Continúa la guerra en Ucrania sin visos de paz
Los lectores escriben sobre el conflicto bélico, la asignatura de Historia en Castilla y León, la atención pública de la Administración y el maltrato a los animales
Estados Unidos enviará misiles de mayor alcance a Ucrania. Rusia ha advertido que dotar a Ucrania de armamento más sofisticado y moderno es “echar más leña al fuego”. Supongo que Rusia prefiere un país indefenso al que poder doblegar sin ninguna resistencia. Ucrania tiene derecho a defenderse de una agresión y a elegir libremente su futuro, sin injerencias externas. Mientras, los avances diplomáticos hacia una paz futura están cada vez más lejos. Cuando los conflictos se prolongan en el tiempo, parece que los ciudadanos ya no hacemos caso a las noticias que nos llegan de Ucrania y nos acostumbramos a la brutalidad de la guerra y a ver como algo normal cómo se bombardean zonas civiles. Tras más de tres meses de guerra, crece el número de muertos civiles y de desplazados. Las consecuencias económicas de la guerra son también devastadoras. Si Occidente endurece las sanciones y deja de comprar gas y petróleo a Rusia, habrá que ver qué pasa cuando llegue el invierno. Urge poner fin a esta barbarie.
Patricio Simo Gisbert. Valencia
Buscar la excelencia
La aspiración a la excelencia académica ha llevado a las autoridades educativas de Castilla y León a mantener los contenidos que hasta ahora tenía la asignatura de Historia. No sé si eso hará más excelentes a nuestros alumnos ni tampoco si ser excelente debe ser una condición necesaria de todo estudiante. Lo que sí tengo claro es que así los estudiantes de Castilla y León estarán compitiendo por una plaza universitaria en desventaja con los de otras comunidades. Entonces, la excelencia a la que se aspira puede provocar, como desde hace años, un efecto contraproducente: que alumnos excelentes y también otros muy competentes se queden sin poder realizar los estudios que perseguían.
Ángel Brioso Santos. Zamora
Mala atención pública
En la campaña de la Renta, al tratar de pedir cita presencial, por más veces que llames nos chocamos con una máquina a la que no podemos hacer ninguna pregunta y nos deriva a otro sitio, por supuesto digital, como si estuviésemos en el incorrecto. Tanto si es digital como si es presencial, son opciones diferentes a elegir, y a quienes elegimos la presencial, las Administraciones tienen la obligación de atendernos. Quiero recordar lo de siempre: si todo el mundo se va a lo digital, ¿quién trabajará para cotizar a la Seguridad Social para su posterior pensión? Este no es el camino; hay que defender el trato personal.
Rosa Muñoz. Madrid
Tristeza infinita
Diez años conviviendo sin problemas entre personas y gatos en el campus de San Francisco de la Universidad de Zaragoza. Se trata de una colonia felina oficial y censada. Resulta que ahora molestan. Fuera gatos. No hay entendimiento ni diálogo posible. Cerrazón total. La solución: matar a los gatos de hambre y sed. Crueldad, maltrato animal. ¿De verdad somos así? ¿Tan poco hemos evolucionado? Tristeza infinita.
Isidro Javier Treceño. Zaragoza
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.