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Columna
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Más ciencia, más Europa

La comisaria de investigación reclama a los países que inviertan un 3% de su PIB en ciencia

Javier Sampedro
La comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel, durante una rueda de prensa.
La comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel, durante una rueda de prensa.Anadolu Agency (Anadolu Agency via Getty Images)

Hablar de buenas noticias en medio de una pandemia que se ha llevado por delante a 2,8 millones de congéneres parece un desvarío. Pero haberlas, haylas. Recordemos que las vacunas se han desarrollado en un tiempo récord, que están siendo extremadamente eficaces para evitar muertes, que las variantes del virus son pocas y gestionables y que nuestros errores nos señalan lo que hay que corregir a un ritmo literalmente diario. También hay una conclusión más abstracta y que, en el fondo, captura todo lo anterior y mucho más: que nuestras sociedades se apoyan cada vez más en la ciencia. Que recortar en investigación y medicina es una sandez. Y que las prioridades presupuestarias de nuestros gobiernos son erróneas. Si la lección persistiera en el tiempo, sería la mejor noticia que habría salido de esta escabechina. Ha querido el destino que Horizonte Europa, el programa clave de la UE para investigación e innovación de aquí a 2027, esté estos días en su fase de arranque, y pidiendo proyectos a los científicos europeos. El plan supone una pasta —96.000 millones de euros, cerca del 10% del PIB español— y alimentará la ciencia del continente con énfasis en cinco “misiones”, o investigaciones dirigidas a un objetivo: cáncer, clima, océanos, ciudades del futuro y seguridad alimentaria. Eso se llevará 5.000 millones. El fondo de recuperación de la covid dará cuenta de otros 5.000. Quedan aún 86.000 millones por repartir, y la Comisión Europea tardará todavía varias semanas en anunciar unos planes más elaborados y considerar más solicitudes de los laboratorios.

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La mujer que está a cargo de esta operación milmillonaria es la comisaria de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel, una politóloga y política búlgara conservadora que ocupa el cargo desde 2019. Leyendo la lista de sus competencias, lo primero que dan ganas es de compadecerla, la verdad, porque eso más que una cartera parece un baúl. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la mayoría de esas competencias son de los países miembros, y que la función de Gabriel consiste más bien en repartir la pasta con criterios racionales y examinar periódicamente si está bien gastada. No será una tarea menor.

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Para sus planes a medio plazo, Gabriel necesita contar con el acuerdo de los 27 Estados miembros, según declara a Nature. En particular, que los países se comprometan a dedicar a la investigación el 3% de su PIB. Eso es lo que invierten en ciencia los países más avanzados, y no cumplirlo —como España, que se ha estancado en un 1,2%— es la marca de fábrica de una economía miope, ladrillera y sigloveintesca de puro vetusta.

Las agendas de los países miembros, argumenta la comisaria, deben cambiar para reflejar las nuevas prioridades, y su departamento prepara el borrador de un Pacto por la Investigación y la Innovación para coordinar las estrategias científicas nacionales con el Horizonte Europeo. Su argumento será de peso. Se llama 96.000 millones, y pocos gobiernos nacionales tienen armas contra una oferta que no podrán rechazar. La lucha contra la pandemia y el resto de la actividad científica necesitan más Europa, no menos. Los de Bruselas ven más allá que los de provincias.

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