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Columna
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El feminismo de mi padre

Nadie le pide al antirracismo, al ecologismo, al anticapitalista o al movimiento LGTBI que esté en contra del machismo

La líder de Sumar Yolanda Díaz, flanqueada por Clara Serra y Elizabeth Duval, portavoz de feminismo del movimiento, en un acto en Madrid.
La líder de Sumar Yolanda Díaz, flanqueada por Clara Serra y Elizabeth Duval, portavoz de feminismo del movimiento, en un acto en Madrid.Daniel Gonzalez (EFE)
Najat El Hachmi

Qué lástima no haber tenido a mano el teléfono para hombres en crisis que propone Sumar para acabar con la violencia machista el día que mi padre me despertó de un profundo sueño agarrándome por la cabellera y me lanzó por las escaleras. O las tantas veces que molió literalmente a palos a mi madre. Seguro que si hubiera podido hablar con Elizabeth Duval se habría trabajado su masculinidad y habría entendido que no está bien odiar a las mujeres. O igual no, puesto que quien se ocupa ahora de la portavocía de feminismo en Sumar lleva años insultando a señoras que le rebaten sus enclenques argumentos. Duval se queja de que se le cuestionen por su edad (22 años) pero no tolera la discrepancia y arremete con acusaciones de transfobia a todo el que le lleve la contraria. Su falta de experiencia en asuntos de igualdad es más que evidente, como también su nulo contacto con las organizaciones feministas de base. ¿Cómo se van a atajar los asesinatos leyendo a Butler? Háblenles a los huérfanos del machismo de la deconstrucción y la perfomatividad o las sexualidades disidentes y transgresoras. Si algo necesita este asunto en el que nos estamos jugando la vida es seriedad y políticas concretas. ¿Feminismo del 99% para hacer qué? ¿Para seguir permitiendo que los proxenetas se lucren en esos campos de concentración llamados burdeles? ¿Van a proponer que en el porno haya diversidad racial? ¿Que el hijab y el burkini sean ecosostenibles? ¿Y a quiénes incluye ese 99%? Por supuesto que a los amigos de Pedro Sánchez que se sienten incómodos con la igualdad, los de Vox, los proxenetas, los violadores y esos varones a quienes tener una crisis les lleva a matar a sus parejas en vez de comprarse una moto. También estaría mi padre y el imam salafista, no sea que se sientan discriminados.

Pero es que lo que propone Sumar es una verdadera minorización de las mujeres al presentarnos como un colectivo (en nada pondrán una M al final del LGTBI+ y con eso no dirán que nos callemos) cuando somos el 51% de la población. Por si no fuera poco se nos carga con los fardos de otros movimientos sociales porque el feminismo tiene que ser antirracista, ecologista, anticapitalista y no sé cuántas cosas más. Eso sí, nadie le pide al antirracismo, al ecologismo, al anticapitalista o al movimiento LGTBI que esté en contra del machismo. Por eso alguien con un largo historial de insultos a mujeres puede ocuparse, qué cosas, ¡del feminismo!

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