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tribuna
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Las dramáticas ramificaciones de la covid-19

La desestabilización actual del sistema sanitario puede revertirse, pero solo será posible con el compromiso de todos, trabajando conjuntamente con lealtad y transparencia

Investigadores en el Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Investigadores en el Hospital Universitario La Paz de Madrid.HOSPITAL UNIVERSITARIO LA PAZ (Europa Press)

Nadie pone en duda que la atención a los pacientes con covid se llevó por delante toda la planificación del sistema sanitario y buena parte de la asistencia a los pacientes con cualquier otra patología. Dada su importancia, desde la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) hemos querido analizar ese impacto y proponer soluciones para la ingente tarea que tenemos por delante. Las sociedades científicas queremos compartir las enseñanzas que nos ha dejado esta crisis para mejorar la atención a los pacientes y también queremos participar en las decisiones que se tomen para la necesaria priorización y reorganización global que tenemos que afrontar.

La desestabilización actual del sistema sanitario puede revertirse, pero solo será posible con el compromiso de todos, trabajando conjuntamente con lealtad y transparencia. Es necesario implementar cambios estratégicos para fortalecer el Sistema Nacional de Salud y para poder hacer frente a circunstancias como las vividas en el futuro con menor vulnerabilidad. Eso solo puede lograrse con el apoyo de los profesionales, con una asignación realista de fondos y poniendo al paciente en el centro. FACME y los más de 120.000 médicos a los que representa queremos y podemos colaborar, pero es fundamental la involucración de las administraciones y la apuesta económica. Tanto los fondos de recuperación europeos como los presupuestos anuales deberían servir para ello.

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Los médicos hemos tenido que reorganizar la actividad y gestionar pacientes y recursos de otra forma durante la pandemia, lo que ha contribuido a salvar vidas y a minimizar su impacto sanitario; y lo hemos hecho porque se nos ha permitido tomar decisiones, en un modelo de liderazgo compartido, que creemos que se debe mantener. Por ello, en FACME hemos definido varias áreas estratégicas y hemos planteado propuestas para volver a priorizar la atención no-covid. El primer movimiento es la recuperación de los pacientes demorados. En esta tarea las sociedades científicas tenemos mucho que decir, porque podemos orientar sobre criterios generales y también estratificar sobre la base de la gravedad y el impacto en salud. Pero, además, podemos colaborar para crear un observatorio que monitorice y vele porque la recuperación de los pacientes diferidos se haga con calidad y seguridad en cada contexto local.

Capítulo aparte merece la atención a los pacientes crónicos. Se necesita un mejor manejo y seguimiento que difícilmente puede garantizarse con el modelo asistencial actual. Por ello consideramos que hay que abrirse a experimentar en el marco de programas ambiciosos de innovación y colaboración entre servicios de salud, que faciliten a los equipos clínicos evaluar nuevas soluciones, medir resultados y generar conocimiento aplicable que pueda compartirse entre equipos profesionales y organizaciones asistenciales diferentes. Y son precisamente los profesionales los que pueden hacerlo, aunque necesitan ese marco global para experimentar, aprender e implementar cambios.

En tercer lugar, entendemos que estamos en deuda con las políticas de prevención; se hace necesaria más proactividad y calidad en la identificación de factores de riesgo y en la optimización de los procesos diagnósticos. La innovación científico-técnica puede ayudarnos en esta tarea y los equipos multidisciplinares locales pueden trabajar en ello si tienen el apoyo de sus organizaciones asistenciales; si se apuesta por trabajar en la identificación de factores de riesgo, será más fácil el desarrollo de más prevención y de mejor medicina personalizada.

Y, por último, instamos a una reorganización y asignación transparente de recursos en el sistema. A modo de ejemplo, a día de hoy no se conoce la planificación de recursos humanos para organizar el recambio de profesionales que debe ocurrir en el corto y medio plazo. El modelo de gobernanza tiene que cambiar y a los profesionales se nos tiene que dotar de más capacidad y autonomía en la toma de decisiones.

Con todo ello, y a modo de resumen, creemos que la fuerza laboral, la tecnología y el desarrollo de la innovación e investigación permitirán avanzar en la recuperación del sistema y mantener una atención sanitaria de calidad si contamos con los profesionales. Y desde FACME, una vez que ofrecemos estas propuestas para empezar a trabajar, nos comprometemos a monitorizar intervenciones de gestión y liderazgo que se den en las diferentes comunidades autónomas y en el Ministerio de Sanidad, realizando informes periódicos de evaluación y posicionamiento. Los sistemas de salud en España necesitan mayor financiación y una nueva forma de liderar y gestionar el cambio para salir de esta crisis. Tenemos ante nosotros un reto crucial, pero también una oportunidad de ofrecer mejor asistencia a nuestros pacientes que no deberíamos desaprovechar.


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