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Tom Percival: “Lo que me ha ofrecido la paternidad compensa con creces cualquier reducción de tiempo para crear”

Este escritor e ilustrador presenta ‘Los invisibles’, un precioso álbum ilustrado que acaba de ser nominado para el XXII Premio Llibreter, que organiza el Gremio de Libreros de Cataluña

Tom Percival es escritor e ilustrador británico.
Tom Percival es escritor e ilustrador británico.

A veces se hace difícil vivir en la ciudad. No es solo por el tipo de edificaciones, la invasión de coches o la multitud de personas que, como un enjambre de abejas, se lanza en tropel a la calle cada día. En las ciudades una siempre se enfrenta a la posibilidad de volverse invisible. De desaparecer. No importa la edad, la invisibilidad afecta por igual a adultos y niños. Basta con no poder seguir el ritmo y la economía que se nos impone. ¡Zas! Tom Percival, escritor e ilustrador británico, busca abrirnos los ojos a esta realidad en Los invisibles (Andana Editorial), un precioso álbum ilustrado, que acaba de ser nominado en la categoría de álbum ilustrado para el XXII Premio Llibreter que organiza el Gremio de Libreros de Cataluña, a través del cual reclama el derecho de todos a tener nuestro sitio. Lo hace de la mano de Isabel, una niña inteligente con una familia amorosa que vive en uno de esos barrios hechos a retales que salpican las ciudades. Ella representa a los miles de niños y niñas que viven en la pobreza, que son ignorados. En Isabel hay algo de su autor porque, sin ser autobiográfico, lo cierto es que su experiencia personal le sirve para explorar esta idea de invisibilidad: pasó su infancia en una caravana sin agua, luz ni calefacción. «¿Que por qué vivíamos así? Pues, en pocas palabras, porque éramos pobres». Sin embargo, Percival tuvo suerte porque, cuenta, le sustentaron la naturaleza, el amor y los libros. De los últimos, de los libros, dice que cuando era niño le dieron la posibilidad de escapar y descubrir otros lugares. Hoy esos libros le permiten tener un trabajo. Los libros siempre nos salvan.

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PREGUNTA: «Claro que la pobreza no es la única forma en que la sociedad mira hacia otro lado; el mundo tiene muchas maneras de decirte: «Este no es tu sitio».» ‘Los invisibles’ se opone a esto y quiere decir bien alto «Claro que es tu sitio». ¿Cuántas veces ha tenido que reivindicar su lugar Tom Percival a lo largo de su vida?

RESPUESTA: Cuando era más joven sentía que me quedaba atrás por la situación económica de mi familia. No era tanto que me “prohibieran” específicamente realizar ciertas actividades, sino que pronto comencé a sentir que había cosas que “no eran para mí”. Ves que tus amigos no comparten las mismas experiencias e incomodidades que tú y de esa desigualdad es difícil escapar. Por eso creo que los lugares como las bibliotecas públicas son tan importantes, porque todo el mundo necesita tener espacios en los que poder “estar” que no cuesten dinero, que no digan implícita o explícitamente “no eres bienvenido”. Y es fundamental que este tipo de lugares también se perciban como lugares abiertos y accesibles para todos, si no, tendremos otra barrera de entrada.

P. ¿Los libros pueden salvarnos?

R. Bueno, ¡a mí me salvaron! Los libros me dieron una vía de escape y una libertad que necesitaba desesperadamente cuando era niño. Me abrieron ventanas a otras vidas y me enseñaron mucho sobre el mundo que no pude experimentar de primera mano. Y ahora también porque me han dado una carrera y un sueldo, así que me siento muy en deuda con el mundo de las bibliotecas y los libros. También con el amor y el apoyo de mi madre, que fue lo que me hizo sentir que podía hacer cualquier cosa e ir a cualquier lugar que quisiera.

P. Has contado que tuviste una infancia poco convencional en South Shropshire viviendo en una caravana sin agua y sin luz. Sin ser un libro autobiográfico, ¿cuánto hay de Isabel en ti?

R. Bueno, en realidad teníamos agua, solo que la conseguíamos de un manantial que fluía cerca de la caravana, no del suministro de agua. En realidad, esa es una de las mayores diferencias para mí. Pasé gran parte de mi infancia en la naturaleza y ‘Los invisibles’ se desarrolla en una ciudad, que te da una visión muy diferente del mundo. El campo es gratis, no puedes sentir que los campos, los bosques y las colinas no son para ti. Mientras que en una ciudad todo lo que está disponible cuesta dinero. Esto divide a las personas entre quienes pueden acceder a ciertos servicios y aquellas que no.

