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Almería busca la suerte entre el mobiliario urbano

La administración de lotería La Trece esconde 14 décimos del número 90612 en su barrio de la capital para fomentar las compras entre los comerciantes de la zona

El lotero almeriense Jesús Ibáñez con el número de lotería que ha escondido decimos por la ciudad.
El lotero almeriense Jesús Ibáñez con el número de lotería que ha escondido decimos por la ciudad.FRANCISCO BONILLA

En el centro de Almería hay un barrio donde las personas miran de reojo, pasean con lentitud y escudriñan cada rincón. No son espías ni ciudadanos llenos de curiosidad. Lo que hacen es buscar un papel que les puede cambiar la vida. No es más, ni menos, que alguno de los 14 billetes del número 90612 que el propietario de la administración de lotería La Trece, Jesús Ibáñez, ha escondido durante la última semana en la barriada Mediterráneo Oliveros. Lo ha hecho dentro de sobres rojos que ha ido colocando con cinta americana en el mobiliario urbano para generar ilusión y más afluencia al comercio del entorno en un año que define como complicado y triste. Los establecimientos de la zona han celebrado la propuesta. “Estamos pensando en salir a la puerta a cortar jamón para fomentar las ventas entre quienes pasan buscando los boletos o esperan en la cola de la administración”, dice entre risas Javier Martínez mientras lonchea con mimo un ibérico en La alacena castellana, apenas a unos metros del despacho de lotería.

Jesús ha querido transmitir la ilusión por la Lotería de Navidad que él mantiene desde que era un crío. Aún recuerda los años cuando anotaba, uno a uno y a petición de su abuela, los números que iban cantando los niños de San Ildefonso. “Probablemente no apuntaba ni uno bien y, además, luego nadie los comprobaba, pero es algo que se me quedó ahí guardado”, asegura este almeriense. Efectivamente, aquella afición se mantuvo y con 24 años decidió concursar para regentar su propia administración. La consiguió en Mojácar, una bonita localidad al norte de Cabo de Gata. Abrió en 1998 y en febrero de 2010 dio el premio más importante hasta ahora: 65 millones del bote del Euromillón que hicieron rico a un residente británico de la comarca. Aquel año se liberalizó la compraventa de despacho de Lotería, así que Jesús vendió su negocio del pueblo para comprar otro igual en la capital, dónde abrió dos años después. Le tocó la número 13.

Hoy, la administración de lotería La Trece es una de las más conocidas de Almería y a ella acuden personas de toda la provincia. “Todos los años vengo aquí desde mi pueblo, Alhama, para llevarme un décimo”, dice Isabel Artés mientras espera su turno. Ella ha llegado tarde a la búsqueda de los billetes que Jesús ha ido escondiendo a razón de dos cada día. Durante la última semana, minutos antes de las diez de la noche —hora del toque de queda en Andalucía hasta el 18 de diciembre, cuando se amplió a las once— salía de su despacho para esconder los boletos. Elegía algún banco, una señal de tráfico o lo camuflaba entre pascueros. “Curiosamente ese fue el más difícil de encontrar, porque el color rojo del sobre se confundía entre las plantas”, explica Ibáñez, que va apuntando en un papel las entrevistas que le quedan pendientes con televisiones, periódicos y radios de toda España. “Esto ha sido increíble, ha superado por mucho mis expectativas”, dice feliz. No solo por esa repercusión, también porque ha aumentado las ventas, especialmente a través de su página web y del número 90612 en particular, del que este sábado apenas le quedaban una veintena de décimos.

En la calle José Artés de Arcos, donde se ubica la administración, el juego ha sido el tema de conversación en los últimos días. “Yo lo he intentado, pero no he tenido suerte”, dice una vecina, Rosario Cano, mientras toma un café junto a sus amigas. “Hemos notado algo más de movimiento en el barrio, pero lo importante sobre todo es la ilusión, es algo simpático y divertido que en este 2020 viene muy bien”, cuenta Mari Carmen López, de la ferretería Jama. “Está dando más vida a la zona”, añade su hija, Mari Carmen Murcia. “La verdad es que apetecen este tipo de cosas, todo lo que sea agradable y además fomente que haya más personas en la zona, pues estupendo”, añade Amelia Gutiérrez, que regenta la tienda de calzado para niños Pasitos.

No es la primera vez que Jesús Ibáñez realiza esta propuesta. Se estrenó el año pasado, cuando el barrio estaba en obras, los comercios lo estaban pasando mal y quiso fomentar la llegada de personas de otras zonas de Almería para estimular las compras. “Aquello salió bien, pero pensé que sería algo puntual. Hasta que a última hora me animé… Para mí la ilusión de la lotería es algo que va creciendo a medida que se acerca la Navidad. Es como para los novios el día de la boda o para los futbolistas un Barça – Madrid”, dice Jesús, que eligió el número que ha ido regalando por casualidad, al darse cuenta de que no lo había adjudicado a ninguna de las empresas que le piden billetes cada año. “Entonces pensé si aún estaban aquí, era por algo. Y ese algo era que tenía que dejarlos por ahí para la gente”, subraya. Ibáñez es realista y dice ser consciente de que las posibilidades que toque el 90612 “son mínimas”. Pero también subraya que la Lotería de Navidad “tiene algo de brujería”. Quien sabe si la suerte se encuentra este año entre el mobiliario urbano de su barrio.

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