La medicina más barata del mundo
La falta de saneamiento causa más muertes que la malaria, el sida y el sarampión juntos. Es momento de utilizar las fuerzas de mercado para solucionar los problemas más acuciantes de nuestra sociedad. La pandemia ha demostrado que tenemos las herramientas
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La falta de saneamiento causa más fallecimientos que el sida, la malaria y el sarampión juntos y la muerte por diarrea de más de 800 niños menores de cinco años al día. Más de la mitad de la población mundial, 4.200 millones de personas, no tiene acceso a formas seguras de saneamiento, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Este problema es espacialmente grave en las ciudades africanas que están creciendo a un ritmo sin precedentes. Solo en Kenia, la población urbana supera los 10 millones, cifra que se incrementa cada día con una tasa acelerada de migración del campo a la ciudad. Esta rápida urbanización tiene enormes implicaciones para la gestión de residuos, así como en la provisión urgente de agua y saneamiento. Generando además una pérdida de productividad equivalente al 1% del PIB anual y más de 36.000 muertes “registradas” cada año, achacadas a un saneamiento deficiente. Las pérdidas económicas se cuantifican en aproximadamente 27.000 millones anuales de chelines kenianos (205 millones de euros).
La difícil tarea de enfrentar la del covid-19
Sin embargo, cada dólar invertido en saneamiento básico genera un retorno de 2,5 dólares en ahorro de coste sanitario y aumento de la productividad. En áreas rurales, cada dólar retorna en promedio más de cinco dólares, erigiendo al saneamiento como la medicina más barata del mundo. No obstante, al ritmo actual, la cobertura universal de saneamiento tardará 150 años. Por suerte, el emprendimiento social se ha puesto manos a la obra y soluciones sostenibles para cambiar esta realidad empiezan a florecer.
Al ritmo actual, la cobertura universal de saneamiento tardará 150 años
Sanergy, empresa social keniata creada por tres estudiantes de Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), no solo aporta una solución al problema de la falta de saneamiento sino también una solución ecológica a la gestión de residuos, cerrando el círculo de la sostenibilidad. Ahorrando además al gobierno, 48 dólares por persona al año, de los 54 dólares que pagaría actualmente.
Este modelo de negocio desarrolla tres actividades clave y complementarias. Por un lado, franquician a los miembros de la comunidad unidades de saneamiento de alta calidad y asequibles diseñados específicamente para barrios marginales urbanos. Los franquiciados de Sanergy ofrecen a su comunidad un lugar seguro, limpio, intimo y confortable para cubrir las necesidades más básicas a un precio razonable por uso. Incluyendo además una estación de lavado de manos con jabón, agua y un contenedor para la higiene femenina, que además está consiguiendo disminuir el abandono escolar de las niñas cuando empiezan a menstruar.
También cuentan con servicios de apoyo para la generación de demanda local, aportando una fuente de generación de ingresos clave para los propietarios de los inodoros. Desde 2011, cuando Sanergy lanzó su primer inodoro Fresh Life, la empresa ha construido una red de más de 3.400 unidades de saneamiento que sirven a más de 120.000 residentes urbanos en los suburbios de Kenia.
En segundo lugar, proporcionan un servicio diario de recogida profesional residuos en carros y camiones. Usar carretas garantiza que puedan instalar inodoros en las zonas más profundas de los slums o chabolas con calles estrechas sin asfaltar, donde es imposible que entre cualquier vehículo motorizado. El servicio diario de recogida asegura, además, el buen uso, mantenimiento y limpieza de los inodoros. Sanergy no solo ha mejorado la vida de los usuarios y propietarios de los retretes, sino también ha creado un trabajo digno y seguro para los miles de vaciadores de pozos sépticos hasta ahora estigmatizados por su ocupación.
Nairobi, la capital de Kenia, produce alrededor de un millón de toneladas de desechos sólidos al año y solo se recolecta el 50%. La mayor parte es desechada en vertidos ilegales, lo que representa además un gran riesgo para la salud y el medio ambiente. Sanergy ya ha recogido más de 9.600 toneladas de residuos en 2020.
Para cerrar el círculo, la organización trata y convierte los residuos recogidos en fertilizantes orgánicos y alimentación animal. Las larvas de una colonia de moscas Hermetia Negra comen los residuos orgánicos transformándolos en nutrientes para la alimentación animal. Sus productos generan un 30% de incremento en rendimiento de las cosechas y en el peso de los animales y algo clave, proporcionan sostenibilidad económica al negocio.
Nairobi, la capital de Kenia, produce alrededor de un millón de toneladas de desechos sólidos al año y solo se recolecta el 50%. La mayor parte es desechada en vertidos ilegales, lo que representa además un gran riesgo para la salud y el medio ambiente
Se proyecta que a nivel mundial la población urbana con viviendas y servicios básicos inadecuados podría duplicarse a 2.000 millones para 2030. Cerca de 60 millones de nuevos residentes se trasladan a áreas urbanas cada año, de los cuales el 25% vive en barrios marginales, lo que equivale a mil millones de personas con viviendas inadecuadas y acceso limitado a servicios básicos.
Esta es una apuesta por generar recursos económicos a los propietarios de las unidades, proporcionar un lugar seguro y limpio con estación de lavado de manos para las necesidades de la comunidad y disminuir el riesgo de abandono escolar en las niñas. Gracias a esta compañía, también se otorga un trabajo digno a los vaciadores de letrinas, se mejora el medio ambiente y la salud evitando el vertido ilegal de residuos y se ofrecen fertilizantes orgánicos y comida animal más eficiente, sin olvidar el ahorro ingente del Gobierno. Casi nada.
Sin agua potable ni servicios de saneamiento adecuados, la expansión de patógenos o virus es irremisible. Como hemos visto con la pandemia de la covid-19, somos tan fuertes como el eslabón más débil. Es el momento de expandir estos modelos y utilizar las fuerzas de mercado y el sector empresarial para solucionar los problemas más acuciantes de nuestra sociedad a la vez que dignificamos a todos sus miembros. Ejemplos como este nos hacen ver que es posible, que estamos en el camino correcto, que tenemos las herramientas y que cambiar la realidad está en nuestras manos.
María López Escorial es profesora en el Instituto de Empresa desde 2002 y consultora independiente especializada en innovación social y soluciones empresariales para combatir la pobreza. Además, es presidenta de la Fundación Compromiso y Transparencia. Elegida entre las top100 mujeres líderes 2018.
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