Así que sí, aunque no es un libro autobiográfico, he basado ciertas experiencias que Isabel tiene en cosas por las que yo también pasé; como el hielo en el poste de la cama de la litera, que es un recuerdo claro y perdurable para mí. Pero aunque Isabel y yo compartimos la tendencia a buscar la belleza en el mundo, ella es mucho más positiva, motivada y optimista de lo que lo fui yo de niño.

P. Tienes dos hijos pequeños. ¿Ha influido la paternidad en tu creatividad o en ese imaginario que alimenta tus proyectos?

R. Convertirme en padre es lo mejor que me ha pasado. Aquello de que el “cochecito en el pasillo” es enemigo del arte me parece ridículo. La expansión de mi mundo y los sentimientos que me ha ofrecido la paternidad compensan con creces cualquier reducción de tiempo disponible para crear. Y de hecho, incluso en ese punto me hizo más eficaz, ya que cuando los niños eran más pequeños a menudo tenía opciones de tiempo muy limitadas para trabajar y me veía obligado a entrenarme para trabajar más rápido.

P. Has vivido en varias ciudades, pero has terminado viviendo en el campo. ¿Son las ciudades lugares hostiles para las personas?

R. Me encanta el campo, la naturaleza, los árboles, los bosques, los arroyos y los campos. Así que sí, para mí tiene que ser un entorno más rural. Pero también entiendo que haya personas que no puedan soportar vivir en lugares donde pasen tan pocas cosas, por lo que no hay una respuesta correcta o incorrecta. Creo que me siento afortunado de que el trabajo que tengo me permita vivir donde me gusta. Es difícil vivir en el campo o en un pueblo pequeño si tu profesión es la de dueño de un club nocturno.

P. Leyendo con mis hijos ‘Los invisibles’ veíamos muchas similitudes entre el barrio de Isabel y el nuestro: esos bloques de edificios enormes y grises, ese muro que parece separar a los pobres del resto… ¿Está en nuestra mano cambiar estos paisajes por lugares más amables como ha hecho Isabel?

R. Es una gran pregunta. Mi principal desafío al escribir este libro fue cómo crear un final que ofreciera esperanza y positividad sin dejar de ser plausible. Obviamente, el problema de la pobreza infantil no es algo que un niño en esa situación deba ser responsable de “resolver”. La desigualdad sistemática entre generaciones es una cuestión política y solo puede resolverse con una inversión a gran escala en las áreas afectadas y el apoyo a los niños en esa situación, tanto en términos de educación como de todo lo que los niños necesitan para que puedan aprender. No es suficiente ofrecer educación si los niños van a tener hambre o no tienen las condiciones de habitabilidad adecuadas para poder concentrarse. Entonces, sí, en mi opinión, este enorme problema está más allá del individuo y definitivamente es una cuestión social.

Pero para mí la pregunta de “¿puedo mejorar mi vida y la vida de los que me rodean demostrando bondad y compasión?” Ofrece un sí rotundo. En el libro, la transformación que Isabel ayuda a producir es muy visual pero no tiene por qué ser tan tangible o literal. Podemos transformar nuestro mundo interesándonos por las personas que nos rodean, ofreciendo amabilidad y conectándonos con las personas que vemos a nuestro alrededor. Estos pequeños actos convierten a grupos de extraños en una comunidad, que es el cambio que Isabel ve en las últimas páginas del libro.

P. Por cierto, este libro lo hemos disfrutado todos en casa por igual, sin distinción de edad. ¿Tienen edades los álbumes ilustrados o un buen libro ilustrado debe gustar tanto a padres y madres como a hijos e hijas?

R. Muchos libros ilustrados fantásticos están diseñados en gran parte para un niño anárquico, salvaje y con un sentido lúdico y divertido, por lo que no diría que un buen libro ilustrado debe atraer a un adulto, pero ciertamente siento que los libros ilustrados pueden atraer tanto a los padres como a los niños y, a menudo, de diferentes maneras.

P. Por último, ¿cuál es el libro que más te gusta leer junto a tus hijos? Ese que recordaréis en el futuro como “vuestro libro”.

R. Es una pregunta difícil porque hay muchos para elegir, pero si tuviera que quedarme con uno creo que tendría que elegir Yo quiero mi sombrero de Jon Klassen. Es gracioso, precioso, y trata sobre la naturaleza humana de una manera muy real, sin huir del hecho de que todos somos falibles. Tanto a mis hijos como a mí nos encanta.

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