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Guatemala
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Cuatro escenarios para el primer año del Gobierno de Arévalo en Guatemala

Tras casi dos semanas de instalado su Gobierno, las nubes de la incertidumbre comienzan levantarse de las azoteas de los centros de poder, pero se tornan más grises y densas. No vislumbro por ahora escenarios dramáticos, aunque sí incidentes estrambóticos

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, participa en una ceremonia maya en la zona arqueológica de Kaminal Juyu el 16 de enero.CRISTINA CHIQUIN (REUTERS)

Desde que ganó la presidencia el 20 de agosto pasado hasta que la asumió en un horario inusual en la madrugada de este 15 de enero, Bernardo Arévalo sobrevivió a los obcecados francotiradores de la democracia comandados por la fiscal Consuelo Porras, cuyos fusiles de altísima potencia han sido nutridos abierta o encubiertamente por políticos corruptos, rancias oligarquías y poderosos narcotraficantes. Arévalo no la hubiese librado sin el blindaje de los pueblos indígenas y de la comunidad internacional, que se constituyeron en la criptonita del Pacto de Corruptos. Tras casi dos semanas de instalado su Gobierno, las nubes de la incertidumbre comienzan levantarse de las azoteas de los centros de poder, pero a la vez se tornan más grises y densas. No vislumbro por ahora escenarios dramáticos, aunque sí incidentes estrambóticos.

1. El laberinto de los grises

El viento primaveral del cambio que ofreció Arévalo y su partido Movimiento Semilla se respira como aroma difuso y penetra hasta los centros de poder más oscuros del viejo régimen corrupto y autoritario, pero los abanderados políticos del cambio no tienen claro cómo ejercer la hegemonía a la cual les ha catapultado el hartazgo popular frente al sistema, un sistema que no implosiona y, antes bien, busca ser resiliente. Los tonos grises ganan porque opera eficazmente la puerta giratoria de la burocracia que, en vez de materializar los cambios, los diluye. Las incendiarias redes sociales anónimas son territorios de fuego cruzado entre enemigos acérrimos, pero también entre los supuestos aliados; la desinformación confunde y paraliza a la sociedad. Los medios de comunicación creíbles son desplazados por el nuevo Gobierno. Los agentes grises no resuelven ni disuelven problemas, los acumulan bajo la alfombra.

Probabilidad: muy alta.

2. Las tormentas de mosquitos

El Pacto de Corruptos bombardeó incesantemente la transición democrática sin entender que, si no ganaba, perdía. El tiempo político nunca es neutral. Arribó al 14 de enero —el día en que se elige en Guatemala la directiva del Congreso y se juramenta al Presidente— confiado en que su maquinaria se desplazaría motivada únicamente por el interés de defender los privilegios malhabidos, y se equivocó. La legislatura novata que asumía lo puso en evidencia. El escenario de “tormenta de mosquitos” tiene como premisa que el Pacto corrige su estrategia y vuelve a las andadas de alimentar la corrupción de los diputados para hacer colapsar el Gobierno de Arévalo. Pero, igual que en la transición, corren a contrarreloj, les urge resultados en el corto plazo: indicadores de empantanamiento de la nueva Administración y quebrantamiento de su moral desvelando pequeña corrupción y abusos. Si la trampa falla, la oposición ideológica radical se mantiene tozuda encendiéndole velas a Donald Trump, es decir, apostando a variables fuera de su control, pero sin constituir la legión de mosquitos que distrae a los arevalistas.

Probabilidad: alta

3. Apuesta a otra transición democrática

El círculo veterano del presidente Arévalo y, por otro lado, los jóvenes políticos que integran el bloque de Semilla en el Congreso coinciden —a pesar de sus diferencias en las formas de gestión y reparto de cargos— en una razón histórica para el ejercicio del poder en este periodo: alentar los espacios de libertades civiles y políticas para la formación y organización de las juventudes, movimientos indígenas, de mujeres e identidades, migrantes e intelectuales. Es la apuesta a la primavera democrática espiritual siglo 21; un escape hacia el futuro democrático capaz de movilizar energías internas y apoyo internacional. Sirve para capear los temporales de las inevitables rencillas políticas internas, conspiraciones y campañas de odio de sus adversarios de la ultraderecha.

Probabilidad: media

4. Los tercos sueños de la defenestración

El núcleo duro de los golpistas se mantiene vivo y activo, asimilando algunos reveses en las cortes y la defenestración de su ícono de impunidad, la fiscal Consuelo Porras. Sus interesados lobistas en Washington se entusiasman que el final del túnel llegará de la mano de Trump y que el juicio político contra Arévalo y su partido está a la vuelta de la esquina. Mientras, siguen tronando tambores de guerra en el Congreso y las redes sociales para mantener el interés desestabilizador de sus grandes patrocinadores. A pesar de que el ADN de la restauración plena del régimen de corrupción se mantiene vivo, las sanciones internacionales les merman, pues algunos de sus clientes afectados buscan a Arévalo para revertirlas.

Probabilidad de éxito: media - baja

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