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Los demócratas del Congreso difunden imágenes y vídeos inéditos de la “isla de los pedófilos” de Jeffrey Epstein

Los miembros de la formación en el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes exigen la publicación del resto de los archivos del millonario pederasta, a la que está obligado por ley el Departamento de Justicia

Demócratas de la isla de Epstein
Iker Seisdedos

En total, son 10 fotografías y cuatro vídeos inéditos. Muestran interiores y exteriores de una propiedad en Little St. James, una de las dos islas privadas que poseía en el Caribe el millonario pederasta Jeffrey Epstein. Los han difundido este miércoles los demócratas del Comité de Supervisión del Congreso mientras Washington espera con ansiedad la publicación, ordenada por ley, de los papeles de Epstein por parte del Departamento de Justicia.

Allí, en un siniestro rincón de las Islas Vírgenes que los lugareños conocían como “la isla de los pedófilos”, cometió decenas, tal vez centenares, de los crímenes por los que iba a ser juzgado cuando murió en 2019 en una celda de máxima seguridad en lo que el forense determinó como un suicidio, mientras esperaba a ser juzgado como líder de una red de tráfico sexual de menores.

En el lote recién difundido, hay imágenes del jardín de la mansión y de una señal de “No pasar”, instantáneas de dos dormitorios diferentes, de un baño, de una ducha en algo que parece un almacén y de un salón decorado con dudoso gusto, así como dos primeros planos: de un teléfono, en el que los nombres de las teclas de marcación rápida han sido tachados, y de una pizarra con palabras enigmáticas anotadas (“poder”, “engaño”, “plantas”). Tal vez la foto más inquietante es la de una especie de sala de operaciones con varias máscaras de rostros de hombres colgadas de las paredes.

En cuanto a los vídeos, hay dos tomados en el exterior de la mansión: uno es un paseo por el jardín que termina en una piscina; el segundo se recrea en el mar con las palmeras ondeando al viento, cuyo ruido domina la grabación. Los otros dos son de dos dormitorios, y en uno de ellos se ve a un tipo, al que le han tapado la cara, guiar el recorrido por el cuarto en suite.

El material es, según la definición en un mensaje en X de los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, “una mirada desgarradora tras las puertas cerradas de Epstein”. “Véalo usted mismo. No cejaremos en la lucha hasta que pongamos fin a este encubrimiento y hagamos justicia a las supervivientes”, remataba el post.

Las imágenes y videos los han recibido de los herederos de Epstein, la misma fuente que les ha provisto en los últimos meses, previa orden judicial, de decenas de miles de correos electrónicos privados o del libro de felicitación por el 50º cumpleaños del pederasta que su amiga y conseguidora, Ghislaine Maxwell, que cumple 20 años por su complicidad en los delitos del financiero. Ese libro incluye un dibujo procaz de Donald Trump, que él niega que sea suyo. Proviene de los tiempos en los que ambos eran amigos.

El representante demócrata Robert García ha explicado este miércoles en un comunicado que el comité del que es miembro también ha recibido registros de J.P. Morgan y Deutsche Bank, dos bancos con los que trabajó Epstein, y que los miembros de su partido piensan publicar esos archivos “en los próximos días”, tras su revisión.

“Estas nuevas imágenes ofrecen una mirada inquietante al mundo de Jeffrey Epstein y su isla. Publicamos estas fotos y videos para garantizar la transparencia pública en nuestra investigación y ayudar a reconstruir el panorama completo de los horribles crímenes de Epstein”, declaró García. “Es hora de que el presidente Trump publique todos los archivos, ¡ya!”.

El Departamento de Justicia tiene hasta el próximo 19 de diciembre para cumplir con la obligación de difundir los archivos que obran en su poder sobre Epstein, establecida por una ley aprobada por una abrumadora mayoría de ambas Cámaras y firmada después por el presidente de Estados Unidos.

El papel de Bondi

La Ley de Transparencia con los Archivos Epstein ordena a la fiscal general, Pam Bondi, la publicación de los documentos no clasificados relacionados con el millonario pederasta. Bondi cambió en julio de idea sobre la divulgación de esos materiales tras meses de prometer que liberaría los papeles de Epstein.

Esa divulgación debe ser, según la norma, “sistemática” e incluir todos los documentos que obran en poder del Departamento de Justicia. Es una variada e inabarcable colección de archivos. Se habla de millones de páginas, que incluyen registros de vuelo, comunicaciones personales, informes internos, metadatos, acuerdos de inmunidad, contratos de empleados del financiero o correos electrónicos con su círculo de influencia.

La ley también obliga a que el material publicado sea fácilmente consultable y descargable. Y autoriza a que el Departamento de Justicia censure la información que pueda ser comprometedora para las víctimas, materiales que describan abuso sexual de menores, imágenes escabrosas o datos que puedan poner en peligro una investigación en activo. Bondi está obligada a justificar esas censuras y al Congreso le exige un informe adicional que detalle el contenido tachado en un plazo de 15 días a partir de la publicación.

Todas esas excepciones han provocado inquietud entre las víctimas, que temen que puedan servir para que esta nueva desclasificación sea otro capítulo de la historia de decepciones acumuladas en este caso por quienes quieren que se aclare de una vez por todas hasta dónde llegó la red de tráfico sexual de Epstein y qué hombres ricos y poderosos participaron de ella o, al menos, tenían conocimiento de los crímenes del pederasta y de su cómplice, Ghislaine Maxwell.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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