Ir al contenido
_
_
_
_

El Senado acuerda por unanimidad enviar sin cambios la ley de los papeles de Epstein a Trump para que la firme

El texto, aprobado previamente por la Cámara de Representantes, llegará previsiblemente en las próximas horas a la mesa del presidente de Estados Unidos, que ha prometido que la firmará

El momento del anuncio en el congreso. Foto: AP | Vídeo: EPV
Iker Seisdedos

Tras el abrumador apoyo de la Cámara de Representantes, 427 votos a favor y uno en contra, los 100 miembros del Senado de Estados Unidos apoyaron este martes por unanimidad enviar sin cambios a la Casa Blanca la Ley de Transparencia con los Papeles de Epstein, que exige al Departamento de Justicia la desclasificación de los documentos relativos al caso del millonario pederasta.

Lo hicieron horas antes incluso de que el texto les llegara para su examen y posterior votación. Lo cual significa que en cuanto aterrice en la Cámara alta, algo que previsiblemente sucederá en las próximas horas, pasará automáticamente a la mesa del presidente Donald Trump. Pese a que lleva meses oponiéndose a divulgar esos materiales, este ha prometido que la firmará cuanto antes.

Las prisas las imprimió el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, quien, a eso de las 17:00 (hora de Washington), pocas horas después de la votación en la Cámara de Representantes, forzó lo que en la jerga del Capitolio se conoce un “consentimiento unánime”, y que descartó la posibilidad de que la norma encallara en la Cámara alta. “Se trata de dar al pueblo estadounidense la transparencia que han estado exigiendo”, dijo Schumer antes de promover la aprobación de la ley. “Las víctimas de Jeffrey Epstein han esperado bastante”.

No estaba claro si el presidente de Estados Unidos la firmaría en la noche de este martes, en la que tenía prevista una cena con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, al que Trump recibió por la mañana en la Casa Blanca para decir que el atroz asesinato en 2018 del periodista Jamal Khashoggi, columnista de The Washington Post, son “cosas que pasan”. Los servicios de inteligencia de Estados Unidos confirmaron la implicación de Bin Salmán. La firma presidencial quedó finalmente aplazada hasta el miércoles.

La respuesta del presidente

Trump, a quien el asunto de los papeles de Epstein suele hacer perder los nervios, reaccionó a la noticia de que el Senado también estaba por su publicación con un mensaje en su red social, Truth. “Me da igual cuándo se apruebe, ya sea esta noche o en algún otro momento del futuro cercano; simplemente no quiero que los republicanos pierdan de vista todas las victorias que hemos conseguido”, escribió, antes de pasar a enumerar esos logros recurriendo a mentiras, medias verdades y exageraciones.

Tras semanas de presiones en sentido contrario, el presidente, que durante 15 años fue amigo de Epstein, dio permiso el domingo pasado a los congresistas de su partido para que votaran en favor de la ley. Aunque no fue tan lejos como podría: está en su mano ordenar la divulgación sin necesidad del permiso del Capitolio de esos archivos, pero ha preferido no hacerlo. Estos podrían desvelar la implicación en la red de tráfico sexual del pederasta de decenas de hombres ricos e influyentes, así como la complicidad de instituciones financieras e instancias judiciales o los fallos de las autoridades que lo dejaron actuar impunemente.

No está claro tampoco cuáles serán los siguientes pasos una vez que Trump firme, como ha prometido, la ley. Tampoco cuándo ni de qué manera cumplirá el Departamento de Justicia con la obligación de publicar los archivos. La fiscal general, Pam Bondi, anunció en julio pasado que su Departamento no pensaba divulgar esos papeles pese a que había prometido durante meses que lo haría.

En sus manos, hay millones de documentos inéditos con información sobre la red de tráfico sexual de Epstein. Es de esperar que estos incluyan también información de quiénes estaban al tanto o participaban de ella entre principios de los noventa y su muerte (un suicidio, según el forense). Fue en 2019, mientras estaba custodiado en una celda de máxima seguridad en Manhattan.

La incógnita ahora es si el Departamento de Justicia piensa resistirse, arguyendo que hay investigaciones judiciales en marcha. Todo depende de si dan frutos o no las órdenes del presidente de Estados Unidos a la fiscal general Bondi, de que indague en las relaciones del millonario pederasta con prominentes demócratas.

Trump pidió el viernes pasado a Bondi, en un gesto que viola el principio de la separación de poderes en este país, que abriera investigaciones solo contra demócratas prominentes cuyos nombres han aparecido en las sucesivas liberaciones de documentos. Citó a tres: el expresidente Bill Clinton; Larry Summers, exrector de Harvard; y el megadonante demócrata Reid Hoffman.

La ley estadounidense prohíbe la divulgación de los materiales de un sumario de un juicio mientras esté permanezca vivo, y los demócratas temen que la Administración de Trump se agarre a eso para seguir negándose a publicar los archivos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_