_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El error de excluir el castellano

Los defensores de la exclusión del castellano, y los que prefieren mirar para otro lado, descubrirán que esa política cerril y el desprecio sistemático a los derechos de los ciudadanos ni siquiera sirvieron para ayudar al catalán

Castellano colegios catalanes
Alumnos de un colegio de Badalona.Marcel. Lí Sàenz
Daniel Gascón

Si nadie lo remedia, en ningún colegio de Cataluña sufragado con fondos públicos se impartirá un 25% de clases en castellano este curso. Es lo que ha prometido el consejero de Educación de la Generalitat. Las familias que pedían que sus hijos recibieran unas horas de clase a la semana en la lengua oficial de todo el Estado y la lengua materna de la mayoría de los catalanes ganaron en los tribunales. Pero, como han explicado Rafael Arenas y Joaquim Coll, los nacionalistas lograron hacer imposible la aplicación de la sentencia con una nueva ley que rechazaba el uso de porcentajes en la distribución de lenguas (aunque la Generalitat quiere que el 80% de las asignaturas en la Universidad sean en catalán). En palabras de Coll, el peligro es “que se produzca un retroceso sustancial en relación con un pleito en el que están en juego derechos fundamentales”. Han contribuido la inacción del Ministerio de Educación y de la Fiscalía, el apoyo del PSC y En Comú Podem a las políticas lingüísticas nacionalistas, la rendición del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y la inhibición del Gobierno. Escuela de Todos ha convocado este domingo en Barcelona una manifestación para protestar contra la exclusión del castellano. La situación es paradójica. Como ha escrito Alberto Penadés, una Cataluña independiente no podría mantener las políticas lingüísticas actuales a no ser que eligiera seguir el modelo de Visegrado o algo similar. Solo puede realizarlas gracias a la inhibición del Gobierno central: es decir, al desamparo de los ciudadanos. Familias y organizaciones como Asamblea por una Escuela Bilingüe recurren a los tribunales: cualquiera diría que para que te reconozcan como interlocutor es más eficaz romper la ley que reclamar su cumplimiento. No ayuda que sea un problema de pobres: muchos nacionalistas llevan a sus hijos a colegios privados plurilingües y muchos castellanoparlantes que se lo pueden permitir escogen la educación privada.

Este año España es el país invitado en la Feria del Libro de Fráncfort. El 25% de los autores que presenta España escriben en lenguas cooficiales. Hace unos años la invitada fue Cataluña y solo viajaron autores que escribían en catalán. En un sitio los porcentajes valen; en otros no. En un lugar, reivindicamos la diversidad; en otro, nos incomoda. Es un error, y cada vez será más evidente: los defensores de la exclusión del castellano, y los que prefieren mirar para otro lado, descubrirán que esa política cerril y el desprecio sistemático a los derechos de los ciudadanos ni siquiera sirvieron para ayudar al catalán.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Daniel Gascón
Daniel Gascón (Zaragoza, 1981) estudió Filología Inglesa y Filología Hispánica. Es editor responsable de Letras Libres España. Ha publicado el ensayo 'El golpe posmoderno' (Debate) y las novelas 'Un hipster en la España vacía' y 'La muerte del hipster' (Literatura Random House).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_