en tiempos de crisis. Apenas pasaba una semana sin que se recibieran correos electrónicos y nuevos informes de despidos y cierres de empresas turísticas. Bajo el liderazgo de Zurab Pololikashvili, la OMT tomó la decisión audaz de celebrar el Consejo Ejecutivo de manera segura y responsable. La 112ª reunión se llevó a cabo en un formato híbrido y contó con más de 170 participantes. Los más negativos y pesimistas no pudieron dejar de elogiar a la organización, con sede en Madrid, por seguir adelante y mostrar el camino al sector.

Un Pololikashvili sumamente dinámico dio los primeros pasos para implicar a los más altos dirigentes de los gobiernos nacionales y los bloques regionales con el fin de incluir el turismo en sus planes de recuperación. Añadió que debían pasar de las palabras a los hechos. La única forma, según él, de que el turismo pudiera mantener su envidiado récord de resiliencia como sector. Sus viajes lo llevaron a Italia (el primer país europeo más afectado), España, Arabia Saudita (Oriente Medio), Francia y Bruselas (Europa), Egipto (Norte de África), Túnez, Namibia (África subsahariana) y Brasil en Latinoamérica. Los líderes de estos países se comprometieron con el turismo y formularon declaraciones al respecto.

Una de las principales áreas de trabajo del apoyo del órgano turístico de las Naciones Unidas para ayudar al desarrollo del sector es el área de la asistencia técnica, en la que la OMT aporta su experiencia y apoyo para que el turismo sea una fuerza al servicio del bien común. Dio la talla incluso en tiempos difíciles, elaborando el Programa de Asistencia Técnica para la Recuperación del Turismo de la Crisis de la covid-19, que ofrece orientación a los agentes públicos y privados del sector exponiendo, en primer lugar, el alcance del apoyo de la OMT y detallando después las posibles áreas de trabajo, incluida la evaluación de impactos, las funciones y las responsabilidades.

Zurab Pololikashvili en una visita reciente a Marruecos.
Zurab Pololikashvili en una visita reciente a Marruecos.Kojo Bentum-William

La asistencia no está destinada a cubrir el expediente, sino que es un programa bien estructurado para ayudar a abordar los problemas ahora y después de la pandemia. Se desarrolla en torno a tres pilares: recuperación económica, marketing y promoción, y fortalecimiento institucional y creación de resiliencia.

Ideas innovadoras para acelerar la recuperación

En ocasiones, hay que hacer de la necesidad virtud. La OMT, como parte de su transformación digital según su plan actual, ha visto progresos notables y fundamentales que cambiarán la apariencia del turismo. Durante la pandemia, esta no ha hecho más que mejorar. En colaboración con el gigante mediático CNN, lanzó una campaña inspiradora para promover la marca África. En mayo de 2020, la organización lanzó el reto de las Soluciones para devolver la salud al turismo e invitó a las startups y los emprendedores más disruptivos a buscar soluciones para mitigar el impacto de la covid-19 en el turismo. Se recibieron más de 1.000 candidaturas, entre ellas, 134 procedentes de países africanos. También lanzó la campaña #MyAfrica para ayudar a contar historias singulares sobre el turismo en el continente.

Ahora que el turismo recupera fuerzas para reiniciarse, el organismo turístico de las Naciones Unidas ha formado equipo con la CNN para lanzar la campaña #Reiniciarelturismo. El liderazgo es clave y representa el principal catalizador del cambio. Cabe mencionar también el reto de las soluciones para devolver la salud al sector y la hostelería.

Como africano, me complace informar de los grandes pasos dados en el desarrollo del turismo en el continente

La importancia de los datos nunca ha sido tan manifiesta como ahora. Siendo la situación cambiante, el sector requería datos e información al minuto para planificar con antelación. Una vez más, la OMT fue el punto de referencia para su recopilación. Prepararse bien para reiniciar el turismo era la nueva normalidad. Crear capacidad para esperar a ese reinicio fue el objetivo ineludible de la Organización Mundial del Turismo, que ayudó a los Estados miembros a prepararse y a responder como correspondía. Se organizaron innumerables reuniones virtuales para ayudar al sector a prepararse de la mejor manera para la recuperación.

Es normal mostrar desacuerdo sobre cómo conseguirlo, pero algunos actores respetados del sector han recurrido cobardemente a la mentira y la zancadilla, en un intento de arruinar y mancillar la imagen de la OMT y, por extensión, el liderazgo del diplomático georgiano. No suelo responder a esas murmuraciones, pero una mentira contada mil veces tiene propensión a convertirse en un engaño creíble.

Como africano, me complace informar de los grandes pasos dados en el desarrollo del turismo en el continente, aunque desee que se avance más para garantizar que mejore la vida de nuestra gente. No se puede decir que las cosas vayan sobre ruedas, pero las mismas personas que hacen ruido hoy son incapaces de señalar una sola reforma que haya cambiado el sector cuando ellos tenían el privilegio de impulsar el cambio. Es una lógica débil y retorcida para cualquiera sugerir que una industria dinámica como el turismo deba recurrir a formas letárgicas de gobernanza en estos precisos momentos. Los perros ladran, pero la caravana avanza.

Este 2021, la recuperación del sector turístico llegará con el apoyo de todos.

Kojo Bentum-Williams es editor jefe de Voyagesafriq y experto en comunicación de Organización Mundial del Turismo (OMT) en África.

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