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Cartas a la Directora
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Inaceptable desdén

Los lectores opinan sobre la selección femenina de fútbol, la victoria de Giorgia Meloni en Italia, la precariedad juvenil y los argumentos de quienes reclaman bajadas de impuestos

Las jugadoras de la selección española de fútbol durante un entrenamiento en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid).
Las jugadoras de la selección española de fútbol durante un entrenamiento en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas (Madrid).Pablo García (EFE)

Al hilo del menosprecio con el que los dirigentes de la Federación Española de fútbol tratan a las jugadoras de la selección nacional, comparto mi experiencia con el club de fútbol de mi localidad, Colmenar Viejo. El pasado junio, les propuse formar un equipo de veteranas. La idea les gustó mientras yo reuniese a las jugadoras, cosa que conseguí, cumpliendo mi parte del trato. Por parte del club aún no ha habido respuesta y no la voy a esperar más, porque la falta de respeto hacia las futbolistas está instalada en los dirigentes arcaicos, que no se enteran de que el fútbol femenino trae nuevos valores muy alejados de sus juegos de poder. Al igual que las 15 internacionales, las veteranas de mi pueblo nos quedaremos sin jugar. Aunque al menos a nosotras no nos obligan a pedir perdón y asumir el “error” de ser mujeres, mayores de 30 y querer jugar al fútbol.

Aurora Bellido Duque. Colmenar Viejo (Madrid)

Temible posibilidad

La extrema derecha ha sorteado los obstáculos para convertirse de facto en una opción democráticamente posible en numerosos países. Sus discursos han calado en una sociedad cada vez más exhausta debido a las políticas que no parecen mejorar la vida de los ciudadanos. Pero el hecho cierto es que la crisis actual del sistema de gobierno tradicional se inscribe en una crisis global en un mundo cada vez más complejo y problemático. La extrema derecha apela a una diferenciación entre un nosotros y los otros: se forma parte de una comunidad orgánica o se está excluido. Así fue en los regímenes fascistas del siglo XX; así parece también que lo será en los de hoy.

Glòria Barrachina Ferrús. Sant Cugat del Vallès (Barcelona)

Un cuento de Disney

Desde que tengo uso de razón, mi plan, y ahora sé que el de muchos jóvenes adultos, era estudiar, ejercer algún empleo mal pagado durante un tiempo para coger experiencia, pero luego conseguir uno mejor, ahorrar, independizarme y, eventualmente, tener alguna propiedad o disfrutar del dinero ahorrado o quizás tener hijos. A estas alturas casi parece un cuento de Disney. Muchas veces me pregunto cómo se hacía antes... aunque la pregunta quizás sea cómo se está haciendo de mal ahora para que todo esto nos resulte tan lejano. Estancados en el segundo paso, esa vida parece inalcanzable porque saltamos de prácticas sin remunerar a trabajos con sueldos bajos e irregulares con los que tenemos que pagar una vida que no nos podemos permitir.

Rosa Oroya Villalta. Bilbao

Argumento falso

Entre los falsos argumentos que se esgrimen para intentar justificar las bajadas de impuestos se encuentra el de que el dinero está mejor en los bolsillos de los ciudadanos, pues esto les permite gastar más y de este modo se reactiva la actividad económica. Lo que no se dice es que lo recaudado se destina, en gran parte, a retribuir a médicos, enfermeras, maestros, policías y guardias civiles, guardas forestales y a crear nuevos puestos o a mejorar sus condiciones laborales. Es decir, se trata de un dinero que va a salir de algunos bolsillos para ir a otros, nuevos o más desfavorecidos, pero que también consumen. Que no se preocupen, por tanto: la actividad económica va a continuar, pero más equilibrada.

Armando Alfonso López. Santa Cruz de Tenerife

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