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La ley que libera los papeles de Epstein contiene excepciones que preocupan a las víctimas

La norma fue aprobada casi por unanimidad en el Senado y solo le falta la firma de Trump. Después, el Departamento de Justicia tiene 30 días para divulgar los materiales

Epstein
Iker Seisdedos

La Ley de Transparencia con los Archivos de Jeffrey Epstein pasó este martes por el Congreso mucho más rápido de lo que hacía presagiar la pelea de los meses anteriores entre ambos partidos sobre la conveniencia de divulgar los papeles del millonario pederasta. Recibió un respaldo casi unánime. Solo un diputado, el miembro de la Cámara de Representantes Clay Higgins (trumpista de Luisiana), votó en contra del texto. El resto, 427 congresistas y 100 senadores lo apoyaron. No solo: la Cámara alta lo hizo recurriendo al mecanismo conocido como “consentimiento unánime”, que permitió que el texto se enviara directamente y sin debate a la mesa del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

A la Casa Blanca estaba previsto que llegara el miércoles por la mañana, donde esperaba la rúbrica de Trump. No había ninguna ceremonia de firma de la ley en el calendario de la jornada, y esos planes tampoco cambiaron durante la mañana. El presidente de Estados Unidos ha prometido, con todo, que la firmará, pese a que lleva meses obstruyendo la divulgación de esos papeles, y el lunes declaró a la prensa que estaba dispuesto a “dárselo todo” a quienes llevan meses pidiendo transparencia. “Que los examine el Senado. Que los examine cualquiera”, añadió.

Pero “todo” tal vez no sea suficiente para las víctimas. La ley aprobada por el Congreso incluye unas excepciones que permiten al Departamento de Justicia reservarse una información que podría convertir esta nueva desclasificación en otro capítulo de la historia de decepciones acumuladas en este caso por quienes quieren que se aclare de una vez por todas hasta dónde llegó la red de tráfico sexual de Epstein y qué hombres ricos y poderosos participaron de ella o, al menos, tenían conocimiento de los crímenes del pederasta y de su cómplice, Ghislaine Maxwell. Esta cumple 20 años de prisión en una cárcel de mínima seguridad tras colaborar en julio pasado con la Administración de Trump.

La Ley de Transparencia con los Archivos Epstein ordena a la fiscal general Pam Bondi la publicación de los documentos no clasificados relacionados con el millonario pederasta. Bondi, que en julio cambió de idea sobre la divulgación de esos materiales tras meses de prometer que liberaría los papeles de Epstein, tiene 30 días a partir de la firma para cumplir con la orden.

Esa divulgación debe ser, según la norma, “sistemática” e incluir todos los documentos que obran en poder del Departamento de Justicia. Es una variada e inabarcable colección de archivos. Se habla de millones de páginas, que incluyen registros de vuelo, comunicaciones personales, informes internos, metadatos, acuerdos de inmunidad, contratos de empleados del financiero o correos electrónicos con su círculo de influencia.

Censuras posibles

La ley también obliga a que el material publicado sea fácilmente consultable y descargable. Y autoriza a que el Departamento de Justicia censure la información que pueda ser comprometedora para las víctimas, materiales que describan abuso sexual de menores, imágenes escabrosas o datos que puedan poner en peligro una investigación en activo. Bondi está obligada a justificar esas censuras y al Congreso le exige un informe adicional que detalle el contenido tachado en un plazo de 15 días a partir de la publicación.

“Obedeceremos la ley”, dijo hasta en tres ocasiones Bondi este miércoles a las preguntas de los reporteros. “Mientras, seguiremos protegiendo a las víctimas, y actuando con transparencia“.

A la cuestión de qué había cambiado desde que en julio su Departamento dijera en un comunicado que no iban a divulgar más materiales, la fiscal general ofreció una respuesta atropellada: “Hay información, nueva información, información adicional, pero, de nuevo, nos limitaremos a obedecer [lo que diga] la ley”. Antes de aquel cambio de idea, y según se supo después, Bondi había avisado a Trump en una reunión en la Casa Blanca que su nombre aparecía “por todas partes” en los papeles de millonario pederasta, con el que mantuvo una relación de amistad durante 15 años.

Las víctimas, reunidas el martes en el Capitolio para acompañar la aprobación de la nueva ley, temen que la Administración de Trump vaya a entregar un material excesivamente censurado o que se agarren a la existencia de esas investigaciones en marcha. En concreto, a las que ordenó el presidente de Estados Unidos a Bondi el viernes pasado. Entonces, le pidió que indagara en los vínculos de Epstein con algunos de los nombres que han salido repetidamente en los papeles que con los años se han ido conociendo. Citó a tres, todos demócratas: Bill Clinton, el exrector de Harvard Larry Summers, y el megadonante Reid Hoffman.

Thomas Massie, republicano de Kentucky y promotor de la nueva ley, ha amenazado con leer en la Cámara de Representantes todos los nombres de cómplices de Epstein recopilados por las víctimas. Lo hará, prometió, si esta desclasificación de la que vive pendiente Washington no satisface las ansias de justicia de de las supervivientes de los abusos del millonario pederasta.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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