_
_
_
_
_

La UE prevé financiar con dinero comunitario el envío de armas a Ucrania

Alemania, tras resistirse durante semanas, autoriza que se mande equipamiento militar

Varios soldados ucranios, el sábado junto a un vehículo militar de su ejército calcinado en Kiev.
Varios soldados ucranios, el sábado junto a un vehículo militar de su ejército calcinado en Kiev.EP

La lista de países que envían armas a Ucrania se alarga día a día. El sábado se sumó Alemania después de resistirse durante semanas. Y la Unión Europea (UE) convocó para el domingo un consejo de ministros extraordinario de Asuntos Exteriores en el que se propone aprobar la coordinación de la compra de armamento para el país que desde el jueves sufre el ataque de Rusia y su financiación con dinero comunitario.

No son armas que vayan a desequilibrar una guerra asimétrica entre un invasor, Rusia, una de las potencias militares del planeta, y un agredido, Ucrania, con unas fuerzas armadas mucho más modestas. El equipamiento militar que, desde hace días y desde este fin de semana con mayor intensidad, las capitales europeas anuncian que suministrarán al Gobierno de Kiev difícilmente cambiará el curso de la operación que, por tierra, mar y aire, el presidente ruso Vladímir Putin lanzó la madrugada del jueves contra el país vecino.

Pero el envío, por parte de una treintena de países, de armamento a Ucrania sí puede complicar las cosas al invasor ruso en sus planes para derrocar al presidente legítimo, Volodímir Zelenski. Y, en palabras de una fuente de la presidencia francesa, puede “encarecer el precio” para Putin de la operación para que “cese las operaciones militares y acepte un alto el fuego que permita retomar el diálogo en condiciones que deberán ser satisfactorias para los ucranios”.

La UE utilizará el Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para financiar la compra de armas con las que ayudar al Gobierno de Zelenski a resistir la invasión rusa. Ese fondo cuenta con una dotación de 5.692 millones de euros para el período 2021-2027, con un techo de gasto anual creciente a partir de 420 millones.

La decisión del Gobierno alemán supone un giro a su política sobre envío de armas a zonas de conflicto a los tres días del inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. El canciller, Olaf Scholz, ha autorizado el suministro de 1.000 misiles antitanque y de 500 misiles tierra-aire Stinger de las existencias de la Bundeswehr (el ejército alemán) para apoyar a las fuerzas armadas ucranias. Las armas se entregarán “lo antes posible”, informó el sábado el portavoz del canciller.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

“La invasión rusa de Ucrania marca un punto de inflexión. Amenaza todo nuestro orden de posguerra. En esta situación, es nuestro deber hacer todo lo posible para ayudar a Ucrania a defenderse del ejército invasor de Vladímir Putin. Alemania está cerca de Ucrania”, afirmó Scholz al explicar la decisión.

Un par de horas antes se había conocido que el Gobierno autorizaba también a Países Bajos para entregar 400 lanzagranadas antitanque de fabricación alemana a una zona de guerra, algo a lo que hasta ahora se había negado rotundamente pese a las críticas de los aliados y las acusaciones de falta de solidaridad de las autoridades ucranias.

Alemania tiene desde hace años una política muy restrictiva de exportación de armas, que por principio no permite la entrega de armamento letal a zonas de conflicto. El cambio de postura del Gobierno de Scholz es importante porque Alemania es uno de los mayores fabricantes de armas del mundo y, como tal, puede vetar su reexportación a zonas de conflicto desde terceros países. Cualquiera que quiera revender armas alemanas debe pedir permiso a Berlín.

“Armas y equipamiento de nuestros socios en camino hacia Ucrania. ¡La coalición antibélica funciona!”, celebraba en un mensaje en la red social Twitter, el presidente Zelenski. Acababa de hablar con su homólogo francés Emmanuel Macron, quien se ha convertido uno de sus interlocutores de confianza en la Europa occidental.

El día anterior, en un discurso al Parlamento, leído por los presidentes de sendas cámaras, Macron declaró: “Estamos en contacto con las autoridades ucranias para suministrarles el material defensivo que necesiten”. Francia no ha concretado de qué material se trata, únicamente que es de carácter defensivo, tal como lo que solicitó Zelenski al presidente de Francia.

El primer ministro belga, Alexandre De Croo, explicó que su país proveerá, también a petición de Ucrania, 3.800 toneladas de carburante y 2.000 metralletas. Su homólogo neerlandés, Mark Rutte, anunció que ha enviado a Kiev 200 misiles antiaéreos Stinger y que prepara el envío de más equipamiento defensivo “contra la agresión rusa”. Eslovaquia dará 12.00 piezas de munición de artillería además de combustible y sistemas antiminas.

La ayuda se suma a las entregas de, entre otros, Polonia, los países bálticos o Estados Unidos, cuya ayuda militar a Ucrania se eleva, en el último año, a 1.000 millones de dólares (890 millones de euros), según un comunicado del secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken. Un nuevo paquete de ayudas, añade Blinken, “incluirá asistencia defensiva letal para ayudar a Ucrania a enfrentarse a las amenazas de carros blindados, aviones y otras”.

Hasta ahora, el Gobierno español no ha querido suministrar armamento, como ha reclamado Kiev, pero prevé donar material defensivo como chalecos antibalas y equipo y trajes NBQ (nuclear, biológico, químico), informa Miguel González.

El envío de equipamiento militar y armamento muestra los límites de la acción de la OTAN ante la invasión rusa. Ucrania, al no ser miembro de la Alianza Atlántica, no se encuentra bajo su paraguas protector. Cuando hace semanas empezó a hacerse visible la amenaza de Rusia, una potencia nuclear, los aliados descartaron una intervención armada para proteger a los ucranios. Esto ha limitado a las sanciones económicas y al refuerzo de la presencia militar en los países limítrofes con Ucrania las herramientas disponibles para disuadir a Putin o para castigarlo.

Francia está convencida de que el envío de material militar puede ser útil. “La caída de Kiev no es inevitable. La correlación de fuerzas es tan desequilibrada que mucho dependerá de los cálculos que haga el presidente Putin”, dice una fuente del Elíseo que pidió anonimato. Y explica: “Cuando se han desplegado 175.000 soldados y cuando todos los medios de la artillería, la aviación, la marina, los misiles están preparados para hacer caer Ucrania, la solución no puede ser simplemente equipar a Ucrania hasta que esté al nivel de Rusia. El tema es aumentar el coste de la guerra de tal manera que el presidente Putin se vea forzado a revisar sus planes. Que calcule que no debe tomar Kiev porque lo pagará demasiado caro”.

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_