¿Quién salva a los niños rusos?
Los lectores escriben sobre la propaganda de Rusia en torno a la guerra en Ucrania, la pobreza en España, los impuestos y el giro del Gobierno respecto al Sáhara
Europa observa afligida la situación en Ucrania. Atónita, trata de amparar a nuestros vecinos europeos, mandando material necesario o acogiendo a familias y niños. Mientras tanto, Rusia se sirve de sus medios de comunicación para que todos sus habitantes se empapen de odio hacia sus vecinos ucranios. Un vídeo de dibujos animados ha sido proyectado en la televisión privada rusa y en colegios, haciendo que los niños no queden ajenos a este conflicto. En el vídeo se cuenta la historia de dos niños: Nikola, representando a Ucrania, y Donestk, que representa a Rusia. Nikola tiene una actitud agresiva y se junta con malas compañías, siendo necesario que Rusia le frene: “Yo no golpeo, simplemente retiro el palo”, dice Donestk. Este vídeo hace que niños rusos se llenen de odio y vean a Ucrania como una amenaza. Esta guerra no solo pone en peligro la vida de millones de menores, sino que con esta propaganda trata de robarle la inocencia y bondad a quienes no conocen el odio. Los niños ucranios están siendo amparados, pero ¿quién salva a los rusos?
María García Hernández. Pamplona
Sí hay pobreza
Que el portavoz de la Comunidad de Madrid se pregunte dónde están los pobres, que él no los ve, y haga el gesto de buscarlos por el suelo como si estuviera buscando insignificancias puede significar dos cosas: o tiene un grave problema de visión o anda por la vida viendo solo lo que quiere ver, relacionándose con otros que, como él, cobran miles de euros al mes, tienen más de un millón de euros (declarados) en el banco y no tienen problemas para comer, pagar la casa, la luz, la calefacción, los estudios de sus hijos... para pagar, en fin, lo que sea necesario para vivir cómoda y holgadamente. ¿Por qué entonces las colas del hambre, la pobreza energética, las becas de comedor y estudios, el ingreso mínimo vital, las ayudas de Cáritas, Unicef y otros?
M. Luz Álvarez Aumente. Boadilla del Monte (Madrid)
Impuestos para un Estado fuerte
Estos días escuchamos a los que se denominan liberales que se deben bajar los impuestos, aumentar las compensaciones a determinados sectores e intervenir los precios disparados que fija el mercado, al que tanto adoran. Queremos un Estado fuerte para sacarnos de los problemas, pero no estamos dispuestos a que tenga recursos para ello. Lo que me sorprende es que este discurso sea comprado por colectivos que dependen de trabajos precarios y sueldos de supervivencia y que han visto cómo han crecido las brechas sociales que permiten que un político diga que él no ve pobreza en los ámbitos donde se mueve.
Julio Merino Velasco. Toledo
Políticas asimétricas
El Gobierno avala la anexión del Sáhara por parte de Marruecos. Con la guerra de Ucrania en primer plano, parece que la independencia de un pueblo no depende tanto de su voluntad y su heroísmo como de los intereses geoestratégicos y las políticas de alianzas en juego. El Sáhara fue invadido, se rebeló, tiene recursos económicos estratégicos y quizás hubiera sido un aliado más fiable que Marruecos, pero lleva 50 años sometido al desgaste y a la ilegalidad. Por favor, no hablen de derechos humanos ni de derecho de los pueblos a decidir. Dejémoslo en poder y oportunismo acompañado de un pelín de miopía política.
Milagros Cristóbal Cristóbal. Madrid
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