Ridículos cánones de belleza

La primera vez que me sentí insegura con mi cuerpo fue a raíz de un comentario de un compañero de clase. ‘’¡Qué plana estás!’’ dijo entre risas, apoyado por sus amigos. Yo, que nunca me había preocupado por el tamaño de mis pechos, empecé a obsesionarme. A tal punto llegó ese pensamiento enfermizo, que utilizaba a diario sujetadores con excesivo relleno para aplacar los comentarios. Para mi sorpresa, obtuve el efecto contrario: seguí recibiéndolos, ahora por la cantidad de relleno que utilizaba. Y como esta historia, montones. La hipocresía de los estereotipos que se nos exigen a las mujeres es más que palpable día a día. Cánones ridículos impuestos no solo por las redes sociales, sino también, de manera inconsciente, por nuestro entorno. Una belleza que se sitúa a un nivel inalcanzable para nosotras, utilizada como justificación para poder opinar sobre nuestro cuerpo. Tenemos la sensación de que se nos exige estar perfectas cada instante de nuestra existencia. Necesitamos una sociedad concienciada y para lograrlo, se empieza por nuestro entorno.

Andrea Moreno. Pallejà (Barcelona)

Un grupo antidemocrático

“Abucheos y gritos contra el presidente”, fue el titular que EL PAÍS eligió para informar sobre los incidentes ocurridos en el desfile militar del 12 de octubre en Madrid, como si se tratara de algún tipo de descontento, cuando de lo que se trataba era de la actuación de un grupo antidemocrático que no era ni señalado ni identificado. La noticia no hablaba de quiénes eran ni de qué partidos los apoyaban ni de por qué razón pueden estar siempre cerca de la tribuna de autoridades. El objetivo de la noticia no debiera haber sido el presidente del Gobierno, sino los agitadores. Los abucheos del 12 de octubre son contra la democracia, y EL PAÍS debería haberlo señalado en la noticia.

Gerardo Vizmanos. Bilbao

Vínculos emocionales

Cuando alguien lleva, como es mi caso, leyendo un periódico, EL PAÍS, desde su nacimiento, acaba creando inevitablemente unos vínculos emocionales con sus colaboradores. Los viernes no serían lo mismo sin el artículo de Millás. Tampoco los domingos sin el de Vicent. Ellos, y algún otro, se convierten con su palabra balsámica en involuntarios referentes en este tiempo de incertidumbre. Ahora, otra admirada articulista, que cada lunes nos regala un pedazo de honestidad y compromiso, Almudena Grandes, está pasando por un momento delicado. Futbolera y atlética como es, la animo a que no se desespere y vaya partido a partido. Y le recuerdo, por si tiene alguna duda al respecto, que you’ll never walk alone.

Juan Fernández Sánchez. Madrid

Pederastia eclesial

La Conferencia Episcopal tiene el deber y la tarea de corregir las maldades y abusos en el seno de la Iglesia católica española dejando de ocultar a los pederastas y de menospreciar a las familias de los abusados, y lo que es más grave, a sus víctimas, que están demandando justicia y que se arroje luz sobre unos sucesos ocultados por la jerarquía católica: la pederastia de curas y laicos, en seminarios y centros privados de órdenes religiosas donde se impartía muy mala educación, se ejercía violencia y se abusaba de niños. Es el momento de que actúe de oficio el Estado.

Victorio Martínez Armero. Móstoles (Madrid)