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Salvador Piris, neonatólogo: “El contacto piel con piel, un recurso sin coste económico ni necesidad de tecnología, no recibe el reconocimiento que merece”

El médico del Hospital 12 de Octubre de Madrid explica la importancia de implantar el método canguro inmediato en bebés con menos de 1.500 gramos: mejora la superviviencia del recién nacido y también tiene beneficios para la madre

La prematuridad es un problema de salud pública mundial que no está controlado y que va cada vez a más, tanto por los avances tecnológicos como por el retraso en la edad de las madres.
La prematuridad es un problema de salud pública mundial que no está controlado y que va cada vez a más, tanto por los avances tecnológicos como por el retraso en la edad de las madres.Jill Lehmann Photography (Getty Images)

En 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una guía de recomendaciones para mejorar la supervivencia y la salud de los bebés nacidos de forma prematura en la que se insistía en la importancia del contacto piel con piel con la madre (o cuidador designado, en caso de que la madre no esté disponible) justo después del parto. Esta práctica, según la evidencia científica, no solo ayuda a regular la temperatura corporal del recién nacido y de la madre, también favorece la lactancia materna y promueve el vínculo de la díada. Además, mejora la supervivencia de bebés, incluso en prematuros de menos de 1.500 gramos.

Esto lo recuerda Salvador Piris Borregas (Badajoz, 40 años), médico adjunto en el servicio de neonatología del Hospital 12 de Octubre de Madrid y miembro del grupo de investigación Salud Materno Infantil del mismo centro. Según el experto, aunque el hecho de que 13 millones de bebés nazcan prematuramente cada año —en España, representan el 10% de los nacidos, unos 30.000 al año— es un problema complejo de resolver, no lo es tanto mejorar la llegada al mundo de estos bebés con un recurso sencillo: el propio cuerpo de la madre. “El método canguro inmediato es una intervención que salva vidas”, dice. Existen cuatro tipos de prematuridad: los pretérmino tardío son los nacidos entre la semana 34 y 36 de gestación; los moderado, entre las semanas 32 y 33; los muy prematuros o gran prematuro, entre la 28 y la 31; y, por último, están los prematuros extremo que son aquellos nacidos antes de la semana 28.

PREGUNTA. La evidencia científica confirma desde hace años que el contacto piel con piel es crucial en el tránsito a la vida fuera del útero. ¿Por qué es importante?

RESPUESTA. En el recién nacido a término sano, cuando se coloca piel con piel con su madre, se produce una serie de efectos que ayuda al bebé en ese tránsito a la vida extrauterina. Entre esos efectos son muy conocidos la regulación de la temperatura de la díada, tanto del bebé como de la madre, para que tengan una temperatura normal; o un mejor inicio de la lactancia materna, ya que está demostrado que es mucho más exitosa —tanto en tiempo como en satisfacción— si se produce el piel con piel. En el caso de los bebés con bajo peso tienden a regular mejor la glucemia cuando están sobre el cuerpo de la madre. Y aquí entramos ya en el campo de los más pequeños. Fíjate que parece que cuando hablamos del piel con piel puede parecer algo muy complicado, por lo mucho que está costando que se normalice esta práctica en los hospitales. Pero lo cierto es que no lo es. Hace unos años se publicó en The New England Journal of Medicine uno de los primeros estudios [Immediate “Kangaroo Mother Care” and Survival of Infants with Low Birth Weight, de 2021] que lo evalúa en formato de ensayo clínico en prematuros. Se demostró que este método inmediato mejoraba la supervivencia en bebés de menos de 1.500 gramos. Ese resultado ha hecho que muchos hospitales nos tengamos que poner las pilas para instaurarlo no solo en el recién nacido a término, sino también en el prematuro porque aumenta su supervivencia. En este mismo estudio se vio también que disminuía la hipotermia, algo que es muy frecuente, y aumentaban las tasas de lactancia materna.

P. Según datos de la OMS, más de 13 millones de bebés nacen de forma prematura en el mundo. ¿Qué factores influyen en estos datos?

R. La prematuridad es un problema de salud pública mundial que no está controlado y que va cada vez a más. Por un lado, los avances tecnológicos nos permiten identificar ciertos problemas en el embarazo que, a veces, requieren adelantar el parto. Esto genera prematuridad iatrogénica: un nacimiento prematuro provocado con fines terapéuticos. Por otro lado, los cambios sociales también tienen un papel importante; por ejemplo, cada vez se pospone más la maternidad, lo cual aumenta el riesgo de partos prematuros.

