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Impuestos
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Con López Obrador, los pobres pagan más impuestos

La proporción de impuestos pagados por los más pobres ha aumentado. Algunas de las reformas laborales y sociales de Obrador podrían explicarlo

Viri Ríos
Constancia de situación fiscal SAT
Gente haciendo fila para tramitar su constancia de situación fiscal, afuera de una oficina del SAT en Ciudad de México, el 31 de mayo.Mario Jasso (Cuartoscuro)

En México, las personas con dinero siempre han pagado menos impuestos de lo que les toca. Por ejemplo, con Peña Nieto los hogares de clase alta pagaban solo el 46% de los impuestos totales a pesar de tener el 61% de los ingresos totales del país. Con Fox y Calderón los hogares más ricos llegaron a pagar tan poco como el 38% de los impuestos recaudados a nivel nacional. Es decir, las clases altas sí pagan una gran proporción de los impuestos de este país, pero ni remotamente lo que deberían dada su riqueza.

López Obrador prometió terminar con esta injusticia, pero no ha cumplido. Por el contrario, con la 4T cada vez se le cobran más impuestos a los pobres y menos a los ricos. El sistema fiscal mexicano nunca había sido más injusto que ahora.

Analicé datos oficiales de 20 años de recaudación fiscal por estrato social para comprender qué proporción de la recaudación proviene del cobro de impuestos a hogares ricos, clases altas, medias o bajas.

Lo que descubrí me dejó helada: los hogares de clase alta jamás habían pagado una proporción tan baja de los impuestos nacionales como ahora. Con López Obrador pagan solo el 36% de los impuestos totales recaudados, una disminución importante comparado con el 46% que pagaban con Peña Nieto. También pagan una menor proporción del ISR (cayendo de 58 a 52%) y de IVA (32 a 27%).

Podría pensarse que esto se debe al efecto de la pandemia, pero no es así. La pandemia disminuyó los ingresos de las clases altas y por tanto, su pago de impuestos, pero el ingreso no cayó lo suficiente como para explicar la caída en recaudación. De hecho, el pago de impuestos de las clases altas cayó cinco veces más de lo que cayeron sus ingresos en 2020. Es decir, los efectos de la pandemia en los ingresos no alcanzan a explicar la caída estrepitosa en recaudación.

Por el contrario, son los pobres los que están pagando cada vez más impuestos. Con López Obrador pagan el 18% de los impuestos totales recaudados, un aumento importante comparado con el 11% que pagaban con Peña Nieto.

Hay varias tendencias interesantes que pueden estar explicando parcialmente este fenómeno. El primero es que los hogares pobres están comenzando a pagar más ISR por su trabajo. Esto pudiera estar relacionado con aumentos salariales que han hecho que los subsidios que aplican a los asalariados de nivel más bajo cada vez se apliquen a menos personas. También puede ser que ahora más personas ganen ante el IMSS lo que efectivamente ganaban, pero se les pagaba con esquemas semi-informales. Así, los hogares pobres han casi duplicado su contribución a la recaudación nacional de ISR, subiendo de 3,5% a 6,2%.

Además, los hogares pobres también están pagando más IVA quizá debido a que están comprando cada vez más en tiendas establecidas donde hay pago de IVA por los productos. Este cambio en patrones de consumo podría explicarse, al menos en parte, por los programas sociales de transferencias en efectivo que se hacen por medio de tarjetas. Así, los hogares pobres han aumentado su contribución a la recaudación nacional de IVA, subiendo de 21 a 25 por ciento.

La caída en la proporción de contribución de las clases altas se explica porque el resto de los mexicanos paga más. Es importante acotar que las grandes empresas (personas morales) sí están pagando más impuestos. De acuerdo con el SAT, de 2018 a 2021, entre 11.000 empresas mexicanas con ingresos superiores a los 1.500 millones de pesos al año, el pago de impuestos ha aumentado en 43%. El efecto de esto podría reflejarse en menores ingresos para personas físicas dueñas de empresas.

Todo lo anterior implica que ya no solo es urgente tener una discusión sobre cómo aumentar los impuestos, sino también sobre cómo aminorar los efectos regresivos que comienzan a observarse en el cobro de impuestos.

Resolver este dilema requiere aumentar las tasas que pagan los hogares ultrarricos. Las tasas de impuestos actuales no son justas porque ponen en la misma canasta a los ultrarricos que a las clases medias altas. Esto hace que a los primeros no se les cobre lo suficiente. México debe aumentar la tasa de ISR para los hogares ultrarricos del 36% al 40%. Como han mostrado los estudios del profesor del Colegio de México, Raymundo Campos, este aumento sería viable sin la economía o los incentivos de inversión de las personas más ricas.

Además de lo anterior es necesario actualizar los catastros para poder cobrar mejor el predial, un impuesto que puede ser muy progresivo. Al momento, salvo contadas excepciones, los catastros los manejan gobiernos municipales con pocos incentivos y recursos para actualizarlos. Debe considerarse otorgar el mandato del catastro a gobiernos estatales para facilitar su mejora y pavimentar un camino a mayor recaudación.

Finalmente, también es urgente eliminar los impuestos al trabajo (nómina, seguridad social) y sustituirlos con contribuciones progresivas al capital o la riqueza. La carga fiscal que enfrentan los asalariados es desproporcional a su nivel de ingreso y esto crea un sistema donde las clases medias terminan pagando proporcionalmente más impuestos que los ricos.

La justicia fiscal no se dará en México a menos de que las reglas del juego tributario cambien profundamente. El esquema fiscal actual es cada vez más perverso: cobrándole proporcionalmente más a los pobres y menos a las clases altas.

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