Salud mental: el privilegio de poder ir a terapia

Pasar más de la mitad de mi vida sin poder descansar y queriendo suicidarme era algo que, tarde o temprano, tenía que llegar a su fin. Entré al despacho del psiquiatra diciendo que no estaba loco y que lo que tenía era depresión. “¿Eso se cura?”, le pregunté. “Sí”, me contestó. Y sí, se va curando. “¿Ah, pero tú tienes depresión? Quién lo diría”, suelen decirme. “¿Y por qué estás deprimido?”, me preguntan. “Porque me violaron dos veces y nadie ha ido a la cárcel”. Silencio incómodo. Más allá de mi vivencia, me siento un privilegiado por poder ir a terapia todas las semanas y lograr ahora ser feliz, no sentir culpa. Otros no tienen esa suerte. Falta muchísima atención. Y mucha justicia.

Francisco Javier Cano Cano. Carboneras (Almería)

Un cine sin móviles

Ya que van a prohibir utilizar los teléfonos móviles en los colegios, no estaría de más que lo mismo se hiciera durante las sesiones del cine para poder disfrutar de la película desde el principio hasta el final. Pues aunque son pocos los que no pueden aguantar no mirarlo de vez en cuando, su uso en las salas es igual de molesto.

Luis de Lozar de Grado. Madrid

Terrorismo

Es curioso que Alberto Núñez Feijóo recuerde a Pedro Sánchez que la identificación de lo que es terrorismo la tienen que hacer los jueces cuando lleva meses diciendo que la ley de amnistía es inconstitucional ignorando que eso lo declara un órgano específico: el Tribunal Constitucional.

José María Rojo Morón. Teruel

Ratios

Reducir la ratio de alumnos en Lengua y Matemáticas no mejorará el informe PISA. El deterioro del sistema ha ido premiando la repetición mecánica y la memorización, mientras el esfuerzo, el pensamiento crítico y el razonamiento brillan por su ausencia, consentido por dirigentes y profesores. Hoy es importante el papel de herramientas como ChatGPT, capaces de redactar trabajos, y debería preocuparnos, pues están basadas en la estadística para elegir la siguiente palabra más probable, sin conciencia, al igual que cada vez más lo hacen los alumnos, generaciones progresivamente más artificiales y menos inteligentes.

Guillem Dasí. Valencia

Más allá de la zona de interés

La película Zona de interés podría verse como la representación cinematográfica de la banalidad del mal de Hannah Arendt. El recinto de muros en el que vive la familia del comandante del campo de concentración de Auschwitz muestra una atmósfera color ceniza, que se contrapone con los vivos colores del parterre. Los gritos de los niños en la piscina camuflan, pero no ocultan el sonido incesante de un crematorio abarrotado de cuerpos sin rostro. Personas normales se enmascaran en la sistematización de actos atroces, que bajo el odio se ensañan en una rutina anormal. Los eslabones que en silencio permiten que se cometan los actos son también agentes del mal. Los cuatro meses de barbarie en Gaza no deberían caer en la cotidianidad para todos aquellos que desde fuera seguimos la atroz realidad. Los culpables no deben de ser ignorados; tienen que ser juzgados.

Arrate Arrizabalaga Lorenzo. Bilbao