Salvador Piris neonatologo
Salvador Piris Borregas es médico adjunto en el servicio de neonatología del Hospital 12 de octubre de Madrid.

P. Nils Bergman, médico especialista en neurociencia perinatal, insiste en que no haya separaciones innecesarias, ni siquiera en el caso de prematuros y grandes prematuros. Suele decir algo muy interesante: se cambia el lugar, pero no los cuidados.

R. Sí, Bergman es una referencia internacional en este ámbito y creo que esto que plantea es hacia donde vamos: el Couplet Care, que es ese cuidado de la díada. Cuando nace un bebé prematuro es común evaluarlo en la cuna de reanimación. Pero, ¿por qué no hacerlo directamente sobre su madre? Si es evaluado en contacto con ella, las bacterias que colonizan a la madre también pueden empezar a colonizarlo, lo cual podría ofrecerle una protección natural frente a las bacterias presentes en la unidad de cuidados intensivos, a las que estará expuesto posteriormente.

P. ¿Esto aplica en todos los países, tanto los de altos ingresos como los de bajos ingresos?

R. Sí, sin duda. Son muy pocas las intervenciones que han demostrado mejorar la supervivencia en bebés de menos de 1.500 gramos. Sin embargo, el contacto piel con piel, un recurso sin coste económico ni necesidad de tecnología, sigue recibiendo menos reconocimiento del que merece y, con frecuencia, se asocia solo a contextos de bajos recursos, cuando en realidad es una intervención que salva vidas.

P. La ciencia ha demostrado que no solo basta con la tecnología, que el cuerpo de la madre es fundamental. Pero parece difícil cambiar el paradigma médico que ha prevalecido hasta el momento.

R. Es muy complicado. No me gusta utilizar la palabra “humanización”, pero es cierto que implementar estas intervenciones de una manera más humana resulta difícil. Creo que esto sucede porque toca una fibra profunda en los profesionales, quienes pueden reaccionar a la defensiva, pensando: “¿Qué me vas a contar a mí, que soy quien tiene el conocimiento, que llevo toda la vida haciendo esto así?”. Sin embargo, si dices que hay que hacer, por ejemplo, una ecografía tras el nacimiento, esto se implanta muy rápidamente. Los resultados están ahí y lo que la ciencia nos dice es que el piel con piel en prematuros y grandes prematuros aumenta la supervivencia, que los niños pierden menos temperatura y que las tasas de lactancia materna son mejores. Con la evidencia en la mano no podemos decir que el cuerpo de la madre sea menos ventajoso que la última tecnología.

P. ¿Qué dificultades puede conllevar implementar el método canguro inmediato en un hospital? ¿El propio profesional es una barrera?

R. En muchos casos, sí. A veces, no es tanto una resistencia al cambio como una falta de información. Si el profesional no ha sido informado de los beneficios del contacto piel con piel para los bebés prematuros es natural que no lo valore ni lo implante en su contexto. Otra dificultad es adaptar los recursos y los medios a la madre; aunque esto no es tan complicado porque es una cuestión de aparataje.

P. ¿Por dónde cree que empieza el cambio?

R. Buscando personas sensibles al cambio. Hay que empezar haciendo un grupo, porque una persona sola no hace nada, y a partir de ahí empiezas una formación. Sobre todo es muy importante no desgastarse ante los baches que puedan surgir en el proceso ante las distintas sensibilidades, puntos de vista, reticencias… Y es importante también el apoyo de los líderes de las unidades y de los equipos. Si hay un compañero o una compañera que lo está haciendo mal, es fundamental tener a alguien a quien poder acudir para que esto cambie.

P. ¿Cómo lo viven las familias?

R. La expresión de las familias al recibir a su hijo en brazos, al tenerlo piel con piel, lo dice todo. Ese instante en que pueden sostener a su bebé, aunque sea tan pequeñito, hace que todo lo demás —el aparataje, la prematuridad, la situación clínica— pase claramente a un segundo plano. Creo que uno de los impactos más significativos de esta práctica es precisamente que cuida la salud mental de toda la familia y del bebé.

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